15 mayo 2017
Los suicidios en la Policía cuadruplican a las
muertes en acto de servicio tras el fin de ETA
Durante la época en que la banda terrorista ETA estaba activa,
183 miembros de la
Policía Nacional fueron asesinados por la organización
armada. Desde que esta abandonó las armas, el número de agentes de la
institución que han perdido la vida en acto de servicio ha disminuido
drásticamente. Según datos proporcionados por el Gobierno en una respuesta
parlamentaria a preguntas del diputado socialista Antonio Trevín,
desde 2011, primer año sin actividad asesina de la banda, han muerto en el
transcurso de su labor policial 13 agentes.
En
concreto, en ese primer 2011 no hubo ningún funcionario del cuerpo fallecido en
acto de servicio; en 2012, cuatro; en 2013, cero; en 2014, tres; en 2015,
cinco, y en 2016, uno. De los cuatro que perdieron la vida en 2012, tres son
los denominados héroes de Orzán, los policías que en enero de ese año
acudieron al rescate de un joven eslovaco que había sido engullido por el mar
mientras estaba de fiesta. Los agentes acudieron a la playa coruñesa junto a
varios compañeros tras ser requeridos por los amigos de la víctima. Seis funcionarios
hicieron una cadena humana para intentar salvar al joven, pero una ola gigante
separó a los agentes y se tragó a
los que estaban más cerca.
Javier
López, Rodrigo Maseda y José Antonio Villamor, que serán recordados como héroes en toda Galicia, fueron
homenajeados por la policía y su muerte provocó un auténtico vuelco en el
corazón de sus compañeros, que veían reflejados en su ejemplo los valores de la
institución. Dos años después, otro suceso conmocionó al cuerpo: uno de los
tres agentes que perdieron la vida en acto de servicio en 2014 fue Vanessa Lage Carreira, de 36, que murió tras ser disparada por
el atracador de un banco, también fallecido en el intercambio de tiros.
La cifra de
13 policías muertos en acto de servicio, sin embargo, representa apenas una
cuarta parte del número de funcionarios que dijeron adiós a sus vidas de forma
voluntaria. En los mismos años, entre 2011 y 2016, se suicidaron 55 miembros de la Policía Nacional. Los dos últimos años
fueron los más tristes, con 11 y 10 funcionarios que decidieron quitarse la
vida, según refleja también una reciente respuesta parlamentaria del Gobierno a
otra pregunta del mencionado diputado Trevín.
Desde el año 2000, como aparece en la misma contestación
del Ejecutivo en el Congreso, 140 policías se han suicidado, tres más de los que anunció
El Confidencial hace seis meses. El problema es abordado con enorme discreción
dentro de la institución, que no habla públicamente del asunto, al entender que
eso puede generar un efecto llamada y provocar más sucesos desagradables.
Algunos sindicatos, sin embargo, piensan lo contrario y consideran que es
necesario coger el toro por los cuernos, abrir el debate, buscar las causas y
publicitar abiertamente herramientas que la Dirección General
de la Policía
ponga a disposición de las personas en riesgo de cometer estos actos.
Según explicó el pasado junio —tras el suicidio de otro
agente que se había atrincherado en un restaurante en Alcobendas (Madrid)—, el
portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Ramón Cosío, es necesario
hablar públicamente del tema para tomar conciencia de un problema que a su juicio no está siendo bien
enfocado por el Ministerio del Interior, que no dispone de protocolos de
prevención dirigidos a detectar precozmente los casos de funcionarios en riesgo
de acabar con su vida. Según Cosío, tanto Mossos d’Esquadra como Ertzaintza y Guardia Civil
cuentan ya con estos sistemas de detección y con grupos de psicólogos
disponibles las 24 horas para atender cualquier demanda al respecto.
Estos equipos de trabajo, aseguran desde
el SUP, han provocado de hecho que descienda el número
de suicidios en las mencionadas corporaciones,
cosa que no está ocurriendo en la Policía Nacional , según denuncian. Los datos
proporcionados por el Gobierno en respuesta parlamentaria son los primeros que
se hacen públicos de forma oficial, lo que representa un mínimo avance en esta
dirección.
Según los
datos que extraoficialmente maneja el sindicato, la mayoría de suicidios desde
el año 2000 se han registrado en Madrid, con 28 funcionarios fallecidos, seguida de la Comunidad Valenciana
(16), Cataluña (13) y Canarias (8). Por provincias, Ourense es la única en la
que no se ha producido en estos 16 años ningún caso de este tipo de fenómeno
que, según la organización sindical, afecta por igual a las distintas
categorías del cuerpo, salvo la escala superior (comisarios y comisarios
principales), en la que no se han registrado casos.
Opinión:
Ante la sospecha de que hay datos que no cuadran, quedo a
la espera de confirmar datos antes de presentar mi opinión.
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