jueves, 23 de septiembre de 2021

23 septiembre 2021 (2) La Razón

23 septiembre 2021 

 


El autor del atropello de Murcia: “Esto es un acto terrorista”

Desde hace 15 días había cambiado su forma de actuar y se dedicaba a orar de forma continua, en solitario

“Esto es un acto terrorista”. De esta manera comienza la carta, dividida en tres partes, que fue encontrada en poder del individuo autor de un atropello en Torre Pacheco (Murcia), en la que murió una persona y otras resultaron heridas. Este periódico ya ha adelantado en su edición de hoy que en la misiva se expresaba la voluntad de perpetrar esa acción criminal.

Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, el encabezado de la misiva deja pocas dudas sobre la intencionalidad del conductor y, según él mismo manifiesta, el móvil del acto criminal que iba a perpetrar. Por ello, son especialistas de UCE-2, la unidad anti yihadista de la Guardia Civil, los que investigan el asunto.

Las primeras pesquisas, realizadas nada más acontecer los hechos, el pasado viernes, no detectaron contactos de este individuo, un marroquí que llegó a España como MENA, con las bandas yihadistas, el Estado Islámico o Al Qaeda. Lo que no quiere decir que no las tuviera o haya consultado las redes sociales de ambas organizaciones criminales. La investigación está en marcha.

En cualquier caso, según las citadas fuentes, la ausencia de contactos directos con miembros de estas organizaciones criminales es la forma de actuar de algunos actores, “lobos”, solitarios, que deciden por su cuenta, en un fenómeno de imitación, perpetrar un atentado en la que se “martirizan” (suicidan). Otros, por el contrario, según se ha podido acreditar, sí mantenían relaciones fluidas con “combatientes” que se encuentran en Siria.

En la carta, como también suele ser habitual en el caso de este tipo de terroristas, hace referencia a los problemas de integración en la sociedad occidental y, en concreto, a su paso por un centro de acogida de menores en la localidad de Mislata (en Valencia), al que, de alguna manera, se sentía aún vinculado. Habla de los educadores y de su estancia en el centro. Los agentes de la Benemérita se hallan ya sobre el terreno para determinar cuál era el comportamiento de este individuo, cuando era menor y en la actualidad.

No era, según las mismas fuentes, una persona especialmente religiosa. Sin embargo, hace 15 días experimentó un cambio radical y se encerró en el apartamento que tenía alquilado para dedicarse a orar. Se trataba de una persona poco comunicativa, que trabajaba esporádicamente y que, en cuanto reunía unos cientos de euros, dejaba el empleo.

La carta está redactada en español y sólo al final incluye unas frases en árabe con una referencia coránica a Alá.

Con respecto al cuchillo, que, según todos los indicios, se clavó de forma voluntaria para causarse la muerte, no era de los que había en el apartamento que tenía alquilado, el piso superior de una vivienda unifamiliar, sino que –el asunto se investiga-- adquirió de forma expresa antes de perpetrar el atropello.

El automóvil, un Volswagen Golf que utilizó, se lo pidió prestado a un conocido, al que, en ningún momento, hizo comentario alguno sobre sus intenciones.

Todos estos elementos, la carta, con la manifestación expresa de lo que iba a hacer; la compra del cuchillo; el uso de un coche prestado....configuran un escenario propio del comportamiento de los “lobos” solitarios (al parecer, se había vestido completamente de blanco, otro dato a tener en cuenta), aunque deberá ser la Audiencia Nacional, una vez conocidas las diligencias que instruye la Guardia Civil, la que realice la calificación final de lo ocurrido y si el fallecido y los heridos deben ser considerados víctimas del terrorismo (y por lo tanto indemnizadas de acuerdo con la ley) o de la acción de un demente.

Tal y como adelantó La Razón, testigos presenciales vieron al conductor hacer con los dedos de una mano el gesto típico de los yihadistas antes de convertirse en “mártires”.

El hecho, según las citadas fuentes, de que la gente de su entorno se muestre sorprendida y no llegue a creerse que esta persona, por su comportamiento anterior, no daba el perfil de terrorista, no significa nada. Este tipo de actores solitarios deciden activarse en un determinado momento, por las circunstancias que sean, entre las que no se puede descartar el sentirse agredidos por su entorno, cambiar su ritmo de vida (había empezado a rezar de forma continua) y, finalmente, pasar a la acción.

 

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