08 febrero 2019
Casado resucita a
Mayor Oreja
Hoy como entonces
existe una tremenda desproporción entre la respuesta y los hechos denunciados
Lo que empezó como una polémica sobre el diálogo con el
independentismo catalán y sus formas ha derivado en la asunción por parte del presidente del PP, Pabvlo Casado, de las tesis radicales de Jaime
Mayor Oreja: “La agenda que vivimos en Cataluña es la de ETA, es decir, la
agenda del nacionalismo que se alía con la izquierda acomplejada y apaciguada”.
Mayor,
puente entre el PP y Vox, sigue sosteniendo, hoy, que el presidente Zapatero
pactó en 2004 con ETA la agenda rupturista de la unidad de España, presente hoy
en Cataluña. Y este disparate político —la mezcolanza de Cataluña, Euskadi, una
ETA disuelta, nacionalismos dispares e izquierdos con unos saltos vertiginosos
en el tiempo— que Mariano Rajoy, como presidente del Gobierno, no asumió,
Casado lo ha incorporado a su discurso. También Casado ha copiado de la
oposición radical del PP a Zapatero la llamada a la movilización callejera como
arma de desgaste gubernamental con el señuelo del riesgo de ruptura de la unidad de España por “la complicidad de la izquierda
con el independentismo”. Hoy como entonces existe una tremenda desproporción
entre la respuesta y los hechos denunciados: la figura de un relator para unas
conversaciones rotas sin empezar.
El PP,
entre 2005 y 2007 promovió o apoyó una docena de manifestaciones callejeras, la
mayoría contra las conversaciones del Gobierno con ETA bajo la acusación de que
negociaban el derecho a la autodeterminación para Euskadi y su anexión de
Navarra. En aquellas conversaciones, Gobierno y ETA hablaron de esos asuntos
entre otros muchos, pero no hubo acuerdo como confirman las actas y la prueba
definitiva es que ETA ha desaparecido mientras Navarra sigue existiendo y
Euskadi ni ha ejercido el derecho a la autodeterminación ni se espera. El
efecto electoral de aquella docena de manifestaciones contra el Gobierno fue
nulo para el PP. Zapatero mejoró sus resultados en las siguientes elecciones
generales. Pasó del 42,59% de los votos y 164 diputados en 2004 a 43,87% y 169
diputados en 2008. Las encuestas sostenían entonces, como hoy, que la mayoría
de los españoles prefieren el diálogo y la convivencia como instrumentos para
resolver los problemas y no la crispación
El trazo
grueso no le funcionó al PP y Rajoy aprendió la lección. En su segunda
legislatura en la oposición prácticamente desaparecieron ñas movilizaciones callejeras contra el Gobierno. Rajoy, que habló
con el Gobierno cuando ETA declaró el cese definitivo del terrorismo en octubre
de 2011, mantuvo una actitud prudente. Sin embargo, Mayor vaticinó que ETA
regresaría al terrorismo tras las elecciones. Mayor se equivocó y lejos de
reconocer su error garrafal esgrimió la tesis que Rajoy no asumió y que acaba
de abrazar Casado: que el proyecto de ETA se reaviva en Cataluña con la
complicidad socialista.
Opinión:
Parece que mezclar terrorismo con independencia y con el
dolor ajeno aporta réditos a ciertos personajes y a ciertas siglas y por ello
es importante que aparezcan especialistas “de los de verdad” en algún medio
para intentar poner cada cosa en su sitio correspondiente. Lo que sí puedo
decir bien alto y bien claro es que somos muchas las víctimas que en Catalunya
sabemos distinguir perfectamente entre unas cosas y otras y firmaríamos
inmediatamente el artículo de Luis R. Aizpeolea.
Que nadie se deje engañar por la opinión de ciertos “representantes”
que jamás preguntan la opinión a sus supuestos representados. Que nadie lo
olvide. Muchas pensamos por nuestra cuenta y no olvidamos fotografías como la
que acompaña a esta opinión… aunque otros no querrán ni que se hable de ella
porque se les caerían todos los proyectos personales basados en la mentira, la crispación
y la ignorancia a partes iguales.
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