lunes, 5 de febrero de 2018

05 enero 2018 La Vanguardia (opinión)

05 enero 2018 



Una nueva mirada sobre el 17-A
Cuatro analistas reflexionan sobre los atentados de Barcelona y Cambrils, seis meses después


El yihadismo sembró el terror en Barcelona la tarde del 17 de agosto y horas después en Cambrils causando dieciséis muertos y más de cien heridos. Gestos de solidaridad y de condena, y velas, flores y notas manuscritas en los lugares del horror testimoniaron el dolor de los ciudadanos, que se unieron bajo un lema: ”No tengo miedo”. Salir adelante tras la tragedia es reparador, pero quizá se pasó página demasiado rápido.
Cuatro analistas del Cidob (Barcelona centre for International Affairs) han elaborado un informe dividido en cuatro capítulos y coordinado por el investigador Moussa Bourekba, en el que ofrecen respuestas a interrogantes clave como por qué ocurrió y cómo evitar que se repita. Pero sobre todo quieren reactivar el debate.
“Lo que pasó fue muy grave y no se puede explicar con argumentos simplistas del tipo ‘eran marroquíes y el problema viene del islam o del salafismo en Catalunya’ –advierte Bourekba–, o bien pensar que los autores del atentado sufrían una situación de exclusión. Es algo más complejo, y buscar la razón nos tiene que apelar no sólo como investigadores, también como sociedad”.

En su capítulo, enfocado a las posibles explicaciones de los atentados, reflexiona sobre la integración. “Sobre la base de criterios dudosos, se afirmó repetidas veces que los autores del 17-A estaban plenamente integrados, ya que hablaban perfectamente el catalán y algunos trabajaban o practicaban deportes”, escribe Bourekba, que se pregunta: “¿Bajo qué criterios alguien puede decretar que otra persona ‘está integrada’ sin hacer referencia en ningún momento al sentimiento de pertenencia?”. Aporta, en esta línea, el testimonio del primo de uno de los terroristas: “Sí, nos criamos aquí y no tenemos problemas de convivencia, pero somos y siempre seremos ‘los moros’. En el colegio éramos ‘los moros’, y las chicas no querían salir con nosotros. Y los mayores creen que vendemos hachís”.
Bourekba señala que no se puede aplicar el mismo patrón de análisis a toda la célula terrorista de Ripoll y hay que valorar el papel del imán, que había recibido órdenes de ejecutar un atentado y contaminó ideológicamente a un grupo de chicos en los que ya había un poso de descontento. Y apunta un elemento al debate que no se puede soslayar: “Los terroristas de Ripoll tienen lazos familiares con Marruecos, pero no se formaron ideológicamente en Tánger o en Tetuán, sino que todo el proceso se desarrolló aquí y es hacia donde hay que mirar”.

También defiende que se exploren las actitudes hacia la inmigración la investigadora Blanca Garcés Mascareñas, que aborda en su capítulo las reacciones a los atentados, desde el ámbito político y de la sociedad civil. Las políticas de integración, señala, se elaboran desde los principios de convivencia e interculturalidad, pero “las encuestas de opinión muestran que las actitudes hacia la inmigración no difieren sustancialmente de las del resto de los países europeos”. Lo que cambia es el discurso político dominante, subraya, que hace hincapié en valores como la convivencia, la diversidad o la interculturalidad.
Garcés añade que la respuesta de Barcelona a los atentados, con el triple no –al terrorismo, el racismo y el miedo– supone un cambio de guion respecto a la respuesta que se ha dado en Europa tras cada atentado yihadista: incrementar la seguridad y/o criminalizar a la inmigración. “El objetivo de un atentado no son las muertes en sí, sino la respuesta que provocan”, recuerda, que pueden ser “respuestas contraproducentes” por parte de los estados.
La cuestión de la exclusión es también objeto del análisis de Jordi Moreras. Este analista apunta tres singularidades de los atentados de agosto: los radares de detección no funcionaron, el duelo fue extremadamente breve y, la principal, en cuanto se supo que los autores eran de Ripoll surgieron los interrogantes sobre qué había fallado. Al respecto, Moreras destaca algunos argumentos que sustentan que estos jóvenes que atentaron en ningún momento habían sido tratados como los otros chicos de Ripoll: “Nunca fueron nuestros porque tampoco lo eran sus familias. Nunca valoramos su papel socializador, ni entendimos por qué deseaban que sus hijos e hijas siguieran sus pasos. No valoramos su bagaje cultural ni su idioma, por no hablar de sus creencias. Nos resistimos a que se incorporen a nuestra escuela y deseamos que se fundan en nuestra identidad sin derecho a réplica”, constata.
En la prevención del extremismo violento, la investigadora Fatima Lahnait hace un análisis comparativo de las estrategias implementadas en otros países europeos, en muchos casos para no repetir errores, Y desde la constatación de que no existe una explicación única a los procesos de radicalización.
Lahnait habla de factores de incitación y factores de motivación, es decir, qué puede empujar a alguien a unirse a una organización violenta y qué ofrece esa organización que le puede ser atractivo (no sólo le ofrece violencia, quizá también un refugio a la islamofobia de Occidente). “Es crucial aprender de la experiencia para prevenir y combatir el extremismo violento”, subraya. Y cita, entre otros, el caso de Francia, donde se ha constatado que el enfoque represivo no ha funcionado.
“Sigo sin entender por qué hemos pasado página de los atentados –concluye Moussa Bourekba–. Algunos lo justifican en la agenda política catalana. También se puede plantear que hayamos entrado en algún tipo de rutina de atentados, es horrible decirlo. Pero tenemos que profundizar en el debate, tenemos que entenderlo”, subraya.

https://www.cidob.org/es/publicaciones/serie_de_publicacion/cidob_report/atentados_de_barcelona_reacciones_explicaciones_y_debates_pendientes

Opinión:

Que se realicen estudios sobre lo que falló, lo que no falló o lo que pudo pasar el 17 d agosto del pasado año es una muy buena iniciativa para no repetir los posibles errores cometidos.
Pero a quien le interese conocer la realidad relacionada con la asistencia a víctimas de los atentados cometidos ese maldito jueves, les recomiendo esperar a la presentación de UAVAT el próximo jueves 14 de febrero. Será una nueva demostración de lo que todavía falta por solucionar y de que, al contrario de lo que algunos quieren hacer creer, las cosas pueden y deben mejorar muchísimo.
Está claro que el tema de víctimas y afectados merece mucho más compromiso e interés.



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