08 noviembre 2018
El juez Lidón
no encuentra justicia
Un hijo del juez Lidón, asesinado por ETA, denuncia "el
tortuoso" proceso judicial para juzgar a su asesino durante un homenaje de
la justicia a su padre
La familia ha tenido que investigar y "la gota que ha colmado el
vaso" ha sido una orden de extradición "no tramitada"
Iñigo Lidón, uno de los hijos del juez José María Lidón,
asesinado hace 11 años por ETA en Getxo (Bizkaia), ha denunciado "el
tortuoso" proceso judicial que está sufriendo la familia para poder juzgar
a 'Txeroki', Mikel Garikoitz Aspiazu, que cumple condena en Francia, y al que
la madre, Marisa Galarraga, y él mismo identificaron en una rueda de
reconocimiento como el autor del crimen.
Además, ha afirmado que "la
última gota que ha colmado el vaso" ha sido una orden de extradición
"no tramitada", que no han recibido las autoridades galas porque se
ha extraviado. "Queremos que el caso vaya adelante, que se resuelva, que
le extraditen y que se pueda celebrar el juicio, para pasar página", ha
subrayado.
Ésta es la primera vez que un
miembro de la familia interviene en el acto de homenaje que el Tribuna Superior
de Justicia del País Vasco (TSJPV) tributa cada año al que fuera magistrado de la Sección Segunda de
la Audiencia
Provincial de Bizkaia y profesor de Derecho de la universidad
de Deusto.
Tras expresar su agradecimiento por
el acto conmemorativo y el "comportamiento impecable" de los miembros
de la Judicatura ,
ha lamentado que, "por desgracia, el funcionamiento de la Justicia en este caso ha
sido todo lo contrario". "Han pasado 17 años y aún seguimos a la espera
de juicio, un juicio que nunca hubiera llegado si lo hubiésemos dejado todo en
manos de la justicia", ha asegurado.
Ante miembros de la Judicatura , de la Fiscalía y de la Abogacía vasca y otros
representantes institucionales de Euskadi, Iñigo Lidón ha recordado que en el
año 2002 dos miembros de ETA murieron cuando explotó su coche en Basurto y en
el vehículo aparecieron dos pistolas, una de las cuales se confirmó que había
sido utilizada para matar a José María Lidón. "La otra estaba demasiado
afectada por la explosión para poder hacerle ninguna prueba", ha añadido.
El hijo del magistrado ha apuntado
que, por aquel entonces, un alto miembro de las Fuerzas de Seguridad les dijo
que "los etarras no se cambian las armas, por lo que, si las tenían éstos,
ellos fueron los responsables del atentado".
"Así quedó el caso hasta
aproximadamente 2011 o 2012, cuando al no recibir la familia absolutamente
ninguna indicación sobre cómo iba, pensando que pudiera prescribir y temiendo,
como luego se confirmó, que nadie hacia nada, logramos hablar con el juez de la Audiencia Nacional
que llevaba la instrucción y de manera 'extraoficial' nos confirmó que el caso
estaba parado porque se les atribuía a los que habían explotado y que se estaba
a la espera de si aparecía algo nuevo en algún momento que cambiase este
enfoque", ha relatado.
El hijo de Lidón ha señalado que,
en aproximadamente una hora que dedicó la familia a la búsqueda en internet
bajo el término "Comando Vizcaya 2001", aparecieron varias sentencias
de la propia Audiencia Nacional "que contradecían la versión oficial y
demostraban que era imposible que los que habían explotado, hubieran sido los
autores, ya que el comando activo en 2001 estaba identificado y era otro
completamente diferente". "Conclusión, 10 años de espera
perdidos", ha apuntado.
"Pidiendo favores"
Iñigo Lidón Galarraga ha apuntado
que, aunque "es duro pedir favores para que la Justicia haga su
trabajo", a partir de ese momento, "y siempre teniendo que pedir
favores y tocando muchas puertas", consiguieron "que llegasen al juez
informes de diferentes Cuerpos de Seguridad sobre la información que ellos
tenían de los comandos del 2001", y del caso de su padre, "logrando
reabrir el caso".
Para entonces, sobre 2012 ó 2013
--ha denunciado--, "los miembros del comando Vizcaya del 2001 llevaban
detenidos varios años y nunca nadie les había ni siquiera preguntado por mi
padre en todo ese tiempo". "Hablamos de unos seis años sin una sola
pregunta. Hace ya más de dos años que mi madre y yo, testigos del atentado,
identificamos en rueda de reconocimiento a uno de ellos y que el juez elevó el
caso para juicio", ha apuntado.
Previamente, había que solicitar la
extradición porque está en Francia, según ha explicado. Asimismo, ha apuntado
que en los últimos dos años, "de nuevo", nadie les decía
"nada", y su abogado "solo recibía negativas de reuniones para
saber el estado del caso e, incluso, no se presentó nadie en dos reuniones
cerradas y concertadas".
"Nuestra sorpresa final llegó
ya este verano, al ver en la prensa que el etarra identificado por mi madre y
por mí estaba en España para ser juzgado por otro caso y no por el de mi padre.
Ante esto, al final, nos reconocieron que la orden de extradición se había
extraviado y que nunca había llegado a Francia", ha remarcado, para
precisar que no había "ningún registro de que haya sido recogida, ni
enviada ni nada".
"Por tanto, dos años más
perdidos porque alguien no ha querido hacer su trabajo y tramitar o hacer
seguimiento de una orden de extradición, sin pensar que, detrás de esa orden,
hay personas muertas y familias que solo buscan que se haga justicia para poder
pasar página; dos años en que esa persona no ha sido capaz de rehacerla y que
ha preferido no asistir a reuniones y dar la cara", ha asegurado.
El hijo de la víctima ha criticado
que no haya habido "ninguna responsabilidad por parte de nadie" por
las deficiencias en el proceso judicial, y "la reacción del tribunal --la
Audiencia Nacional-- ha sido tramitar otra orden, sin carácter de urgencia,
rechazando un recurso de la familia a que se tramitase al menos de carácter
urgente, después de lo que había pasado para no tener que esperar otro
año".
"En este punto estamos ahora,
en principio, con una segunda orden de extradición solicitada, y a la espera de
ver si en 2019, 18 años más tarde del atentado, tenemos por fin el juicio. Ésta
es la realidad de cuál ha sido el proceso jurídico y cuál es la situación
actual del caso de mi padre", ha manifestado.
Iñigo Lidón ha concluido diciendo
que "lo peor" es que la familia tiene que "dar las gracias"
porque, al ser José María juez, han podido "mover algunos hilos a los que
otras víctimas posiblemente no tendrán un acceso tan fácil". "Sólo
espero que esto sea un caso aislado y que no se esté tratando a más víctimas
como a nosotros", ha concluido.
Opinión:
Solo un detalle mas: por motivos de amistad personal tengo el honor de
estar en contacto permanente con miembros de la familia del Juez Lidón y debo
decir que son un ejemplo de dignidad elevado a la enésima potencia. Jamás han
sido noticia por cuestiones ideológicas ni partidistas y mucho menos políticas
pero cuando han tenido que ejercer sus derechos lo han hecho, lo hacen y lo harán
con un sentido común absolutamente encomiable.
Como tantas víctimas anónimas, son un ejemplo a seguir. Y con ellas,
muchas otras estaremos ayudando en todo cuanto necesiten.
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