14 septiembre 2014
Lasa y
Zabala, la polémica llega al cine
La película
sobre los dos etarras asesinados por el GAL llegará al Festival de San
Sebastián con críticas al haber recibido ayudas del Gobierno Vasco y de
Gipuzkoa
El cine español ríe y llora con ETA
“El caldo de cultivo de odio entre
gente joven”, fue lo que motivo a Pablo Malo a filmar Lasa
y Zabala. La película, que se estrenará en el festival de Cine de San Sebastián (que arranca el próximo viernes) ha empezado a generar
polémica tanto por el tema y su realización, es considerado el primer caso de
los GAL, como por su financiación, ya que ha contado con ayudas del Gobierno
vasco, la cadena de televisión ETB y la Diputación de Gipuzkoa.
“Teníamos claro que íbamos basarnos
en el sumario porque es un tema especialmente delicado”, explica el director
donostiarra, ganador en 2004 del Goya a Mejor dirección novel porFrío sol de invierno, que ya recibe
acusaciones de “izquierdista abertzale” o “batasuno”. Ha “contado esta
salvajada”, asegura, “igual que podía haber contado la salvajada que ETA hizo
con el asesinato de Miguel Ángel Blanco o el terrible secuestro sufrido por
José Antonio Lara”. Tiene claro que el filme solo se ha podido realizar tras el
abandono de las armas por parte de la banda terrorista.
Todo empieza una noche. Lloviznaba
y hacía frío. Las calles estaban casi vacías ese sábado 16 de octubre de 1983
en Bayona (Francia). Joxean Lasa y Joxi Zabala, miembros de ETA y refugiados en
el País Vasco francés desde dos años antes, salían de un bar de la localidad
cuando fueron secuestrados y metidos en el maletero de un Renault 12 blanco. En
este cruzaron la frontera para ser conducidos hasta el Palacio de la Cumbre , en San Sebastián,
un edificio deshabitado propiedad del Ministerio del Interior. Allí, fueron
sometidos a salvajes torturas por miembros de la 513 Comandancia de la Guardia Civil de
Gipuzkoa, al mando entonces del comandante Enrique González Galindo.
Transcurrido más o menos un mes, los dos jóvenes fueron asesinados de un tiro
en la cabeza y enterrados en cal viva en Busot (Alicante). Sus cuerpos fueron
identificados 12 años más tarde. Lasa y Zabala tenían 20 y 21 años. Dos de los
guardias civiles, Enrique Dorado y Felipe Bayo, de 23 y 25 años, más tarde
fueron condenados por torturas a los secuestrados, . A Pablo Malo ese dato de
las edades de los cuatro le impresiona y sorprende sobremanera.
Después de años de investigación, Malo presentará el
25 de septiembreLasa y Zabala (con guion de Joanes Urkixo) en la
sección oficial fuera de concurso del Festival de San Sebastián. La película,
afirma, está basada, dato por dato, en los hechos probados, juzgados y
ratificados por los tribunales internacionales. Está protagonizada por Unax
Ugalde, en el papel del abogado de las familias de Lasa y Zabala Iñigo Iruin, y
por Oriol Vila, Francesc Orella, Aitor Mazo, Pep Tosar, Ricard Sales y Andrés
Gertrúdix, entre otros.
La película recorre el tortuoso camino desde la
desaparición de los dos etarras, que habían huido a Francia tras el asalto
frustrado a un banco en Tolosa, a la identificación de los cuerpos, 12 años
después, y la apertura de un largo sumario hasta el juicio que condenó al
teniente coronel Ángel Vaquero, los guardias Dorado y Bayo, el exgeneral
Rodríguez Galindo y el ex gobernador civil de Guipúzcoa, Julen Elgorriaga, a
entre 67 y 71 años de prisión.
La polémica no ha hecho más que empezar. “Te das
cuenta”, lamenta el director, “de que todavía vivimos en los extremos, es muy
difícil que las posturas se vayan acercando, que uno reconozca y comprenda el
dolor del otro. La violencia me repugna. Me parece injusto que por el hecho de
que hagas una película sobre Lasa y Zabala te posicionen en un lado político”.
El caso de estos dos etarras “es un capítulo más de la tragedia y la violencia
que ha sufrido el País Vasco durante 50 años”, añade el director sobre esos
años de plomo que crearon dolor y odio. Horas antes del secuestro de los dos
jóvenes, ETA había asesinado a un guardia civil en Oñati (Gipuzkoa) y cuatro
días después aparecía muerto con un tiro en la nuca el capitán de Farmacia
Alberto Martín Barrios, secuestrado por ETA dos semanas antes.
La película, producida por AbraProd y Parsimonia, ha
contado, según el productor Joxé Portela, con ayudas del Gobierno vasco
(300.000 euros), la cadena de televisión ETB (700.000 euros) y la Diputación
de Gipuzkoa (100.000 euros), presidida por Martin Garitano de la coalición
Bildu. Esta última cifra es la que ha levantado más ampollas. Se trata de una
ayuda extraordinaria y nominada para esta película, sin concurso de ningún tipo,
reconocen en la propia Diputación, que también concedió en la misma orden igual
cantidad para Amama, un filme sobre el conflicto
generacional en el mundo rural rodada en euskera. La institución
de Gipuzkoa justificó esta decisión en el gran valor social de las dos
historias. El grupo socialista en la Diputación critica esta ayuda no por el hecho de
tratarse de una película sobre Lasa y Zabala, secuestrados durante el gobierno
socialista de Felipe González en el poder, sino por realizarse de manera aleatoria
y con el informe negativo de los auditores forales.
El jueves 25 de septiembre, a un kilómetro escaso
del Palacio de la Cumbre ,
se presentará en el Zinemaldía esta película. Las familias de Lasa y Zabala han
visto el filme hace pocos días. No fueron ni las madres ni los padres de los
chicos. “La salida fue como asistir a un funeral”, recuerda Malo.
“En ningún momento me he olvidado del sufrimiento de
las víctimas de ETA. No hay justificación política ninguna, pero el sufrimiento
de los otros también merece ser contado. Una forma de avanzar es que se empiece
a asumir estas barbaridades y se reconozca la culpa, que cada uno asuma sus
responsabilidades, que abramos las ventanas y entre aire nuevo”, finaliza Malo.
Después de este tiempo enfangado en el odio y la violencia, el director solo
sueña con una historia de amor, alegrías y risas.
Opinión:
Aprovecho la
ocasión para recordar que, si alguien se atreve a enfrentarse a los poderes
económicos o a la presión de poder perder publicidad, podría plantearse la
oportunidad de hacer una película sobre algunas víctimas del atentado de, por
ejemplo, Hipercor.
Podría
presentarles a víctimas que son verdaderos ejemplos de dignidad y honestidad.
Desgraciadamente hay muchas donde escoger... y también advertir de que quien decidiera
realizar tal proyecto debería ir con cuidado con algunos personajes que,
copiando casos reales de otras víctimas, se inventan secuelas y lesiones que
jamás han sufrido... y van a pares...
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