21 octubre 2017
La hija del primer
empresario asesinado por ETA: «Las víctimas perdonarán cuando sea honroso
perdonar»
«Nadie se atrevía a dar la cara y llamar a las cosas por su
nombre. Era como si el terrorismo estuviera consentido», recuerda Cristina
Berazadi
Cristina Berazadi, hija de Ángel Berazadi, primer
empresario asesinado por ETA en abril de 1976, ha considerado
"importante" que los autores de los atentados que han acabado con la
vida de muchas personas en Euskadi den el paso de decir "lo hicimos pero
nos arrepentimos", porque "todas las víctimas" desean "que
haya paz" y ha asegurado que éstas perdonarán "cuando sea honroso
perdonar".
En
declaraciones a Radio Euskadi, Berazadi ha valorado su participación en el acto
de homenaje que Confebask celebró el pasado viernes en Bilbao a los empresarios
vascos víctimas del terrorismo, que "estaba pendiente" y fue
"muy liberador".
Tras
destacar el "cariño" recibido, ha reconocido que cuando recibió la
invitación pensó en su padre -quien nunca creó que fuera a ser objeto de un
atentado- al igual que cuando recibió el aplauso de los presentes en el
Euskalduna. "Le gustaría, estaría orgulloso", ha apuntado.
Para Cristina Berazadi, el asesinato de Miguel Ángel Blanco
fue un "punto de inflexión, un antes y un después" ya que hasta
entonces era "como si el terrorismo estuviera un poco consentido".
"Nadie se atrevía a dar la cara y llamar a las cosas realmente por su
nombre" como consecuencia del miedo.
Según ha
relatado, tras asesinar ETA a su padre, algo que "nadie esperaba" en
la familia, abandonaron Euskadi. "Mi padre era muy nacionalista y hablaba
vasco pero creo que fue un chaval que tenía 17, 18 años el que le mató. Eran
tres, uno de ellos murió en un control policial y los otros dos el año pasado
nos hicieron llegar una carta de perdón, lo que creo que es una cosa importante
en el proceso de paz", ha descrito.
Para
Cristina Berazado, "es importante que se den esos pasos de decir 'lo
hicimos pero nos arrepentimos', porque todas las víctimas queremos que haya
paz, aunque muchas veces hemos tenido que oír barbaridades, a gente defendiendo
o no condenando a los terroristas, y eso duele muchísimo".
"Me
encantó que el pasado viernes el lehendakari dijera bien claro que fue una
injusticia injustificable. Yo he oído muchas veces tratar de justificar más que
condenar. Todavía hay gente que no condena el terrorismo. Perdonaremos cuando
sea honroso perdonar", ha añadido.
Según ha
afirmado, 41 años después de un asesinato, se debe seguir la vida, que "no
puede estar a expensas de recibir una carta de perdón o no". "Tienes
que tirar para adelante y tratar que esa pena y dolor que nunca se te quita, te
deje hacer una vida normal", ha dicho.
Berazadi ha
explicado que, al recibir la misiva de quienes asesinaron a su padre de mano de
la directora del Instituto de la Memoria-Gogora , Aintzane Ezenarro, le dijo que
les transmitiera que sí. "Si ellos sienten eso y les hace falta eso,
bienvenido sea. Ojalá que todos hagan lo mismo. Pero yo no he podido hablar del
tema de mi padre hasta hace muy poquitos años", ha afirmado. En su
opinión, aquella carta fue "más alivio" para los autores del atentado
que para la familia.
Tras el atentado
La hija
primer empresario asesinado por ETA ha explicado que, al día siguiente del
asesinato, la familia abandonó Euskadi "huyendo del dolor", y, en su
caso, regresó 20 años después por vez primera. "Dejas toda tu vida atrás,
tu casa, tu gente... Mi madre dejó de vivir, por eso en casa nunca hemos
hablado. De las cosas que te causan mucho dolor, evitábamos", ha dicho.
Cristina
Berazadi ha afirmado que comenzó a "exteriorizar" sus sentimientos a
raíz del asesinato de Miguel Ángel Blanco, que marcó "una inflexión"
respecto al apoyo a las víctimas y "al terrorismo", que "era una
cosa que se consentía".
Según ha relatado, el "dolor" era tan intenso que
solo pudo preguntar a su madre dónde estaba enterrado su padre hace 10 años.
"Y no voy a ir (a Elgoibar), no quiero ir, no quiero pasar por ello. Otro
año", ha dicho, al borde del llanto.
La hija de Ángel Berazadi ha
asegurado que sintió "orgullo" durante el homenaje tributado a los
empresarios vascos y ha agradecido "que se hayan acordado de
nosotros". "Pero a nuestro padre no nos lo va a devolver nadie. Es un
orgullo que lo reconozcan y nos acordemos de él y de todas las víctimas. Es muy
importante que todas las víctimas se sientan reunidas, las que pudieron estar,
las que quisieron, las que les hubiera gustado estar y, estoy convencida, que
no han ido por dolor", ha concluido.
Opinión:
Partiendo de la base de que los homenajes siempre llegan
tarde, rteconozco la valentía de la inmensa mayoría de empresarios vascos al
enfrentarse al mal llamado “impuesto revolucionario” que la banda terrorista
ETA practicó durante décadas.
Pero he escrito “la inmensa mayoría” porque entiendo que
algunos sí aportaron cantidades económicas, cuestión que ya valoré hace mas de
veinte años, justo cuando la banda terrorista asesinaba día tras día.
A tenor del mismo razonamiento me gustaría aclarar un concepto:
nadie puede hablar en nombre de “LAS” víctimas tan y como aparece en el
titular. Tras treinta años de contactos con cientos de víctimas he encontrado
todo tipo de reacciones: víctimas que han perdonado (incluso antes de recibir
la probable solicitud de perdón por parte del autor del atentado), víctimas que
al no haber sido consultadas al respecto no opinamos (en este grupo se incluye
un servidor), víctimas que no quieren perdonar (entre ellas muchas de las que
conocemos como víctimas “de tirita”) y otras que ni se plantean la cuestión.
Por ello, lo de que “LAS víctimas perdonarán cuando sea honroso perdonar” no
incluye, en absoluto, al colectivo como un ente único y de únicas reacciones.
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