18 noviembre 2017
Religiones en la escuela
"La escuela
tendría que alfabetizar en temas religiosos"
Fernando Reimers,
experto en integración escolar, aboga por enseñar cultura de las religiones
para acabar con los extremismos
El profesor de
Harvard alerta también del aumento de las desigualdades entre pobres y ricos
No se trata de volver a estudiar doctrina religiosa como se hacía
antes, dice Fernando Reimers, profesor de Educación
Internacional en la
Universidad de Harvard. Pero sí se trata, prosigue este
especialista, figura de referencia en materia de equidad e integración escolar, "de alfabetizar a los jóvenes en
asuntos religiosos". "Porque la religión influye en los sistemas de
valores de la mayoría de personas y porque sin comprender
la diversidad religiosa, la integración se hace casi imposible", afirma.
Reimers, que esta semana ha paseado su voz rotunda y
su amplio conocimiento por el recinto de la cumbre mundial de innovación
educativa (WISE, en sus siglas en inglés) celebrada en Catar, constata, en
una conversación con este diario, que una de las asignaturas pendientes en
prácticamente todos los sistemas escolares de los países occidentales es la educación en valores
cívicos, en ciudadanía global. Solo así se va a caminar hacia una
integración real de los inmigrantes, insiste cuando se cumplen tres meses de
los atentados de Barcelona y Cambrils.
"Considero que lo que ocurrió este verano en Catalunya fue algo puntual, un hecho
aislado, pero eso no es contradictorio con el hecho de que en
este momento estén pasando en el mundo cosas preocupantes y desconcertantes,
como es el resurgimiento de
los nacionalismos extremos, de los populismos, donde líderes
irresponsables están fomentando la exclusión y la negación de quienes
son diferentes". Habla Reimers de movimientos neonazis, de populismos
como el que ha llevado la fractura a Venezuela (su país de
origen) y habla también de la radicalización religiosa alimentada por
el Estado Islámico. Y eso, advierte, es justo lo contrario de lo que
se debería hacer.
"A todos nos va a tocar en algún momento de
nuestras vidas entrar en interacción con personas distintas a nosotros, de
diversos orígenes culturales", reflexiona el profesor. "Bien porque
interactuamos con sus ideas a través de los medios de comunicación, bien porque
el trabajo está cada vez más desterritorializado y nos conectamos por motivos
laborales, bien porque a través del viaje, por la migración o por el turismo,
nos encontramos con esas personas diferentes", señala. "Y hemos de
enseñar a los niños a estar preparados para ello", defiende.
Una de las necesidades de esta sociedad cada vez más
globalizada "es por ejemplo producir una alfabetización religiosa" ¿Y eso es compatible con una
escuela laica y aconfesional? "Es que cuando hablo de
alfabetizar sobre temas religiosos no hablo de enseñar religión como práctica confesional,
porque eso corresponde a las familias y a los grupos religiosos", puntualiza
el profesor de Harvard. "La alfabetización religiosa -precisa- es enseñar
cuáles son las religiones que hay en el mundo, cómo se han encontrado en el
tiempo esas religiones y qué contienen".
Niños más cosmopolitas para evitar el conflicto
"La escuela tiene la capacidad de hacer cosmopolitas a los niños,
de hacerlos capaces de compartir con otros niños de diferentes religiones, de
diferentes razas y de diferentes orígenes socioeconómicos", proclama el
profesor, que es también investigador en políticas y programas de innovación
educativa. "Evidentemente la integración no es solo labor de la
escuela, porque hay otras
instituciones que también educan a los niños, como las
familias, los espacios de ocio y actividades extraescolares, pero estos no
siempre defienden valores de ciudadanía global y la misión de la escuela
es ser capaz de compensarlo", indica.
A esa escuela, que es un elemento muy pequeño dentro de la
gran trama de actores sociales con la que convive el niño, "hay que
ayudarla de manera especial", subraya Reimers. Con el aumento de las
desigualdades que ha traído la globalización, hay que invertir más que nunca en
la escuela, afirma. "Las personas con mayor capital social, económico
e intelectual son - explica- las que mejor se aprovechan de la globalización,
porque están más atentas al desarrollo de sus hijos, porque viajan y porque
tienen un mayor acceso a la cultura".
"Estamos viendo que un niño
de cuatro años cuyos padres son universitarios tiene un vocabulario mucho
más rico que el
niño pobre de su misma edad y esa brecha, con el paso del tiempo, se hace
aún más profunda", señala. Y las posibilidades de que las escuelas lo
contrarresten "son cada vez más difíciles". Los
intentos hechos por algunos países para evitar que la brecha se amplíe han
sido bastante infructuosos hasta ahora, lamenta Reimers. "Hay mecanismos
como las becas que ayudan a los estudiantes con talento y sin recursos,
pero por ejemplo en EEUU se está viendo que no son la solución,
porque la realidad es que estos alumnos llegan en un porcentaje muy bajo a
las universidades más prestigiosas", advierte.
Opinión:
"Considero que lo que ocurrió este verano en Catalunya fue
algo puntual, un hecho aislado, pero eso no es contradictorio
con el hecho de que en este momento estén pasando en el mundo cosas
preocupantes y desconcertantes, como es el resurgimiento de los nacionalismos extremos, de los populismos, donde líderes
irresponsables están fomentando la exclusión y la negación de quienes
son diferentes".
Para decir esto ¿en serio hay que ser profesor en Harvard?
Sinceramente, cualquier análisis (por muy cortito que sea
el analista) coincidiría en un 99% con el que nos presenta el profesor en
Harvard… pero me gustaría que gente con tanto conocimiento experto en Educación
Internacional hablaran sobre qué es realmente el terrorismo, cual es la
definición “internacional” más coincidente entre los diferentes países que lo
sufrimos desde hace décadas… esperaría más información y menos obviedades.
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