lunes, 19 de febrero de 2018

18 febrero 2018 (4) La Vanguardia

18 febrero 2018 



Cambrils y Alcanar sanean poco a poco las secuelas de los atentados
Expertos, ayuntamientos y comunidad islámica coinciden en la importancia de promover una integración real para prevenir la radicalización


Seis meses después, las heridas empiezan a cicatrizar. Este fin de semana se cumple medio año del ataque terrorista en esta localidad del Baix Camp, que se produjo pocas horas después del ataque en la Rambla de Barcelona. La madrugada del viernes 18 de agosto dejó una víctima mortal, seis heridos y una mediática actuación policial.
Durante el otoño e invierno la localidad ha recuperado el ritmo normal de visitas turísticas y actividad comercial, coinciden el Ayuntamiento y las asociaciones de comerciantes y turísticas, pero entre los vecinos el recuerdo de lo sucedido sigue muy vivo en la memoria. “Fue una noche muy dura”, rememora la  la alcaldesa de la localidad, Camí Mendoza, que recuerda que recibió la confirmación de los hechos a través de una llamada de teléfono, hacia la una de la madrugada.
“En un primer momento nos recomendaron que nos quedáramos en casa, hasta que al cabo de poco recibí una llamada del entonces Delegat del Govern en Tarragona, Òscar Peris, para informarnos de las últimas novedades; entonces sí que nos desplazamos hasta el Ayuntamiento para seguir los acontecimientos”, cuenta Mendoza. A pesar de las víctimas que causó el atropello, recuerda que hubiera podido ser mucho peor”: “La actuación policial fue clave para que los hechos no fueran a más”.
Aún así, el duelo ha sido muy sentido y la localidad prepara un acto de homenaje para el primer aniversario de los hechos. Una conmemoración con persigue, en palabras de la alcaldesa, “recordar a la víctima mortal y a sus familiares, a los heridos y colocar un elemento físico en el lugar donde sucedió todo para que aquella noche permanezca en la memoria de los cambrilenses y visitantes”. 
Según fuentes de Mossos, la rapidez y contundencia con la que se trabajó la madrugada del 18 de agosto es resultado de la fuerte preparación de los agentes. Desde el 2015, apunta el inspector Albert Oliva, trabajan en un marco estratégico de alerta terrorista de 4 sobre 5 en el conjunto de Catalunya.
“La rotonda de Cambrils donde se detectó el vehículo es uno de lo 743 puntos estratégicos de vigilancia que marca la Operación Cronos de prevención y patrullaje”, explica Oliva. Dada la preparación de los agentes “la reacción policial se resolvió relativamente pronto, aunque hubo trabajos de investigación y atención a las víctimas e identificación que, como es lógico, fueron mucho más laboriosos”, añade.
De hecho, seis meses después de los hechos, la unidad destinada a casos de terrorismo islámico de Mossos sigue trabajando sin descanso, puesto que la alerta no ha bajado de nivel. “Nuestros equipos de investigación siguen elaborando informes semanales de noticias de todo el mundo para mantenernos informados y seguir actuando con la misma rapidez”, apunta el inspector Oliva.
Reitera que “no se puede bajar la guardia” y que los hechos de hace medio año “evidencian que este es un fenómeno global y que en el conjunto de Catalunya no hay zonas con un peligro latente más alto que otras de padecer episodios de este tipo”.
El inspector de Mossos también apunta que la colaboración civil fue “decisiva”, tanto en el plano informativo como durante en los distintos dispositivos policiales. Durante los días siguientes a los atentados recibieron cerca de 1.050 llamadas de personas proporcionando información y los embotellamientos que causaron algunos de los controles de carretera se asimilaron con comprensión. “La actuación ciudadana fue muy importante”, insiste Oliva, que destaca que ahora mismo la responsabilidad de Mossos sigue siendo “estar muy pendiente de indicios de nuevos episodios para garantizar la seguridad”. 
Los vecinos de Cambrils recuperan poco a poco la normalidad, incluida la comunidad islámica de la población. La convivencia es “normal y tranquila” con el conjunto de vecinos de la población, explican. “Es verdad que los primeros días tuvimos alguna situación inesperada debido a la gravedad de los hechos, pero no hemos detectado ningún problema de violencia destacable”, expresa Mohamed Ouadi, iman de la mezquita de Cambrils, ubicada en el polígono industrial local.
Por ello, Ouadi aplaude iniciativas de mediación como las del consistorio cambrilense, que después de los atentados ha iniciado una ronda de contactos con los principales agentes sociales para facilitar un diálogo con las comunidades musulmanas de distintos barrios. El objetivo de la iniciativa, que ya se ha puesto en marcha, es según la alcaldesa Camí Mendoza “estrechar lazos para evitar casos de segregación e iniciar una aproximación real”. Las actuaciones están previstas en Nou Cambrils, Eixample Poble y Eixample Platja.
”Si los autores de estos hechos fuesen musulmanes de verdad nunca los hubieran perpetrado, ya que nuestra religión nos prohíbe hacer daño”, se esfuerza en reiterar Ouadi. “Es importante para el conjunto de la sociedad que desvinculemos el Islam de la violencia para que la convivencia sea de total respeto”, asegura. Considera “indignante” que los grupos extremistas se apropien de la religión para perpetrar actos violentos y mancillen la imagen de todos los musulmanes.
Indemnizaciones por la explosión de Alcanar
Por su parte, el municipio de Alcanar (Montsià) también lucha por recuperar la normalidad, tras la explosión del chalet  que los terroristas usaron como laboratorio. Está en la urbanización Montecarlo, a tres kilómetros del centro. Medio año después de los hechos, el solar todavía sigue en ruinas y no se ha hecho ninguna otra actuación ya que las investigaciones policiales siguen abiertas, apunta el gobierno local.
El teniente de alcalde y portavoz del Ayuntamiento de Alcanar, Jordi Bort, destaca que después de las explosiones el Consistorio inició un ciclo de asambleas con los vecinos de Alcanar, Les Cases d’Alcanar y Montecarlo para trazar un plan común para la urbanización. “Está en suelo urbano no consolidado y la ley marca que el Ayuntamiento no puede realizar inversiones porque no está recepcionado”, recuerda Bort. Por ello, uno de los objetivos municipales es consensuar con los vecinos un proyecto de obras que sirva luego para los trámites de recepción de la urbanización. 
Por otra parte, la convivencia y la reparación de daños siguen su curso en la zona más cercana al chalet. “Los servicios municipales de mantenimiento y seguridad funcionan con normalidad”, asegura Bort, que añade que “se han empezado a cerrar algunos expedientes de indemnizaciones a vecinos de la urbanización de Montecarlo y de otras personas afectadas a causa de las explosiones”.
El consistorio destaca que las afectaciones tienen consideración de consecuencia de atentado terrorista y, en este caso, las indemnizaciones se gestionan a través de los fondos de compensación de seguros. Hay varios afectados que ya han recibido las asignaciones.
Después de la explosión no ha habido ningún otro sobresalto en esta población ebrense. “No hemos sufrido conflictividad”, celebra Bort, que apostilla que hay vigilancia intensiva de la policía local y comunicación constante con los Mossos d’Esquadra. “No podemos acceder a toda la información, ya que las investigaciones se encuentran bajo secreto de sumario, pero lo entendemos y respetamos”, acepta. La localidad también prepara un acto simbólico para recordar el primer aniversario de los hechos. 

El consistorio de Alcanar ha sido uno de los participantes en la presentación del estudio Atemptats de Cambrils i Barcelona: reaccions, explicacions i debats pendents del Centre d’Estudis i Documentació Internacionals a Barcelona (CIDOB) una cita que se ha celebrado este viernes en Cambrils.

Los datos del informe evidencian el profundo reto de construcción de sociedad que se esconde detrás de los hechos. “Hemos confiado demasiado en las fortalezas del sistema de integración presente en nuestra sociedad, sin tener en cuenta que estamos inmersos en un mundo complejo y muy interrelacionado”, argumenta el profesor de la URV e investigador sénior asociado al CIDOC, Jordi Moreras.
Según Moreras, el impacto del terrorismo en pequeñas poblaciones como Cambrils, Ripoll y Alcanar despiertan un fuerte sentimiento de desprotección de la población. “Inconscientemente, tenemos claro en nuestro imaginario que estos hechos suceden en grandes capitales, pero cuando no es así aumenta nuestra percepción de la amenaza”, apunta el investigador.
En este marco, Moreras destaca la importancia de replantear el modelo actual de acogida. “La sociedad la formamos todos y tenemos que replantearnos este ‘nosotros’ de raíz para evitar problemas vinculados a la inmigración que deriven en este tipo de actos”, destaca el experto del CIDOB. Augura que la solución a este conflicto “es global y tiene un margen de tiempo y un recorrido de largo alcance”.

 


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