13 noviembre 2018
Víctimas policiales y de la
ultraderecha critican el material didáctico de Madrid
Ane Muguruza, Iñaki Arana e Inés Núñez inciden en las
omisiones que presenta el trabajo
Son víctimas de la extrema derecha y de abusos policiales,
víctimas a las que apenas se menciona en el material didáctico elaborado por el
Gobierno español y el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo con destino a
estudiantes de la ESO. Ane
Muguruza es hija de Josu Muguruza;Iñaki Arana es hijo de Liborio Arana, una de
las cuatro víctimas del atentado contra el bar Aldana, e Inés Núñez de la Parte es hija de Francisco
Javier Núñez, víctima de abusos policiales.
Josu Muguruza, periodista de Egin y diputado electo de Herri Batasun,
fue asesinado en Madrid el 10 de noviembre de 1989 en un atentado de la extrema
derecha. Fueron detenidos acusados de ser los autores materiales del asesinato
Ángel Duce y Ricardo Sáenz de Ynestrillas. El primero fue condenado en 1993 a 99 años de prisión,
mientras que el segundo fue absuelto por falta de pruebas. Duce obtuvo el
tercer grado apenas unos años más tarde y murió en un accidente de moto mientras
disfrutaba de un permiso.
A juicio de Ane Muguruza, en el material didáctico
elaborado por el Gobierno español se vuelve a categorizar a las víctimas.
“Hablan de las víctimas de ETA y luego comentan solo de pasada al GAL. De este
modo estás señalando que las víctimas de ETA son víctimas de primera y las del
GAL de segunda, tercera o cuarta”, afirma.
La hija de Josu Muguruza considera que el Estado español
tiene aún tareas pendientes con las víctimas. “Está claro que el Estado aún no
ha hecho un reconocimiento público de la guerra sucia. Dentro de su lógica se
entiende que no aparezca eso, pero volvemos a señalar que el Estado debe
reconocer que hubo guerra sucia, que hubo torturas. Por que no es solo que no
aparezcan las víctimas del GAL, tampoco se habla de las torturas cuando hay un
informe donde se recogen miles de casos”, señala. Lo más grave para Ane es a
quién va dirigido el material. “Se está intentando diluir la responsabilidad
del Estado. Y estamos hablando de un material para chavales y chavalas
jóvenes”, apostilla.
Los olvidados
Iñaki Arana es hijo de Liborio Arana, asesinado en el
atentado contra el Bar Aldana de Alonsotegi el 20 de enero de 1980. Junto a
Liborio, fallecieron el matrimonio formado por Pacífico Fika y María Paz
Armiño, y Manuel Santacoloma. Días después, la acción fue reivindicada por los
denominados Grupos Armados Españoles (GAE), aunque todos los indicios apuntaban
a que detrás del hecho se encontraban policías españoles.
A Arana no le extraña nada el hecho de que en el material
elaborado por el Gobierno español y el Centro Memorial de Víctimas del
Terrorismo no se mencione a los GAE y solo de pasada a los GAL y a la Triple A. “Es normal que
se pase por encima del atentado de Alonsotegi. Somos los auténticos olvidados.
Durante muchos años desde el Gobierno español no se quiso saber nada del
atentado. Nadie tuvo interés de investigar a fondo quiénes fueron los
verdaderos autores”, señala. La queja de Arana no se centra solo en el
Ejecutivo español -sea del color que sea- sino que dice que en Euskadi también
el atentado se cubrió de un manto de olvido: “Tuvieron que pasar muchos años
para tener un reconocimiento”.
Conocimiento importante
Inés Núñez de la
Parte es hija de Francisco Javier Núñez, víctima de abusos
policiales en 1977. Inés tiene claro que “la historia es una ciencia, que
estudia con objetividad los sucesos del pasado y los narra cronológicamente.
Narrar solo unos sucesos y omitir otros relevantes conectados con los
anteriores es hacer una novela de ficción, engañando a los estudiantes y
privándoles deliberadamente de un conocimiento importante y necesario para que
puedan ejercitar su pensamiento crítico”. Inés es consciente de que ETA acapara
el grueso de atentados, pero señala que hay más. “Los asesinatos de ETA deben tener
el protagonismo, pero el asesinato de personas a manos de cuerpos policiales es
también un suceso histórico muy grave, con trascendencia no solo para las
víctimas y sus familias, sino para toda la sociedad española, importante para
la comprensión de la historia, y ocultarlo es una mezquindad que viene
tolerándose desde hace demasiado tiempo”, afirma.
Por eso, reivindica la memoria de su padre. “Quien crea que
el asesinato de personas como mi padre no es digno de recuerdo es que, o bien
le faltan luces, o bien carece de ética”, apostilla.
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