26 septiembre 2014 (23.09.14)
Borja
Cobeaga: “En el País Vasco hay todavía mucho por contar”
El director
presenta ‘Negociador‘, tragicomedia sobre las negociaciones con ETA
Lo que nació como una comedia se
fue convirtiendo en una tragicomedia seca, con momentos hilarantes y absurdos
pero teñidos de una sensación de melancolía. Es la crónica del fracaso de las
negociaciones entre ETA y el Gobierno español en
2005-2006. El representante español, el socialista Jesús Eguiguren, tuvo que
volver a vestir corbata negra, lo hizo hasta seis veces, para asistir a
funerales de amigos y conocidos. El jefe de ETA, Xabier López Peña, Thierry, que
dinamitó la tregua, fue detenido y condenado y murió en la cárcel en 2013. ¿Qué
pasó en esas
conversaciones? ¿Cómo fueron los encuentros? ¿Qué comían, qué
bebían, como dormían? Borja Cobeaga ha fantaseado y despojado de toda solemnidad ese
proceso con la película Negociador,su tercer largometraje como director, que hoy se
ha estrenado, con enorme expectación y no pocos temores, en la sección
Zabaltegi del Festival de Cine de San Sebastián. Inspirada en hechos reales,
tras una investigación exhaustiva basada en libros, prensa y documentales,
Cobeaga escribió sin ninguna pretensión de hacer una crónica realista.
Sentado en el Boulevard de San Sebastián, el
realizador y guionista donostiarra reflexiona sobre los cambios experimentados
en el País Vasco. “Surge de algo muy personal. Quería poner más carne en el
asador. Ser vasco y haber nacido y crecido aquí te hace ver que todavía hay
mucho por contar. No es una historia sobre las negociaciones, sino sobre los
detalles colaterales y domésticos que la rodearon y que terminan influyendo
mucho. En ningún momento, quise centrarme en el diálogo político. Son esos
actos cotidianos los que me parecen más fascinantes”.
Protagonizada por Ramón Barea, supuestamente Jesús Eguiguren, Josean Bengoetxea (Josu
Ternera) y Carlos Areces (Thierry),Negociador hace saltar la risa pero también la
angustia. Móviles que uno no sabe manejar en momentos tan tensos, prostitutas
que intentan alegrar las noches a más de uno, encuentros más o menos fortuitos
en pantalón corto y zapatillas, comidas a solas… todo va apareciendo enNegociador, rodada en San Sebastián, Biarritz y
San Juan de Luz. También esas terminologías absurdas de lenguaje que tanto han
enredado las calles y las vidas. “Aquí hemos sido capaces de retorcer el
lenguaje hasta extremos increíbles, es algo que está en la vida cotidiana. La
pulsión de poner en pantalla cosas que ves en la calle me atrae mucho. Aquí se
juzga y se distingue a una persona dependiendo de qué periódico lleva bajo el
brazo, si te saluda con un 'Buenos días' o un 'Egunon' o si utiliza la palabra
Euskadi o Euskalherria", explica irónico el coguionista de Ocho
apellidos vascos y de Vaya
semanita, el primer programa televisivo que se atrevió con el humor
en torno al tema de ETA.
En el filme hay detalles inspirados
en la realidad y pasados luego por el tamiz de la fantasía y la ficción.
Consciente de que se metía en un tema delicado, Cobeaga fue a por todas, sin
complejos y acelerando. “No me quiero poner místico, pero esta historia merece
ser contada, sobre todo cuando se ha tratado todo con tanta solemnidad.
Solemnizar las cosas nos quita un punto de realidad. No hay ningún afán de
provocación ni de posicionamiento ideológico. Lo he afrontado con una gran honestidad
porque yo sé lo que es vivir aquí”. No cree Cobeaga que haya que reírse de
todo, pero sí que la risa tiene algo de liberador y más en situaciones
dramáticas. “La risa tiene algo de venganza contra la realidad y creo que es un
mecanismo de defensa después de todo lo que hemos sufrido, distinguiendo muy
bien lo que he podido sufrir yo como ciudadano y lo que han sufrido las
víctimas que es completamente diferente. No se cierran heridas pero
libera”", añade el realizador, que ya ve como un triunfo el que filmes
como el suyo y el de Pablo Malo, Lasa y Zabala, que
relata las torturas y asesinato de los jóvenes etarras a manos de la Guardia Civil en los
años 80, se estrenen en un escaparate internacional como es el Zinemaldia.
“Ójala demuestre que podemos contar estas historias. Es todo un avance”.
Pero si hay algo que le dolería especialmente a
Cobeaga es que Jesús Eguiguren se sintiera molesto con el retrato que de él se
hace en el filme. “Me quedo con la ilusión del personaje por que funcione la
paz. Todo el empeño de Eguiguren fue acabar con ETA. Eso es algo que sí
transmite el personaje que hace Ramón Barea. Su determinación está plasmada en
la película. Me encantaría que viera la película y conocer su opinión. No hemos
hecho un documental, es ficción, pero no me gustaría que se molestase porque no
hay ningún intento de ridiculizarle ni criticarle. Al contrario”.
Cobeaga se queda con la sensación,
esta sí real, que contó Eguiguren tras el fracaso de esa negociación. Sus
amigos de la cuadrilla que hacía años no le dirigían la palabra cuando se encontraba
con ellos por la calle, le devolvieron el saludo, orgullosos de que su colega
hubiera intentado la paz.
Opinion:
El señor
Borja Cobeaga es un excelente guionista y su labor en "Vaya Semanita"
es excelente. Me declaro seguidor confeso de esta serie de sketches de humor. Y
por el respeto que me merece su trabajo no cometeré el mismo error que la Delegada de Gobierno de
Madrid cometió con “La revolución de los ángeles” y por tanto opinaré sobre la película
una vez la haya visto, aunque ya hace unos años se estrenó en Barcelona una
obra de teatro y los miembros de la compañia tuvieron el detalle de invitarme
al preestreno para conocer la opinión de alguien que tuviera criterio y a la
vez pudiera hablar con total sinceridad.
Dicho
esto y basándome exclusivamente en sus declaraciones, le planteo un reto: una película
de lo mucho que todavía hay que contar sobre ETA fuera del País Vasco...
le podré dar nombres y apellidos de víctimas en Catalunya que son
verdaderos ejemplos de dignidad y que nunca han tenido que aprovecharse de las
secuelas ni las heridas ni el dolor ajeno.
En ocasiones se da la impresión
de que el mal llamado “conflicto vasco” solo ocurrió en el País Vasco obviando
las consecuencias que también ha dejado a su paso en otros puntos del Estado
español.
Aunque
hay que admitir que es digno de elogio su reconocimiento de que para hablar de
ETA en el País Vasco ha tenido que pasar tiempo pero.... para que se
hable de aquellos que aún estábamos mas alejados del mal llamado
"conflicto" ¿cuanto tiempo ha de pasar todavía?
No hay comentarios:
Publicar un comentario