21 septiembre 2014
“Reformaremos
cuatro grandes leyes para combatir mejor el yihadismo”
El ministro
del Interior afirma que las penas de terrorismo incluirán la pérdida de la
nacionalidad
Ha vuelto encantado de Estados
Unidos, donde se ha reunido con la cúpula de los servicios policiales y de
espionaje. “Me han dicho que España es un referente por su elevada
cualificación en la lucha contra el terrorismo”, proclama. Jorge Fernández Díaz (Valladolid, 1950) es ministro del Interior desde
diciembre de 2011. Es un apasionado de la historia colonial en África, y sobre
todo del desastre de Annual. En su despacho hay varios óleos de Mariano
Bertuchi con escenas de la vida en Tetuán. La entrevista se centra en dos
asuntos: ETA y la lucha contra el yihadismo islamista.
Fernández explica por qué ha elevado el nivel de
alerta contra el yihadismo: “No hemos sido el único país en hacerlo. Los
últimos acontecimientos muestran que hay una competición entre Al Qaeda y el
autodenominado Estado Islámico, su antigua franquicia local en Siria. Desde que el estado Islámico proclamó el califato, el 29 de junio pasado, hay una
rivalidad entre ambas por conseguir la hegemonía. Cuanto mayor nivel de horror,
mayor capacidad de liderazgo. Por ello consideramos conveniente revisar el
nivel de prevención, que estaba en 2 bajo y ha pasado a 2 alto. Es decir,
riesgo probable de atentado terrorista con intensidad alta. En España existen 5
niveles. Lo digo para no crear un alarmismo que no sería justificado”.
¿Pero hay indicadores de un mayor peligro para
España? “No estamos especialmente amenazados. Todo el mundo civilizado está
amenazado. Sería imprudente no haber hecho lo que nos proponen los expertos por
unanimidad”, explica el ministro.
A cada poco, Fernández aprovecha para felicitarse de
los buenos resultados de la policía y la Guardia Civil : “De
la necesidad de combatir a ETA durante décadas, se ha conseguido la virtud de
una gran profesionalidad en la lucha contra el terrorismo. Después hemos
sufrido el 11-M, que es el mayor atentado islamista en Europa. Del mal de haber
padecido el zarpazo del terrorismo, hemos conseguido el bien de haber obtenido
unos servicios muy especializados en esta materia”.
Desde la matanza del 11 de marzo de 2004, España no
ha sufrido más ataques islamistas. Pero el máximo responsable de la seguridad
del Estado advierte de que “es evidente que en cualquier momento podemos
tenerlo”. Aunque a continuación se enorgullece de que “ningún país europeo ha
detenido a tantos yihadistas como España, ya que desde el 11-M se han hecho 107
operaciones policiales con 519 detenidos, y en lo que va de legislatura ha
habido 19 operaciones y 51 detenidos”.
Quizá el mayor motivo de alarma lo representen hoy
los yihadistas desplazados a zonas de conflicto y los que puedan retornar tras
luchar en Siria e Irak. “Es público y notorio que mientras nuestros países
vecinos cuentan los desplazados por centenares, nosotros los contamos por unas
pocas decenas”, afirma. “Y cuando ellos cuentan los retornados, los cuentan por
decenas, mientras que nosotros lo hacemos por unidades”, agrega.
El ministro avanza “una panoplia” de medidas contra
el yihadismo: “Estamos estudiando una reforma transversal de la legislación
para dar respuesta eficaz a esta amenaza. Reformas en el Código Penal, la Ley de Enjuiciamiento
Criminal, la Ley
de Extranjería y el Código Civil”.
¿Podría detallar esas reformas?
En el Código Penal, por ejemplo, estamos trabajando
por una mejor tipificación como delito del llamado adiestramiento pasivo, es
decir, la conducta del que se está formando para ir a combatir. Ese
adoctrinamiento se hace en las prisiones, en los centros de culto o a través de
las redes sociales. También puedo hablar de penalizar la autorradicalización,
es decir, lo que hace que una persona se convierta en un lobo solitario. O de
la incitación a la comisión de actos terroristas o su apología por Internet. Y,
en particular, la posible inclusión en el Código Penal del caso de los
combatientes retornados, lo que conllevaría la prohibición de entrar en España
o bien de salir del territorio nacional para integrarse en un grupo terrorista.
¿Y en la
Ley de Enjuiciamiento Criminal?
Trabajamos en cómo mejorar la regulación de los
agentes encubiertos, y en la protección de testigos y peritos. En la Ley de Extranjería prevemos
acelerar los expedientes de expulsión o la prohibición de entrada de personas
que hayan cometido delitos graves.
¿Qué retoques planea en el Código Civil?
Que los delitos de terrorismo conlleven la pérdida
de la nacionalidad española. Y, por otro lado, en la Ley de Subvenciones, cabe la
retención de pagos de subvenciones y la pérdida de beneficios sociales…
Al margen de esto, apuesta por otra arma que él
llama “la contranarrativa”, que consiste en dar voz a las víctimas y en
promover discursos que den una visión moderada del islam. En esa línea va la Unión de Comunidades
Islámicas de España, que ha pedido a los imanes que sensibilicen a sus fieles
contra el yihadismo.
A Fernández le preocupa en especial un posible
semillero yihadista en Ceuta y Melilla. “Sería absurdo negarlo”, concluye.
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