viernes, 17 de julio de 2020

16 julio 2020 (12.07.2020) (2) ABC (opinión)

16 julio 2020 (12.07.2020)



La masacre aún sin resolver de Zaragoza
El incendio del hotel Corona de Aragón acabó con la vida de 78 personas y 114 resultaron heridas

Eran poco más de las ocho de la mañana del 12 de julio de 1979 cuando se desató en el Hotel Corona de Aragón uno de los peores incendios que se recuerdan en Zaragoza. Las llamas, que al parecer se iniciaron en la freiduría de la cafetería, en la planta baja, se propagaron a una velocidad increíble por las conducciones de gasóleo del edificio, sorprendiendo a la mayoría de los clientes del hotel aún en sus habitaciones. En cuestión de segundos, este emblemático establecimiento de la capital aragonesa se convirtió en una pira mortal en la que perecieron 78 personas y 114 resultaron heridas. Más de 40 años después de esta masacre, aún hay muchas incógnitas sin resolver. No se llegó a determinar la responsabilidad de este terrible suceso por el que nadie ha rendido cuentas, que décadas después fue calificado de atentado terrorista.

Muchas de las víctimas fueron militares que habían acudido con sus familiares a Zaragoza para asistir a la entrega de despachos de la Academia General Militar. El hotel se hallaba prácticamente completo, con 230 huéspedes en sus 190 habitaciones. Entre los alojados en el Corona de Aragón se encontraba Carmen Polo, que había acudido junto a su hija y su marido, los marqueses de Villaverde, y dos de sus nietos a la ceremonia de la Academia Militar porque uno de los nuevos alféreces era nieto suyo. La viuda de Franco fue rescatada tan solo con heridas leves «gracias a la habilidad de la escolta» y Cristóbal Martínez Bordiú logró salvarse saltando a la calle.
También se encontraban el general Vigón y su esposa, el jinete olímpico Adolfo Queipo de Llano, que se contaría entre los fallecidos, el actor de teatro y televisión Javier de Campos, al que rescataron los bomberos, y el futbolista Badiola, que acababa de ser fichado por el Zaragoza. Este último se tiró por la ventana y sufrió un paro cardiaco, pero fue recuperado en el hospital con un masaje al corazón.
«El pánico y la asfixia por humo sembraron la muerte en el hotel y fueron la principal causa de que se registrara tan elevado número de víctimas», explicó al dia siguiente el corresponsal de ABC Mariano Banzo. La combustión de moquetas y de material plástico contribuyó a que el humo fuera aún más denso e irrespirable y el avance de las llamas, que pronto llegaron hasta la terraza del edificio, aterrorizó aún más a los clientes y el personal del hotel.
Las escenas de terror se sucedieron. Varios se arrojaron a la calle desde sus ventanas, entre ellos un hombre cuyo cuerpo fue a rebotar en un coche, o una niña de ocho años, a la que lanzaron sus padres para que fuera recogida por los bomberos, pero que por desgracia no cayó donde estaba previsto y sufrió graves heridas. Un cliente que vio llegar las llamas a su habitación se tiró a la piscina, otros se descolgaron de las ventanas utilizando las sábanas anudadas...
Los Bomberos, la Policía Nacional, la Policía Municipal, la Cruz Roja, así como miembros del Ejército e incluso de la base aérea americana, con varios helicópteros, protagonizaron escenas de salvamento impresionantes ante la mirada de miles de zaragozanos, visiblemente conmovidos.
El exjugador del Real Madrid y gerente del Alavés José María Zárraga fue uno de los primeros en advertir el incendio. Abrió la puerta de su habitación y se encontró con la espesa humareda. «Era fuego. Un fuego tremendo. Volví a la habitación, me puse unos pantalones y unos zapatos, y busqué una salida, la más próxima, sin pensar en la escalera y en la puerta principal del hotel. Eso me salvó», contaría después. En su huida perdió los zapatos y se encontró corriendo descalzo en plena calle.
El gobernador civil de Zaragoza, Francisco Laina, afirmó aquella misma tarde que había que desechar por completo que se tratara de un atentado. Según las primeras investigaciones, el fuego se había declarado en la freiduría y aunque algún miembro del personal intentó apagarlo, tuvieron que salir por el humo. «Acerca de la posibilidad de que se hubiese producido alguna explosión dijo que se trataba de las grandes lunas de la parte baja del hotel, pero en ningún caso motivadas por un agente distinto al del calor del incendio», relató el corresponsal de ABC.
El edificio tenía tres escaleras de incendios, pero los clientes del hotel no empezaron a utilizarlas hasta que les indicaron dónde estaban. En aquella época no existía en España un reglamento a nivel nacional que estableciera unas normas obligatorias para prevenir incendios.
«La investigación estuvo rodeada de sombras, de incógnitas sin resolver y de no pocas controversias», recordaba Roberto Pérez en el 40 aniversario de la tragedia. Aunque la tesis del atentado planeó desde los primeros momentos, la investigación concluyó que había sido un accidente originado de forma fortuita  en las cocinas del hotel. «Aquello, sin embargo, fue un cierre en falso de las diligencias. Años después, las víctimas consiguieron que el asunto no cayera en el olvido y que, finalmente, se les reconociera que había sido un atentado», explicaba el corresponsal de ABC.
Así fue definido por el Consejo de Estado en 1990, a partir de los informes elaborados por el Colegio de Arquitectos y por investigadores del Ejército y de Sanidad, pero hasta el año 2000 no fue reconocido oficialmente por el Ministerio del Interior como un atentado. Tras décadas de espera, las víctimas fueron reconocidas como damnificados del terrorismo. Pero no se llegó a identificar a los responsables que planificaron y ejecutaron aquella masacre.

Opinión:

Aparte de lo que se comenta en la información, creo de justicia reconocer varias cosas. Para empezar, no habría estado de más que se reconociera la excelente y constante labor de décadas realizada por la antigua Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) para conseguir el reconocimiento como víctimas del terrorismo a todos los afectados por lo ocurrido aquel maldito jueves 12 de julio. También es importante señalar que varias víctimas tales como Sonsoles Álvarez de Toledo, Juan Domínguez, Maria Gracia Roca o Juan Vigón fueron las voces presentes en el colectivo de víctimas de aquel atentado.
Y solo añadir que, si no estoy equivocado, ninguna asociación de víctimas ha hecho ningún tipo de acto de homenaje… 

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