15 septiembre 2018 elplural
José
Miguel Cedillo, víctima del terrorismo: "Zoido y Fernández Díaz me
engañaron"
Se rinde homenaje en
Errentería al policía nacional Antonio Cedillo, asesinado por ETA en 1982.
Hablamos con su hijo José Miguel
Alto de Perurena, Errenteria (Gipuzkoa). 14 de septiembre de 1982. Una
patrulla de la Policía Nacional con cuatro agentes a bordo es asaltada y
ametrallada por seis etarras, entre ellos Josu Zabarte, 'El carnicero
de Mondragón'. Tres de los policías murieron en el acto. El cuarto, Antonio
Cedillo, consiguió escapar y, malherido fue recogido por un albañil, quien le
subió a su furgoneta con la intención de llevarle al hospital. Sin embargo, los
terroristas pararon al vehículo y remataron al policía con un tiro a quemarropa
en la nuca. Al día siguiente, el policía nacional Julián Carmona se suicidó en la capilla ardiente
en el Gobierno Civil de Gipuzkoa de un balazo en la
sien. 36 años después, Jose Miguel Cedillo, hijo de Antonio, ha
vuelto al lugar en el que su padre fue brutalmente asesinado: “Hacer el mismo
recorrido que hizo mi padre ha sido muy especial porque he podido vivir en
primera persona dónde desayunó y cómo ocurrió todo. Tenía urgencia de estar
aquí. Ha sido impactante y doloroso pero necesitaba conectar con este
sitio”.
José Miguel era un niño de 3 años cuando el mismo 15
de septiembre de 1982 le metieron junto a su madre en un avión con destino
Sevilla. Hasta este viernes no había vuelto a pisar suelo vasco.
Cedillo descubrió “por casualidad” que su padre
había muerto a manos de ETA tras ojear en una librería Vidas rotas hace
solo 7 años: “Nadie me lo ocultó, de alguna manera no quería saber nada del
tema. Lo tenía apartado. Cuando lo descubrí todo fue el inicio de todo este
proceso. Y hace dos meses sentí la necesidad y urgencia de volver”.
“Me acuerdo del momento en el que nos informan, del
funeral, la muerte del compañero de mi padre y la vuelta a Sevilla”, afirma.
Tras haber vivido un suceso tan brutal, la secuelas te acompañan durante toda
la vida: “Desde que pasó me sentí mal. Con 5 o 6 años tenía ansiedad, siempre
nervioso, tenía problemas en el colegio y desde esa edad necesito un psicólogo.Durante
la adolescencia me entró una agorafobia muy fuerte y empecé a medicarme porque
era insoportable. Intentaba sobrevivir de alguna manera”.
Acercamiento al alcalde de Errentería
El mes pasado, José Miguel tomo la firme decisión de
querer organizar un homenaje a su padre en Errentería y para ello llamó al
regidor de la localidad, Julen Mendoza, de Bildu: “No sabía qué hacer y
llamé al Ayuntamiento. A los dos días recibí una llamada de Julen y
estuvimos hablando de mi caso y de mi vida, además de mostrarle el interés de
homenajear a mi padre Después de una semana me llamó para decirme que
quería corresponderme el acto de valentía viniendo a conocerme y así fue. Nos
vimos en el aeropuerto de Sevilla, dónde hablamos durante 4 horas y
profundizamos más en lo anteriormente hablado. La sorpresa llegó cuando me
enteré que el alcalde ya estaba dando pasos en el mismo camino que yo estoy
recorriendo. El de la convivencia y la paz”.
Marginación por parte de las instituciones
José Miguel Cedillo también lucha por el
reconocimiento de los niños afectados por el terrorismo: “Yo siempre me he
sentido bastante solo. Cuando empiezo este proceso me doy cuenta de la falta de
atención, esa soledad que supone no estar dentro de esa ley de víctimas”.
Por otra parte, valora el trato recibido por Jorge
Fernández Díaz y Jose Ignacio Zoido: “Dos
exministros me han engañado y el último (Zoido) ni siquiera me recibió”.
Sin embargo, el trato de Grande Marlaska es diferente: “Un
día recibí la llamada del ministro del Interior y me afirmó que conocía mi caso
y que va a hacer todo lo posible para cambiar la ley e incluir a los huérfanos
en la ley de solidaridad de víctimas”.
El asesinato de Antonio Cedillo no dejó culpables.
Tras indagar, consiguió un atestado de tres páginas y una carta del hospital
que acabaron siendo irrelevantes. No existía certificado de la autopsia.
Además, tres de los terroristas murieron en escaramuzas posteriores y otro vive
en Cabo Verde. El único condenado, Josu Zabarte fue imputado por colaboración.
Sin embargo, la falta de investigación provoco que dicho delito prescribiera.
Tras todo el sufrimiento, por fin, este sábado tiene
lugar el homenaje en honor al recuerdo de Antonio Cedillo Toscano: “Está
prácticamente todo el mundo invitado aunque no he recibido todavía
confirmaciones. Yo esto lo hago por mi, es mi proceso. Aunque me gustaría que
otros me ayudaran a hacer lo que yo no puedo, como la parte burocrática y
política. Yo pongo lo que puedo y espero que los demás me ayuden a completar
esto”.
¿Se puede perdonar?
Para José Miguel no es momento de pensar en el perdón:
“Hace mucho tiempo que no estoy en eso. Yo creo que de alguna manera lo
hice aunque yo estoy en el mensaje del ahora. En honrar y recordar a mi padre y
ayudarme de alguna manera a cerrar las heridas y cubrir mi necesidad. Y si este
mensaje consigue calar aquí, me voy más que orgulloso”.
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