8 marzo 2024
Manuel R.Torres:
«La amenaza del terrorismo yihadista en España sigue siendo significativa»
Afirma que persiste la voluntad de protagonizar un atentado de gran impacto
Catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla, Manuel R. Torres es un gran experto en terrorismo, y autor de libros como El eco del terror. Ideología y propaganda en el terrorismo yihadista, Al Andalus 2.0. La ciber-yihad contra España y Desinformación. Poder y manipulación en la era digital. Veinte años después de los atentados del 11M considera que la amenaza del terrorismo yihadista en España sigue siendo grande y que estos grupos mantienen su voluntad de cometer un atentado de gran envergadura.
¿Cómo evalúa la amenaza del terrorismo yihadista en España en la actualidad?
La amenaza continúa siendo significativa, y prueba de ello es que los recursos destinados a combatirla siguen siendo los mismos que durante el auge del Estado Islámico. Los responsables de la lucha antiterrorista nunca han bajado la guardia, lo que ha permitido llevar a cabo una intensa actividad preventiva. El grueso de la actividad yihadista en nuestro país ha sido neutralizada en una etapa temprana.
¿Qué movimientos y mensajes está habiendo en internet en las redes yihadistas?
Las narrativas que utilizan estos grupos no han cambiado de manera significativa en los últimos años. Aunque ya no existe ese llamamiento a desplazarse al califato, sigue haciéndose hincapié en la victimización del mundo islámico, la obligatoriedad de la yihad armada y la búsqueda del martirio como la principal meta de un buen musulmán.
¿Puede repetirse otro 11M?
El mundo occidental ha sido capaz de conjurar en gran medida la amenaza de los macroatentados. Aunque el yihadismo ha seguido golpeando durante estos años con más o menos intensidad, la presión ejercida sobre estos grupos y redes ha llevado a que sus autores contemplen con mayor escepticismo la posibilidad de culminar con éxito un complot que se asemeje en sofisticación y ambición a lo que fue aquel 11 de marzo del 2004. Los atentados llevados a cabo en Europa por atacantes individuales consistentes en apuñalamientos y atropellos no han conseguido el impacto social deseado por sus autores. De ahí que siga muy presente en el imaginario de estos individuos la voluntad de protagonizar un ataque de gran envergadura capaz de generar un enorme impacto
¿Cree que queda algún cabo suelto de los atentados del 11M?, ¿falta algún aspecto por investigar?
Hemos conseguido acumular un conocimiento muy detallado de los aspectos fundamentales de este atentado. Todo aquello que aún desconocemos, que sobre todo tiene que ver con detalles, difícilmente puede alterar la comprensión general de cómo se gestó y ejecutó aquel ataque.
¿A qué debe que haya bajado el número de atentados en Europa y también en España?
La forma en la que se manifiesta el yihadismo no depende solo de sus planes, sino también de la respuesta de sus víctimas. Eso hace que su impacto sea muy diferente si miramos a los países desarrollados o si lo hacemos a aquellas zonas del planeta que sufren debilidad institucional. Así, por ejemplo, el colosal incremento de recursos de seguridad e inteligencia y una mayor concienciación social hacen que en Occidente el terrorismo sea un problema de seguridad con el que se puede convivir. Para sus autores, es muy difícil organizar una campaña de atentados sostenida en el tiempo o que implique una considerable movilización de recursos humanos y materiales. Cuestión distinta es lo que sucede en amplias zonas de África, Asia y Oriente Medio donde la débil respuesta de los aparatos de seguridad de esos Estados hace que el yihadismo puede desplegar todo su poder destructivo. Es en esa parte del planeta donde la violencia yihadista se convierte en una amenaza existencial para unas sociedades que no solo se ven sometidas a una violencia brutal, sino también al riesgo de que los yihadistas alcancen el poder e impongan su agenda totalitaria.
¿Cómo valora las teorías de la conspiración? ¿Alguna tiene una base real?
Un atentado es un acontecimiento idóneo para que arraiguen todo tipo de teorías de la conspiración. Se trata de algo traumático envuelto en la confusión, la información incompleta y la dificultad para interpretar de manera instantánea todo lo que rodea a este suceso. Solo se consigue alcanzar una imagen completa cuando transcurre un período de tiempo considerable. Sin embargo, estas teorías utilizan ese vacío para difundir un tipo de interpretaciones alternativas que se basan no tanto en los datos (o su ausencia) como en la predisposición de determinadas audiencias a creer en unos relatos que confirman sus prejuicios. El enorme impacto de las teorías de la conspiración del 11M guarda bastantes similitudes con lo que había sucedido en Estados Unidos durante los atentados del 11S, algunas de cuyas teorías conspiratorias todavía siguen resonando. Sin embargo, el volumen de evidencias que existe sobre estos ataques es tan abrumador que cualquiera que siga defendiendo, a día de hoy, esas interpretaciones solo lo puede hacer motivado, como señaló el profesor Fernando Reinares, «por ignorancia, interés o maldad».
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