15 septiembre 2014
PAUL RÍOS COORDINADOR DE LOKARRI
"Los
miembros de ETA querrán saber muy claro cuál será su futuro antes de proceder a
la entrega de las armas"
Paul Ríos, coordinador de la red
social para el diálogo Lokarri, lleva años trabajando para que la paz y la
convivencia logren asentarse en Euskadi
El próximo 20 de octubre se cumplen tres años desde
que ETA anunció el fin de su actividad. Paul Ríos analiza para DEIA la
situación actual de proceso de pacificación y los pasos que aún restan por dar.
¿Cómo se encuentra el proceso de pacificación?
-El proceso de paz ha logrado resultados, aunque
entiendo que para la percepción pública es que ha comenzado un proceso de
desarme sin demasiada consistencia y que en política penitenciaria no ha habido
demasiados cambios ni avances. Son los dos grandes problemas del proceso de
paz. Pero a nivel de paz y convivencia se ha avanzado mucho.
¿En qué se puede visualizar ese avance?
-Ha habido experiencias de encuentros entre
diferentes tipos de víctimas, entre víctimas y personas que han estado
implicadas en la violencia. Hay espacios de diálogo que dan resultados. Hemos
tenido una de las Aste Nagusia más tranquilas de nuestra historia. A nivel
social se ha avanzado más que en los dos grandes temas del proceso.
Uno de esos temas es el desarme. En febrero se
produjo el sellado de una parte ínfima de las armas de ETA. ¿Hay algo más? ¿Se
ha dado algún otro paso?
-Hasta donde yo sé se está trabajando en cómo se
puede hacer el proceso de desarme teniendo en cuenta que puede haber un
problema de seguridad para los verificadores, tanto en España como en Francia.
¿Los verificadores siguen con su trabajo?
-Sí. Lo que ocurre es que tienen muchas
dificultades. Algunos intentos que se han hecho para tratar de encauzar este
tema han sido obstaculizados por el Gobierno español. Tengo la impresión de que
al Ejecutivo del PP solo le interesa una fórmula de desarme, y es la que dijo
el ministro del Interior: que ETA deje las armas en una campa para que las
Fuerzas de Seguridad las recojan. Eso es fácil de decirlo, pero cuando hay que
llevarlo a la práctica las cosas cambian.
¿Tan difícil y complicado es dar ese paso de
desarme?
-La fórmula técnica quizá no sea tan complicada,
pero hay que tener en cuenta varias cosas. Por un lado la Comisión de Verificación
tiene problemas de seguridad ya que se exponen a que se den nuevas querellas
que puedan terminar en procesos tanto en España como en Francia. Hay un segundo
problema. Parece ser que los miembros de ETA alegan que su seguridad no está
garantizada a la hora de mover armas o recabar la información necesaria para
llevar adelante todo este proceso. Si me preguntas a mí lo tengo claro: yo
nunca hubiera cogido las armas y ahora las dejaría directamente, pero no
estamos hablando de nosotros, sino de ETA.
¿Cuál es la principal dificultad para llevar a cabo
el desarme, técnica o de voluntad política?
-Creo sinceramente que es más una dificultad
técnica. Ahora bien, tampoco nos vamos a engañar. Seguro que también hay un
problema a futuro. Imagino que los miembros de ETA querrán saber muy claro cuál
será su futuro antes de proceder a la entrega de las armas.
¿Los verificadores se sintieron engañados por el
poco material que selló ETA en febrero?
-No sé lo que piensan ellos. Puedo dar mi opinión, y
creo que el problema fue que se generaron unas expectativas que no eran
realistas. Cuando esperas una entrega importante de armas y al final fue lo que
fue, la sociedad es normal que sintiera cierta frustración. Pero hay que ver el
lado positivo, y lo bueno es que ETA, que en el año 2009 estaba poniendo una
bomba de 700 kilos en Burgos, estaba entregando parte de su armamento, aunque
fuera una parte pequeña.
¿Quién generó esas falsas expectativas?
-Hubo mucha rumorología y aquí si uno dice envido,
el otro contesta dos más u órdago. Poco a poco se fue formando un gran globo y
al final se generó algo que no fue. Entiendo que es difícil mantener la
paciencia, pero hay que ir quemando etapas, cada cosa a su tiempo.
Ha dicho usted que los verificadores siguen con su
trabajo. ¿Entienden que fueran citados por la Audiencia Nacional ?
-Creo que sí. Que lo compartan o no, es otra cosa.
Ningún proceso de paz es fácil, pero es la verdad que aquí tenemos ventajas con
respecto a otros sitios. Aquellos que apoyaban la violencia han variado su
actitud, la sociedad tiene claro que desea vivir en paz y en convivencia.
Tenemos apoyo internacional. Por todo ello, se dan las condiciones para rematar
la jugada. Ojalá sea cuanto antes.
En un informe de la Fiscalía del Estado se
constata que ETA no va a volver a actuar, pero tampoco se vislumbra que vaya a
proceder a su disolución.
-El propio ministro del Interior ha dicho en varias
ocasiones que la decisión de ETA fue firme. En cuanto a su disolución, si fuese
yo lo haría mañana mismo, pero no soy ETA. Creo que ningún grupo como ETA toma
la decisión de disolverse sin haber finiquitado el tema de las armas. Si
quieres que se desarmen tiene que haber alguien que tome esa decisión.
A priori el proceso lógico sería desarme y
disolución.
-En tratados de la ONU se habla de DDR: que viene a significar
desarme, desmovilización y reintegración.
¿Entiende a políticos como Patxi Zabaleta que
consideran que ETA debe convertirse en una organización civil?
-Me voy a quedar con una cosa. Hay que entender que
para una víctima en cualquier momento que escuche que ETA ha sacado un
comunicado para valorar cualquier cuestión política resultará un hecho
doloroso. ETA ha sido lo que ha sido durante estos años, y oír solo la palabra
ETA genera dolor para muchas personas. En los últimos años en la izquierda
abertzale ha habido cambios de estructuras, de nombres, de siglas. Si quieren
actuar en política que generen una estructura llamada X y que actúen desde ahí.
No lo sé. Hay que entender a todos y ponerse en el lado de las víctimas.
En estos tres años usted ha apelado a los partidos,
les ha incitado a que se mueven. ¿Han hecho los deberes? ¿Han hecho todo lo que
debían hacer?
-No se han movido todo lo que debían. Cada uno podrá
responsabilizar al otro, pero lo cierto es que tengo la impresión de que ahora
mismo, y más en las fechas que estamos, se encuentran más en clave electoral
que en clave de hacer algo conjunto y compartido para gestionar la convivencia.
Si no, ¿por qué no están todos en la Ponencia de Paz? En un proceso de paz hay que
asumir riesgos.
¿Y los partidos no han asumido esos riesgos?
-Creo que muy pocos. Es difícil generalizar y no voy
a entrar en que éste ha hecho más y éste ha hecho menos, pero resulta
incomprensible que no haya un espacio donde puedan hablar de una manera
tranquila y sosegada de los temas que están encima de la mesa. Siempre se está
alegando al pasado, pero lo que hay que hacer es mirar a futuro y aprovechar
esta oportunidad.
Habrá alguien más que no se habrá movido y le
planteo directamente la actuación del Gobierno del PP.
-Lo del Gobierno de España va un paso más allá en su
responsabilidad. Tiene en sus manos muchas herramientas para construir la paz,
no lo hace y, además, parece que no le importa. Después de la ilegalización de
Herrira y la detención de los abogados parecía que el Gobierno estaba lanzado a
entorpecer y dificultar el proceso. Afortunadamente parece que eso ha parado,
pero tiene que hacer algo más. Me parece escandaloso que el lehendakari haya
presentado hasta tres planes a Mariano Rajoy para que haya cambios en la
política penitenciaria y que todavía no haya recibido ninguna respuesta. Es un
escándalo. Nadie ha conseguido que se mueva. Ni el lehendakari, ni los
mediadores internacionales, nadie. Es un problema gravísimo. Lo que ha hecho,
que no ha sido apenas nada, lo ha hecho mal. Por eso creo que nos tenemos que
olvidar del Gobierno español y debemos hacer todo lo posible en Euskadi para
avanzar con este proceso. Llegaremos a donde llegaremos sin contar con el
Gobierno español. Los partidos y la ciudadanía vasca debe sacar adelante este
proceso.
¿Se ha dado una deriva peligrosa para el proceso de
paz?
-No para el proceso de paz en su globalidad, pero sí
es cierto que se han puesto muchas más dificultades para que haya acuerdos
entre partidos. Hace unos años veía más interés por parte de todos por llegar
acuerdos y lo que sucede ahora tiene mucho que ver con la deriva electoralista.
Entonces, ¿lo que resta de año será clave puesto que
2015 está plagado de contiendas electorales?
-Para mí lo importante eran estos dos años. Tras
elecciones al Parlamento Vasco de 2012 nosotros dijimos que teníamos dos años
muy importantes por delante: 2013 y 2014. Y en estos dos años no ha habido una
consolidación compartida del proceso de paz. Ahora no creo que haya tiempo para
lograr esos consensos en los meses que restan para acabar 2014. El objetivo es
que, al menos, no se agrande más la brecha de desconfianza entre los partidos e
intentar hacer un par de cosas.
Otra de las claves es el reconocimiento del daño
causado, algo que se ha pedido a la izquierda abertzale, que dice que ya ha
dado ese paso.
-Hay que distinguir planos ya que se mezcla Sortu,
EH Bildu, ETA, presos. Sería muy importante que quien ha cometido un daño
directo, reconociese ese daño causado.
¿Habla en concreto de ETA? ¿Debe reconocer el daño
causado?
-El IRA pidió disculpas por todo el daño causado. No
dijo que ese daño era ilegítimo o injusto. Eso no lo dijo en ningún momento,
pero sí pidió disculpas. Además, hay ocasiones en las que se puede mostrar
empatía con el sufrimiento de las víctimas.
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