Así son los 'homegrown', los terroristas solitarios que amenazan a Europa
Estos radicales, sin vinculación directa con Daesh, son prácticamente el
único recurso que le queda a la organización terrorista para atentar tras el
desmantelamiento de sus estructuras
Las derrotas del Daesh en Mosul y
Raqqa propiciadas
por la coalición internacional liderada por Estados Unidos en 2016 supusieron
el golpe más duro recibido por la organización terrorista. Sus aparatos de
propaganda y financiación fueron gravemente dañados hasta el punto de que,
desde entonces, sus líderes no tienen siquiera capacidad para dar instrucciones
más allá de la emisión de preceptos generales. Las estructuras podrían no
volver a recomponerse aunque eso no significa que la organización no pueda
volver a atentar.
De hecho, tras la caída de
estas dos importantes plazas, han cambiado las formas, pero no los fines. Las
armas ya no son aviones como en el 11S, ni bombas como en los trenes como el
11M o en los vagones de metro del 7J. Ahora predomina un terrorismo “low coast”
que utiliza simples cuchillos de cocina
o furgonetas de alquiler para perpetrar sus ataques, como ocurrió en los
atentados de Las Ramblas y Cambrils o en el de Westminster (Londres) del año
pasado. Los protagonistas de estas nuevas formaciones ya no suelen ser miembros de la
organización armada
que se inmolan por orden de la cúpula ni enviados que siguen directrices de
estos grupos tras prepararse para ello.
Ahora son ciudadanos que no
tienen ninguna vinculación con las estructuras del Daesh, que deciden actuar
por su cuenta y riesgo con los elementos que tienen a su alcance y que aspiran
a convertirse en mártires de un supuesto bien mayor. No en vano las
instrucciones de la organización terrorista después de perder Mosul y Raqqa
fueron en ese sentido: "Atentad con lo que tengáis a
mano". Eran indicaciones generales, pero que han calado en
los conocidos como 'homegrowns', seguidores que no tienen vinculación alguna
con la organización y que deciden atentar por su cuenta con las herramientas
más simples.
Este perfil, según explican
desde los servicios antiterroristas de la Policía Nacional, está creciendo
tanto en España como en el resto de Europa. "Son el presente y el futuro del terrorismo islámico",
aseguran las mismas fuentes. "Antes había pocos ataques pero estaban mucho
más elaborados; ahora hay más atentados, pero muy poco elaborados", añaden
desde el departamento que analiza y lucha contra la amenaza terrorista. Sus
miembros trabajan con una definición de la figura del 'homegrown': terroristas
sin relación directa con la organización.
"Son autodidactas,
autónomos, lobos solitarios que van por libre", describen. Se trata,
agregan, de "excéntricos que buscan en un ideario radical una salida a sus
procesos de frustración". De ahí que los investigadores de los Mossos d’Esquadra no hayan descartado aún que Abdelouahab Taib, el argelino de 29
años que atacó una comisaría de la policía autonómica en Cornellá el pasado 20
de agosto, pueda enmarcarse en esta definición. Todavía tienen que analizar cientos
de archivos encontrados en los dispositivos electrónicos encontrados en el
domicilio de Taib que pueden mostrar elementos que asocien los hechos con el
terrorismo.
Los investigadores del ataque
de París del pasado 23 de agosto
al grito de 'Alá es grande', por otro lado, tampoco descartan que el autor
-igualmente abatido por la Policía- actuara por motivaciones terroristas.
"El hecho de que sean su hermana y su madre las víctimas no es
determinante para desechar la posibilidad; 'homegrown' es un concepto muy
amplio", subrayan las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas,
especializadas en atajar este tipo de asuntos. No en vano, en los últimos meses
han abordado más de media docena de operaciones contra este
tipo de lobos solitarios.
Cambios drásticos de vida
La última la desarrollaron a
principios del pasado mes, cuando agentes de la Comisaría General de
Información detuvieron a un hombre de 21 años de nacionalidad marroquí que
residía en Algeciras. Era conocido de la Policía Nacional por moverse en
círculos radicales de ideología yihadista y recientemente había experimentado "un cambio drástico" en sus hábitos de vida. En
concreto, vertía manifestaciones de corte salafista extremista y por redes
sociales incluso llegó a defender acciones violentas perpetradas por Daesh y
otras organizaciones terroristas. Además, estaba tratando de incitar a otro
individuo a cometer atentados. "Era peligroso porque él solo podía elegir
el momento, el lugar y la metodología", explican las fuentes policiales.
Cinco meses antes, los mismos
agentes ayudaron a detener a un cubano afincado en Colombia que aseguró a
través de las redes sociales tener un plan para atentar en una conocida zona de
restaurantes de Bogotá frecuentada por funcionarios de la embajada
estadounidense e incluso contar con los explosivos necesarios para ejecutarlo.
Los investigadores observaron que estaba experimentando un "proceso de radicalización", que había
"abandonado una estética más occidental" y que ahora lucía
"prendas asociadas a una estética radical". "Hasta incluyó la
palabra yihadista en su nombre de usuario", añaden. "Este hombre
estaba muy mal, preparaba un artefacto y tenía una animadversión tremenda
contra Estados Unidos", subrayan.
En octubre del año pasado, además, los servicios antiterroristas españoles de la Policía Nacional detuvieron a otro varón de 52 años que se había convertido en un "núcleo de transmisión de contenidos yihadistas" que tenía el fin de captar adeptos y transformarlos en terroristas. El arrestado ya había sido detenido años atrás en el marco de la operación Dátil y puesto en libertad. En concreto, perteneció a Al Qaeda, cumplió más de nueve años en prisión por su participación en la organización de los atentados del 11S en Nueva York y abandonó la cárcel en 2011, momento en el que no dudó en volver a tomar contacto con el yihadismo para hacerse 'cibersoldado' y ayudar a difundir la estrategia de Daesh. Públicamente declaró que quería "vivir en paz" cuando abandonó el centro penitenciario. Los agentes especializados, sin embargo, conocían su perfil y decidieron seguirle para ver si eran ciertas sus intenciones.
Según explican las fuentes
policiales consultadas, el detenido -sin contactar con nadie de Daesh- aprendió
artes marciales y comenzó a desarrollar un "sofisticado modus operandi
virtual" para no ser detectado y llevar a cabo sus objetivos, que eran el
adoctrinamiento intelectual de algunos seguidores y el adiestramiento en técnicas de
combate a otros. Para lo primero, almacenaba material simultáneamente
en varios perfiles o en hilos de mensajería instantánea, donde utilizaba el
lenguaje habitual de estos foros para enlazar contenidos de la estrategia
global del Daesh. Para lo segundo, publicaba vídeos que él mismo hacía -porque
tenía gran destreza en el manejo de armas blancas- con mensajes "altamente
explícitos" con el fin de que quien los viera pudiera conocer las técnicas
para atentar.
En este último punto, el 'homegrown' incidía especialmente en sus vídeos en "preparar mentalmente" a sus reclutas para que cometieran los ataques terroristas convencidos de que estarían amparados por "mandatos divinos sobre el martirio". Su perfil, continúan las mismas fuentes, era el de "la versión 2.0 del combatiente yihadista", que emplea la red informática para combatir, interactuar y propagar el ideario terrorista. "Era un converso irreductible", como lo definen los investigadores
Todos estos arrestados son
"muy peligrosos", porque pueden organizar atentados y cometerlos en
muy poco espacio de tiempo. Pero, sobre todo, continúan las fuentes
consultadas, se trata de "perfiles muy difícil de identificar".
"No obedecen a ningún patrón, no suelen comunicarse con nadie y
solemos cazarles porque en algún momento experimentan un cambio radical, hacen
una despedida enigmática en redes o modifican drásticamente sus comportamientos
habituales", añaden. "Tienen un desprecio brutal por su vida, no
tienen referentes, porque ellos mismos quieren serlo y son muy conscientes de
que solo tienen una bala cuando actúan", describen las mismas fuentes.
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