viernes, 10 de mayo de 2024

09 mayo 2024 La Razón (opinión)

 

09 mayo 2024



La AVT pide nueve años de cárcel para "Kubati" y otros cinco exetarras por un centenar de homenajes a presos de la banda terrorista

En su escrito de acusación, la asociación destaca los efectos psicológicos de "injusticia" y "humillación" que causan estos actos en las víctimas

La Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) reclama a la Audiencia Nacional que condene a nueve años de prisión al exdirigente de ETA Antonio López Ruiz, "Kubati", y a los antiguos integrantes de la banda terrorista Haymar Altuna, Oihana Garmendia, Oihana San Vicente, Carlos Sáez de Egilaz y Felipe San Epifanio por la organización de 120 homenajes a presos etarras entre diciembre de 2016 y noviembre de 2020 a través de la dinámica abertzale "Kalera Kalera" (a la calle). La asociación pide para cada uno seis años de cárcel por un delito de constitución de organización criminal y otros tres por humillación a las víctimas y enaltecimiento del terrorismo.

Todos ellos, defiende la asociación de víctimas, estaban encuadrados en la "comisión de presos” de Sortu, encargada de los "ongi etorris" (bienvenidas) y homenajes a integrantes de la organización criminal desde que en 2016 fue ilegalizada Herrira, la organización abertzale encargada de la defensa de los presos etarras.

La AVT encuadra esos actos -que suelen llevarse a cabo cuando los presos de ETA salen de prisión o cuando fallecen en la estrategia orquestada por ETA para legitimar su actividad criminal e intentar mantener cohesionado al colectivo de presos de la banda y su entorno.

Al hilo del informe que encargó la AVT sobre el impacto psicológico de estos actos en las víctimas, la acusación incide en que esos efectos de "injusticia, humillación y abandono" acarrean que se haya cometido un delito continuado de humillación a las víctimas y de enaltecimiento.

La Guardia Civil detalla en un informe incorporado a la causa que desde "Kalera Kalera" se impulsó, desde su constitución en noviembre de 2016, una estrategia de "blanqueamiento" del entorno de ETA tras la disolución de la banda terrorista. De esta forma, venía a cubrir "un vacío estructural en lo que antaño se llamaba Movimiento Pro Amnistía", legitimando con esos actos la actividad terrorista. Se trataba, según el Instituto Armado, de una estrategia "perfectamente diseñada” para continuar con las actividades que desarrollaba Herrira, cuyas actividades suspendió la Audiencia Nacional, y sus antecesoras Askatasuna y Gestoras Pro Amnistía, ambas ilegalizadas.

En sus comparecencias ante el juez, tanto «Kubati» como el resto de investigados aseguraron que participaron en esos actos como dirigentes de Sortu o por su relación con los homenajeados, con el único afán de mostrarles su "sensibilidad".

Sensación de "abandono"

En su escrito de acusación, la abogada de la AVT Carmen Ladrón de Guevara hace hincapié en que esos actos de recibimiento a los terroristas "generan un impacto psicológico negativo en las víctimas del terrorismo de ETA", que se plasma en sentimientos de "enfado", "injusticia" y "humillación" en una intensidad "muy elevada". Una sensación de abandono (frente a las administraciones públicas fundamentalmente) que se acentúan en el caso de las víctimas "que residen en el País Vasco o que han vivido allí durante años". Asimismo, subraya la letrada, esos actos "influyen negativamente en la vida diaria e interfieren en la recuperación psicológica de las víctimas".

Opinión:

Que la AVT dedique su tiempo y recursos a perseguir penalmente a terroristas es correcto, diría que muy correcto. Totalmente correcto, es un modo muy correcto de invertir los recursos económicos.

Lo que ya no es tan correcto es que diga hacerlo porque genera un impacto psicológico en “LAS” víctimas de ETA… si acaso, sería más correcto decir en “LAS” víctimas que pertenecen a la AVT y previo conocimiento del criterio de cada una.

Conozco a víctimas que siguen perteneciendo a la AVT (que siguen en los listados aunque haga más de 20 años con las que no tienen contacto) a las que los “ongi etorris” ya no les importan lo más mínimo. Y más desde que la banda terrorista ETA ya cesó su actividad asesina allá por 2012. A muchasd víctimas (al tanto, a muchas y no a “LAS”) les importa mucho más recibir la asistencia que siguen necesitando y que las promesas gubernamentales se cumplan.

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