martes, 21 de febrero de 2023

20 febrero 2023 La Vanguardia (opinio)

 

20 febrero 2023


 

Los carteles del atentado a Picasso

2023, Año Picasso

Salen a la luz las obras del homenaje al pintor en 1971 y 1972 en Barcelona

Fue por la noche, a la una de la madrugada”. Así comienza el relato de uno de los episodios más intensos relacionados con la Barcelona de Pablo Picasso y que, este 2023, medio siglo después, vuelve a ver la luz coincidiendo con los actos de conmemoración del 50º aniversario de la muerte del pintor.

Como salidos del túnel del tiempo, una serie de carteles históricos de los años 1971 y 1972, que forman parte del fondo de obras de la Col·lecció Jordi Costa de la galería Taller de Picasso de Barcelona, se muestran en público por primera vez en cinco décadas en un acto de presentación hoy lunes en el hotel Oriente de la Rambla. Fueron creados para homenajear a Picasso por su 90º y 91º aniversario en un momento muy convulso, un tiempo de atentados y ataques contra librerías y galerías en España relacionadas de algún modo con el artista malagueño.

Ahora, estos mismos carteles sirven para rehomenajear a Picasso y para dar testimonio de aquellos hechos históricos. “Estas obras están aún vigentes porque hoy es tan importante como hace 50 años observar Barcelona con aquella mirada inteligente, generosa y crítica de Picasso; y Taller de Picasso vuelve a mostrarla intentando ir más allá”, detalla Hilda Bencomo, propietaria de la Col·lecció Jordi Costa del Taller de Picasso de Barcelona. “Es una mirada a una ciudad llena de trampantojos –prosigue–, donde es muy difícil ver la realidad, necesitamos todas las miradas de estos carteles y más”.

El año 1971 fue frenético. El 22 de enero, con solo 21 años, el galerista Jordi Costa (1949-2015), inauguró Taller de Picasso, precisamente, con una exposición de obras de Pablo Picasso. El edificio que albergaba la sala de arte y que aludía al primer taller que tuvo Picasso en la ciudad, era de Vicenç Martínez, uno de los grandes goleadores de la historia del FC Barcelona. Era el abuelo de Jordi Costa.

Desde el primer momento, Taller de Picasso se convirtió en el epicentro de artistas llegados de todo el mundo y daba oportunidades a los (y las) jóvenes. Durante aquellos primeros meses expusieron su obra creadores tan variopintos como el ceramista indio Himmat Singh Shrimal, enviado por el maharajá de Jaipur; el japonés Katsumi Mamine, quien presentó unos dibujos inspirados en la sardana; el pintor surrealista Gregorio Sabillón; o Lluís Claramunt, quien debutó con su primera exposición.

El 25 de octubre, Taller de Picasso, el Ayuntamiento de Barcelona y el Reial Cercle Artístic se unieron para homenajear a Picasso, que ya era nonagenario. Así que organizaron la actividad 90 años de genio , a la que alude uno de los carteles, obra de Luis Díaz, que se crearon para la ocasión y que ahora se vuelven a presentar con motivo del año Picasso 2023. De hecho, la portada del programa de actos de aquel homenaje al pintor en 1971 también estaba ilustrada con un retrato de Picasso obra del artista Alfonso Costa, otro de los pintores que pasó por la sala de arte barcelonesa.

Entre las actividades, se organizaron conferencias, coloquios, proyecciones y el alcalde de Barcelona, José María de Porcioles, inauguró en la fachada de la galería, en el número 5 de la calle de la Plata, una placa conmemorativa del primer taller de Pablo Picasso en Barcelona. Aparte de Jordi Costa, estuvieron presentes el vizconde de Güell, presidente del Reial Cercle Artístic, y, especialmente, el pintor Manuel Pallarès, quien había compartido el taller con Picasso en su juventud.

Pero, entonces, estalló la violencia. España estaba sumida aún en el régimen franquista y, a finales de 1971, una docena de galerías y librerías que se atrevieron a homenajear a Picasso por su 90º cumpleaños fueron atacadas por grupos de ultraderecha. Hubo tres atentados especialmente significativos: contra los grabados de la Suite Vollard expuestos en la galería Theo de Madrid, contra la librería Cinc d’Oros en Barcelona, y contra Taller de Picasso.

La galería de Jordi Costa quedó arrasada por un fuego provocado por el lanzamiento de cócteles molotov el 22 de noviembre. En aquel momento, exponía su obra el artista Ricard Vaccaro. No se salvó ningún cuadro. En 1975, el Colectivo de Cine Alternativo realizó el documental Un libro es un arma , en el cual Jordi Costa narraba aquel atentado: “Fue por la noche, a la una de la madrugada. Nos avisaron y nos lo encontramos todo quemado”.

Esta película se financió con la venta clandestina del dossier Atentados contra la cultura . El prólogo se atribuye a Manuel Vázquez Montalbán, quien denunciaba los “intentos de frenar la irreversible marcha del conjunto de la sociedad española hacia la democracia”. “Los ultras han tratado de detener ese proceso levantando cortinas de humo y ruido ante la palabra impresa o la imagen fílmica”, escribió.

Aquel atentado contra Taller de Picasso dio la vuelta al mundo. El 28 de noviembre de 1971, The New York Times titulaba: “Expositor de Picasso, atacado”. Incluso diarios estadounidenses de ciudades más pequeñas recogieron la noticia, como el The Blade , de Toledo (Ohio), que habló de un ataque “con bombas de gasolina”. Similar análisis hizo el Independent Press-Telegram de Long Beach (California). Le Monde hablaba de una acción de “los Comandos de Lucha Antimarxista” en un contexto en que “el régimen español trata desesperadamente de recuperar a los grandes artistas emigrados voluntariamente, como Picasso”, mientras que el Neue Zürcher Zeitung de Zurich apuntaba a “autores desconocidos”. Otros atribuían la autoría a los Guerrilleros de Cristo Rey. El International Herald Tribune citaba a “extremistas de derechas”. Y Le Socialiste hablaba de “gamberrismo franquista”.

Taller de Picasso resurgió de sus cenizas y se atrevió a organizar otro homenaje a Pablo Picasso en 1972. Había pasado un año. Además, por iniciativa de Santiago Palet, se organizó en Vallaurís (Francia) el 1er Rencontre international de hommage à Picasso , del 25 de septiembre al 5 de noviembre, en respuesta al violento ataque contra la galería. Se reunió una colección de 400 tapetes realizados por 280 artistas, como Joan Miró o Antoni Tàpies, que recientemente se pudieron ver en una exposición en los Espais Volart de Barcelona. En 2012, el Museu Picasso también le dedicó la muestra Homenaje a Picasso, 1972 .

En la galería de la calle de la Plata, el 19 de octubre de aquel 1972 se inauguró una exposición de Joan Cruspinera en la que ilustraba textos de Rafael Alberti, Raimon, Ovidi Montllor y Pi de la Serra. En el cartel conmemorativo retrató las miradas de Picasso y se lee el fragmento del poema de Alberti Los ojos de Picasso : “Siempre es todo ojos / no te quita ojos / se come las palabras con los ojos / es el siete ojos / es el cien mil ojos en dos ojos / el gran mirón”. También está lleno de frases célebres de Picasso sobre el arte.

Lejos de amedrentarse, la galería de la calle de la Plata quiso emitir un mensaje de resistencia ante la violencia y de defensa de la libertad en aquellos últimos años del franquismo. Aparte de las alusiones al movimiento de la Nova Cançó, el programa del homenaje a Picasso de aquel 1972 estaba ilustrado con poemas de Blas de Otero, como Pido la paz y la palabra . Aún más significativa fue la difusión, en catalán, de los versos de la Vaca suïssa de Pere Quart (Joan Oliver), poeta símbolo de la lucha antifranquista. Su poema había sido un himno de La Caputxinada, el encierro de estudiantes, profesores e intelectuales en el convento de los Capuchinos de Sarrià, en 1966.

Medio siglo después de aquellos episodios, el escenario escogido para presentar los carteles históricos es el hotel Oriente de la Rambla, porque fue donde Taller de Picasso organizó en los años setenta las reuniones de la Barretina de Xeixa, donde se hablaba de arte, literatura, gastronomía y de la situación social y política de finales del franquismo y de la transición democrática. “Taller de Picasso fue un espacio de libertad en un momento difícil”, remarca Hilda Bencomo. En aquellas reuniones se homenajeaba a un personaje, al que se le ponía la barretina, como a la escritora Maria Aurèlia Capmany o al pintor Antoni Tàpies. Se daba protagonismo tanto a hombres como a mujeres.

“Si hay un lugar en el mundo donde podemos encontrar todas las miradas es en la Rambla”, destaca Bencomo, “Jordi Costa decidió organizar estos eventos con la participación de personas que buscaban un espacio de libertad”. Fermín Villar, presidente de Amics de la Rambla, destaca la iniciativa “de Taller de Picasso de volver a recordar (y hacer ver a la gente de Barcelona) que la Rambla es central, no solo geográficamente, sino también anímicamente”.

Opinión:

Cuando aparece información sobre terrorismo, es indudable que hay dos “tipos de terrorismo” que copan casi el 100% de todo lo que se habla o publica. O son atentados de ETA o de origen yihadista.

A veces, muy de cuando en cuando, aparece algo sobre el GRAPO y mas de tarde en tarde sobre Terra Lliure.

Pero cuando se trata de hablar de terrorismo de extrema derecha se suele disfrazar como actos vandálicos o como acciones violentas. Y generalmente se emplazan en aquellos tiempos tan complicados de la llamada “transición”.

Pero, oh sorpresa… de vez en cuando van apareciendo noticias sobre aquellos actos terroristas que se intentaron incluso disimular o hasta esconder. Son aquellos atentados perpetrados por la extrema derecha y de los que casi nadie habla… por no decir que algunos niegan…

Pues bien, debo hacer una confidencia. En diciembre de 2010 (casualmente el mimso día en que el gobierno en Catalunya, decidió cerrar el Servei de Informació i Orientació a Victimes del Terrorisme, SIOVT), presenté públicamente en rueda de prensa en la sede del sindicato SPC (Sindicat Policies Catalunya ) un estudio sobre terrorismo en Catalunya.

En el estudio presenté la investigación de actividades terroristas entre 1960 y el mismo 2010. Aquel estudio trajo alguna consecuencia complicada: llamadas desde algunos teléfonos privados en los que se me advertía de las consecuencias por haber incluido como “atentadso terroristas” algunas acciones realizadas por la extrema derecha.

Pues por si a alguien le molesta recordarlo, la publico de nuevo:

“El 25 de novembre es la llibreria Cinc d’Oros de la aleshores Avenida Generalisimo Franco 492 la que va ser atacada per un grup anomenat Partido Español Nacional Socialista (PENS), fundat un parell d’anys abans a partir dels Comados de Lucha Antimarxista i la Hermandad Nacional Universitaria. Aquest atemptat va originar una corrent de solidaritat en el món de la cultura sent el Gremio de Editores qui va encapçalar aquest sentiment de rebuig. Els danys van ser importants al ser també destruïdes varies litografies de Pablo Picasso. Ja diez abans havia estat atacada una galería d’art que es trobava tot jut al costat d’on va viure el pintor malagueny a la seva etapa barcelonina”.

Qui volgui mes informació al respecte pot consultar amb el meu correo eltrasteroazul@gmail.com i podrá consultar tot l’estudi.

 

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