20 octubre 2017
La
literatura inspirada en el terrorismo de ETA
"Es fácil acostumbrarse a vivir en paz. Pero la vida
de varias generaciones de españoles estuvo marcada por el terrorismo
etarra" recordó Pablo Herráiz al comienzo de la mesa redonda que, bajo el
lema de 'El fin de ETA',
convocó ayer en Getafe Negro a Lorenzo Silva, Juan Bas, Edurne Portela y Pedro
Charro. Herráiz, periodista de investigación de El Mundo, que en ausencia de
Quico Alsedo -su compañero en tantos reportajes- actuó él solo de moderador,
evocó cierta mañana de su infancia que todo el madrileño barrio
de Chamberí se despertó con el estruendo de la detonación de un artefacto colocado por la banda
criminal. Silva -director de Getafe Negro y guardia civil honorario- acaba de
publicar Sangre, sudor y paz (Ediciones
Península). Está escrito en colaboración con el periodista Gonzalo Araluce y el
coronel de la
Benemérita Manuel Sánchez Corbí. En opinión de Silva "existe un
riesgo muy acusado de desmemoria. De desmemoria con sus dosis
de mala digestión. Ahora, que hay un discurso a favor del olvido, no termino de
entender su bondad. Entiendo la bondad de
olvidar el rencor. Pero no de olvidar las historias, las
fracturas, los destrozos. No podemos ni debemos pasar la página sin más".
El escritor bilbaíno Juan Bas, autor de títulos como Alacranes
en su tinta (Destino)
y Voracidad (Ediciones B), dos feroces críticas al
nacionalismo, tuvo como profesor durante sus años de estudiante
de Derecho a un magistrado asesinado por la banda criminal. Ahora se niega a
admitir ese "relato del radicalismo abertzale-me niego a llamarla
izquierda abertzale-, de que no hubo ni vencedores ni vencidos. De acuerdo, no
hubo ni vencedores ni vencidos porque no hubo una guerra, la guerra sólo estuvo
en sus cabezas fanáticas. Pero si hubo
vencidos, ésa fue ETA. Tengo
57 años, mi generación está muy marcada por ETA. No soy nada cristiano y no
creo en el perdón. El perdón y la culpa son dos cosas totalmente distintas.
Está bien darlo, pero el perdón no exime de la culpa".
La historiadora Edurne Portela es autora de un celebrado
ensayo sobre el tema: El eco de los disparos: cultura y memoria de la violencia (Galaxia Gutenberg). Vizcaína de
nacimiento, su actividad docente le permitió asistir al conflicto desde la
distancia, aunque los regresos al hogar paterno impidieron que desconectara
totalmente con aquellos años de plomo. Tampoco ocultó sus recelos ante esa tendencia del
radicalismo abertzale de pasar página. "Creo que la contribución que tenemos que hacer los que de
una u otra manera hemos vivido con el problema de ETA es recordar que hubo unos
hechos y unos comportamientos, no sólo por parte del grupo que claramente apoyó
a ETA, sino también por todo el conjunto de la sociedad que, en algunos momentos, no tuvimos
la valentía suficiente para reconocer a las víctimas. Hay gente
que, como Juan Bas denunció la violencia que había en sus propios barrios. Todo
eso hay que recordarlo, pero no desde el rencor. Además, no sólo hay que
recordar lo que hizo ETA, también los GAL. Hay que recordar desde una forma
plural, desde el compromiso de construir la memoria".
Las iniciales que integran el título de RC (Playa
de Ákaba), la novela en la que el navarro Pedro Charro nos cuenta lo que sucede
al asesinato de un niño con una bomba a la puerta de su casa, corresponden a la
"responsabilidad civil" que obliga al terrorista con el padre del
niño. "Yo también tengo compañeros de colegio que murieron asesinados.
Pero también otros que cogieron las armas. El nervio de nuestra
época fue el terrorismo y por eso escribimos sobre ello. Es un tema que nos interpela. Hemos
vivido en el ojo del huracán, he visto morir gente debajo de mi casa. Hemos
visto a personas con la misma educación y los mismos orígenes llevar vidas muy
distintas. Intentar rastrear por qué se coge uno u otro camino, literariamente
es muy interesante".
Opinión:
Las obligaciones laborales y la
asistencia a tantos afectados por terrorismo (y más desde lo ocurrido el 17 de
agosto) me han obligado a aparcar un proyecto que, por lo visto, voy a tener
que retomar. Hay quien dice que se ha escrito muy poco sobre el terrorismo y su
afectación en la Guardia Civil
o la Policía Nacional
pero aún se ha escrito menos sobre los relatos y las experiencias reales en el
mundo de las víctimas que no pertenecemos a las FCSE…
A ver si vuelvo a apartar
tiempo para ir manteniendo reuniones con tantas y tantas víctimas que tienen
mucho que explicar…, pero víctimas “de verdad”.
Para escuchar las invenciones
de las impostoras ya hay mas de un medio de comunicación que dice ser serio…
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