09 noviembre 2018
El no terrorista de Terassa
Francesc Marc-Alvaro
El hombre de Terrassa que quería matar a Pedro Sánchez no
ha sido acusado de terrorismo y, por lo tanto, este caso no irá a la Audiencia Nacional ,
que es la instancia que se ocupa normalmente de estos asuntos. Planear el
asesinato del presidente del Gobierno y tener guardadas en casa dieciséis armas
de fuego no es, según parece, motivo para ser considerado terrorista. Se ve que
no formar parte de ninguna organización lo convierte más en un pobre loco que
en un terrorista peligroso. ¡Qué tontería, qué broma, qué cosas!
Se le ha catalogado de “lobo solitario”, pero creo que, si
se tratara de un yihadista fanatizado vía internet, tendría todos los puntos
para ser acusado de terrorista sin matiz alguno. No soy jurista, pero mi
desconcierto aumenta; cuando todavía estoy chocado por la actuación del Supremo
sobre las hipotecas, llega esta noticia. ¿Quién quiere novelas cuando la
realidad es tan generosa?
Con todo el respeto por centenares de jueces y fiscales que
hacen bien su trabajo y que no tienen nada que ver con Lesmes y compañía,
mientras la credibilidad de la justicia española cotiza a la baja, se hace
presente una cierta justicia poética. Me explico: se ha dado a conocer el caso
del fanático franquista que quería asesinar a Sánchez pocas horas después de
que un juez haya descartado que Tamara Carrasco y Adrià Carrasco, miembros de
los llamados CDR, cometieran ningún delito de terrorismo, como estableció
inicialmente la
Fiscalía. Aquello pasó en un clima de histeria que
alimentaban ciertas actuaciones policiales y aplaudían no pocos medios de
Madrid, sin que –por cierto– la mayoría de buenas personas que ahora se
indignan con razón ante el escándalo del Supremo dijeran ni media palabra. La
sensibilidad general española ante las injusticias tiene una excepción –siempre
la misma– que es tan o más inquietante que el protagonismo de los ultras, que
no es poco.
Un detalle: la señora Carrasco guardaba en casa una máscara
de papel de Jordi Cuixart, que los agentes de la Guardia Civil que la
detuvieron consideraron material propio de una presunta terrorista. ¡Una careta
inofensiva como la que muchos hemos tenido en nuestro hogar! El daño causado a
Tamara y Adrià es enorme. ¿Saldrá alguien a pedir disculpas por tanta
incompetencia y tanta arbitrariedad? No lo creo.
¿Qué es terrorismo? Gracias al no terrorista de Terrassa
hemos avanzado mucho en este debate tan complicado. Querer matar a un jefe de
Gobierno y tener las armas (cortas y largas) para hacerlo no te convierte en
terrorista. Exótico. No sé qué dirían al respecto los magistrados de Alemania,
Francia o el Reino Unido. La paradoja es que, en cambio, el delito de odio está
clarísimo en España: es todo lo que moleste a los sindicatos policiales, que
también se han erigido en vigilantes acreditados del sentido del humor.
Opinión:
Pues eso…
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