24 septiembre 2021
GAL: “El triángulo”, la banda sonora del terrorismo de estado
Una víctima, Pili Zabala. Un verdugo, José Amedo. Un periodista de investigación, Antonio Rubio. Esos son los tres vértices de un triángulo que busca, a la vez, tres objetivos: educar, hacer memoria y hacer justicia. Para ello se han unido en el podcast GAL: El triángulo. Víctima, verdugo e investigador, una creación de Podimo producida por El cañonazo transmedia y The Facto presentada en Madrid este viernes, precisamente el mismo día que se estrena en los cines Maixabel, la nueva película de Icíar Bollaín. Es mera casualidad, pero el calendario ha conseguido que en el mismo día sean titular dos producciones que, aunque con diferencias, abordan el mismo tema: el terrorismo. Uno, de Estado; el otro, el de ETA. Y que lo cuenten además sus protagonistas. En GAL: El triángulo, aparecen la hermana de José Ignacio Zabala (detenido, torturado y asesinado por los GAL), un expolicía destacado miembro de los Grupos Antiterroristas de Liberación condenado a 108 años de prisión, y uno de los periodistas que más ha investigado sobre el tema. En Maixabel, de mano de los actores Blanca Portillo y Luis Tosar, aparecen la viuda de Juan María Jáuregui y uno de sus asesinos, Ibon Etxezarreta. Víctimas y verdugos se unen. Y, según han explicado Zabala y Amedo, empatizan, se respetan y comparten dolor.
Como ha explicado Rubio durante la presentación, GAL: El triángulo pretende relatar "los hechos y las vivencias de ambas partes en primera persona", pero también "revelar secretos", intentar descubrir "quién y cómo asesinó" a las víctimas de los GAL y "cuánto dinero costó el terrorismo de Estado". "Presentamos también documentación que esperamos que consiga que la Audiencia Nacional o la Fiscalía reabran algún caso", ha desvelado también. Como el Juan Carlos García Goena, la última víctima de los GAL. Pero todo ello girando en torno a un sentimiento: el dolor. Un dolor, ha dicho Rubio, diferente pero, en cierto modo, compartido. "El dolor no tiene colores. No hay víctimas ni de primera ni de segunda", ha comentado.
Y así lo han compartido los protagonistas. "Me gustaría que la gente se pusiera en mis ojos. Que imaginen que a una de las personas que más quieren la hacen desaparecer. A mí me ha tocado aprender por sufrimiento, y yo eso no se lo deseo a nadie", ha dicho, recordando su historia. Su hermano, José Ignacio Zabala, es uno de los nombres propios más conocidos cuando se habla de los GAL. Junto a José Antonio Lasa fue secuestrado en 1983 en la ciudad francesa de Bayona y conducido al palacio de La Cumbre en San Sebastián, un "centro de los horrores", que, ha denunciado Zabala, sigue perteneciendo al Ministerio del Interior. Allí, según la "verdad judicial", ha recordado, fueron torturados y asesinados.
Después, nada. No fueron identificados hasta 1995, más de una década después. En 1994 aparecían dos cadáveres enterrados en cal viva en Alicante y luego se supo que eran ellos. "Los años de la desaparición fueron los más duros que puede vivir una persona. Lo peor que le puede pasar a alguien es que otro ser humano le haga daño, por eso soy como soy. Desconfiar de la bondad del ser humano es muy difícil", ha relatado.
"Siento una profunda empatía y un gran respeto por Pilar", le ha respondido Amedo, que ha afirmado que no se siente "ni verdugo ni capataz", el apodo que Rubio le adjudicó por su papel en el conocido como GAL Azul, la división policial de los otros GAL: el Verde de la Guardia Civil y el Marrón del Cesid. Él, en cambio, se considera una "doble víctima": del Estado que, dijo, le "utilizó" por sus contactos en el sur de Francia para hacer la guerra sucia contra ETA; y de la propia banda terrorista, que intentó asesinarle en distintas ocasiones, según ha recordado.
El exsubcomisario de policía solo cumplió en prisión 12 de los 108 años a los que fue condenado. Después se reconvirtió en gestor inmobiliario y en escritor. Y en 2016 pidió que se reconociese que los GAL habían sido creados, amparados y financiados por el Estado.
Ahora, según ha dicho en la presentación del podcast, sigue queriendo que se sepa "la verdad". Zabala, mientras tanto, "que la juventud conozca la historia". "Hay que educar en la paz y en la reconciliación", ha dicho. Pero no solo. Tal y como ha recordado, el pasado viernes partició en el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU, organismo al que se ha presentado un documento para denunciar "la situación irregular" de España en este aspecto y para solicitar una vigilancia de la reforma de Ley de Secretos Oficiales para que se desclasifiquen todos los documentos relativos a los años de la guerra sucia contra ETA llevada a cabo durante los gobiernos socialistas de Felipe González. "No puede haber una ley que ampare delitos de lesa humanidad ni ataques a los Derechos Humanos", ha denunciado. "Tengo clarísimo que mi familia y yo somos buenas personas. No entiendo cómo un Estado que se supone que está para protegerte acaba haciendo todo lo contrario. En España hay democracia, pero es deficitaria", ha sentenciado.
El pasado mes de enero, la Fiscalía de la Audiencia Nacional rechazó la petición de la que también fuera candidata de Podemos a lehendakari para que se abrieran diligencias para esclarecer si el expresidente del Gobierno pudo haber incurrido en supuestos delitos por inducir a cometer asesinatos a través de los GAL o por presuntamente haberse prevalido de su cargo público para tolerar, financiar o encubrir graves vulneraciones de derechos humanos por medio de los fondos reservados. Pero la decisión no la ha frenado: a raíz de la decisión, según publicó Europa Press, Zabala impulsó la plataforma B-Egiaz para seguir luchando por esclarecer la verdad.
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