29 mayo
2017
Oleada
terrorista en la UE
Los policías explican ese aumento de ataques
por el uso intensivo de ‘apps’ como Telegram. El Estado Islámico consigue
perpetrar al menos un atentado cada mes en los países europeos
Los policías y agentes de espionaje dedicados a
la lucha contra el terrorismo islámico, en conversaciones confidenciales, lo
reconocen ya sin ambages. «Europa está sufriendo la mayor oleada terrorista de
su historia. En los últimos meses, los atentados se han convertido en algo
cotidiano», sentencia un policía español dedicado al combate contra el
yihadismo. El responsable de un servicio de inteligencia se muestra aún más
contundente: «Hay que acostumbrarse. Durante algún tiempo va a haber que
convivir con ese golpeo constante del terrorismo».
Un repaso cronológico
les da la razón. En los últimos dos años y medio, desde enero del 2015 hasta
hoy, es decir, entre los ataques de Charlie Hebdo y la masacre de Manchester,
se han producido 18 acciones terroristas en territorio europeo. En los 11 años
anteriores al 2015, hubo seis, incluido el 11-M en Madrid. Es decir, se ha
pasado de una media de un atentado terrorista cada 22 meses a uno cada 1,6 meses.
Una tendencia que se ha incrementado aún más si
cabe desde la primavera del 2016. En los últimos 11 meses, en territorio de la UE se han producido 14 ataques.
Es decir, más de uno al mes. En estos meses ha habido de todo: acciones
perpetradas por lobos solitarios a bordo de camiones, como los atentados de
Niza y Berlín o Estocolmo; atentados con explosivo que llevaban la marca de una
célula organizada, como el de Manchester; apuñalamientos y disparos contra
policías en la vía pública; degollamiento de un sacerdote en su iglesia;
ataques con hacha dentro de trenes, incluso un atentado a las puertas del
Parlamento de Westminster…
Si el terrorismo
yihadista no es ni mucho menos un fenómeno nuevo. ¿por qué ahora se han
multiplicado los atentados de este modo?
Venganza
por la ofensiva
Los policías expertos en la lucha antiyihadista
apuntan a varias razones. La primera está vinculada a la ofensiva contra el
Estado Islámico en Siria e Irak. «Hay una evidente relación causa-efecto entre
las ofensivas sobre Mosul y Raqqa, las dos grandes ciudades controladas por el
EI, y esta oleada de atentados en suelo europeo», señala un mando policial.
«Dan Siria e Irak casi por perdidos, así que se vuelcan en la yihad en Europa»,
comenta este mando, que añade: «La idea es ‘vosotros nos atacáis en Siria,
nosotros os atacamos en Europa’».
Un argumentario que se
ha repetido con la masacre de Manchester, donde en los canales yihadistas se ha
justificado la matanza de niños y adolescentes en la ciudad británica como
respuesta a la muerte de niños en los bombardeos occidentales sobre posiciones
yihadistas en Siria e Irak. En ese atentado, además, se suma la concepción que
los yihadistas tienen de ese tipo de espectáculos musicales, que perciben como
depravados y satánicos.
Una maquinaria magistral
La segunda razón que
apuntan para explicar este martilleo constante de atentados radica en «la extraordinaria
y magistral maquinaria de comunicación que ha levantado el Estado Islámico»,
como señala otro responsable antiterrorista.
Los yihadistas han puesto en pie a través de
las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea –especialmente
mediante los canales de Telegram– un canal de comunicación constante y directa
con sus simpatizantes en Europa.
«Nunca antes un grupo yihadista
podía contactar de una manera tan rápida y tan directa con tanta gente. Sus
canales son extraordinariamente efectivos tanto para captar voluntarios como, y
eso explica lo que está pasando, para hacerles pasar a la acción. Han
conseguido crear un hilo directo con estos chicos. Es una vía de comunicación
de efectos demoledores. Les instan a actuar y les dan instrucciones de cómo
actuar. Además, como pueden contactar con tanta gente, aumentan las posibilidad
de dar con alguien dispuesto a actuar».
En esos mensajes, el EI
busca «pescar» en el caladero de jóvenes musulmanes sin futuro y con graves
crisis de identidad. «Su mensaje es poderoso: ‘No nos importa quién eres, ni de
dónde ni lo que haces. Pero necesitamos tu ayuda’», afirma este agente.
Los expertos policiales
coinciden en que esa oleada de ataques responde a una estrategia precisa.
«Ellos buscan que con esos atentados las sociedades europeas reaccionen con un
auge de la ultraderecha que alimente una política islamófoba que indigne aún
más a las comunidades musulmanas, lo que aumentaría la radicalización. Es el
círculo perfecto». Incluso están explotando en esa estrategia la deshumanizada
gestión del drama de los refugiados.
Las fuerzas de
seguridad intentan poner freno a esa ofensiva yihadista. La vigilancia sobre
los sospechosos de simpatizar con el yihadismo se ha multiplicado y se está
especialmente atento a la llegada de retornados, esos yihadistas que tras
combatir en Siria e Irak (donde han adquirido granes capacidades bélicas)
regresan a territorio europeo.
Pero no basta. «Esto se nos ha
ido de las manos, y dejárnoslo solo a los policías es un error», sentencia otro
oficial de la policía. «Aquí hay que hacer una estrategia global contra la
radicalización donde participen todas las administaciones (el Gobierno, los
ayuntamientos...) y en que se trabaje desde el ámbito religioso, educativo, de
juventud, etcétera».
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