07 març 2012
Los presos de ETA debaten sobre el nuevo escenario que podrían presentar en breve
La discusión interna se ve condicionada por la exigencia del Gobierno de arrepentimiento
Los presos centran su debate en pedir el acercamiento y la libertad de los enfermos
Los presos de ETA debaten desde finales del pasado año distintos aspectos para mejorar su situación carcelaria. Sobre la mesa de los reclusos está la discusión sobre los beneficios penitenciarios que el Gobierno central sólo está dispuesto a conceder a aquellos reclusos que se alejen de la violencia. También se está abordando las demandas de acercamientos al País Vasco y de libertad para los reclusos enfermos. Todo este análisis del colectivo de reclusos se enmarca en la nueva situación surgida del cese definitivo de la actividad armada. Los presos tienen intención de plasmar en un corto plazo de tiempo en un documento la conclusiones y la necesidad de «dar pasos», según fuentes conocedoras de los movimientos en las cárceles.
El denominado Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK en sus siglas en euskera) estudia estas semanas como adecuarse a la nueva coyuntura, marcada por el final del terrorismo y las exigencias del Gobierno de Mariano Rajoy, que de entrada se va a limitar a potenciar la concesión de beneficios penitenciarios y la reinserción social sólo a los internos de ETA que den muestras de arrepentimiento. También estudiará la situación de los reclusos con enfermedades graves. Mientras ETA no se disuelva, Moncloa no tiene intención de ir más allá, como adelantó este periódico el pasado domingo.
Por el contrario, el reto del EPPK es lograr la salida de las cárceles de los alrededor de 670 reclusos. Las demandas de acercamientos, puesta en libertad de los presos enfermos y salida de las cárceles de aquellos que ya han cumplido las tres cuartas partes de la condena son algunos de los aspectos que centran las conversaciones. Pero la nueva estrategia del Ejecutivo del PP y sus exigencias también están en la agenda del actual debate impulsado por los reclusos, según los medios consultados, que desconocen, de momento, la postura que adoptará al respecto el EPPK.
El denominado Colectivo de Presos Políticos Vascos inició en diciembre una campaña para reclamar de forma colectiva beneficios para los internos, aunque admitiendo, como marca la ley, que debían ser tramitados de forma individual. Los presos dieron un paso histórico en septiembre al firmar la Declaración de Gernika, junto a la izquierda abertzale, Aralar, EA y Alternatiba. Este texto, entre otras cosas, abogaba por el reconocimiento del daño causado por ETA y promulgaba el cese de los atentados para siempre. Una de las posibilidades que se baraja ahora, como vía de salida para los internos, es que los reclusos asuman de forma individual, en vez de bajo el paraguas colectivo de los firmantes de Gernika, el reconocimiento del daño causado recogido en el manifiesto suscrito en 2010 en la villa foral vizcaína.
No obstante, el Ministerio del Interior está alentando en las prisiones la vía Nanclares, mediante la cual los reclusos están desmarcándose de ETA y pidiendo perdón a las víctimas del terrorismo. Una estrategia seguida por un grupo de reclusos disidentes encarcelados en Zaballa (Araba), pero que no es secundada ni por el EPPK ni por la izquierda abertzale.
En cualquier caso, los presos de ETA son conscientes de la nueva coyuntura abierta tras el cese de la violencia y tienen previsto hacer público en breve las reflexiones y los documentos finales de este debate. Con toda seguridad, los reclusos reclamarán su «papel en el proceso de paz», realizarán una «lectura política» de la situación y destacarán las movilizaciones sociales como la masiva manifestación del pasado 7 de enero. Por el contrario, el desarme y la disolución de la organización armada no están siendo objeto prioritario de debate en este proceso interno, según las fuentes consultadas. El nuevo escenario abierto ha creado dentro de las prisiones las lógicas expectativas de una futura salida para los presos. No obstante, la izquierda aber-tzale y los colectivos de apoyo a los reclusos han venido denunciando la «política cruel que les aplica, a su juicio, el Gobierno español, así como el «inmovilismo del PP».
'No' del PP a Currin
Desatascar el nudo de los presos es uno de los objetivos del mundo de la antigua Batasuna junto a un proceso de desarme de ETA acordado con Madrid y París. En esta tarea están sumergidos los mediadores del Grupo de Contacto Internacional del sudafricano Brian Currin, que tratan de entablar una relación entre el Gobierno de Rajoy y la organización armada, como avanzó ayer este diario.
No obstante, el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, aseguró ayer que el Gobierno español tiene «todas sus fuentes de información activadas» y por lo tanto «no necesitamos que venga Brian Currin a hacer de intermediario». En declaraciones a Radio Euskadi, Oyarzábal explicó que «el Gobierno tiene perfectamente claras las cosas que tiene que hacer y todos los elementos de juicio y de información alerta», y «está haciendo lo que debe hacer, no se trata de que nos enrede Currin en lo que quiere ETA».
El número dos de Antonio Basagoiti insistió en que «un gobierno democrático no se puede sentar nunca con una organización terrorista». Cree que si ETA pretende deshacerse de sus arsenales, debe «avisar exactamente cuándo y dónde lo quieren hacer». Oyarzábal también criticó las palabras del presidente francés, Nicolas Sarkozy, mostrándose favorable al acercamiento de presos de ETA, aunque que las atribuyó a que el mandatario galo habló «desde el desconocimiento».
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