01 octubre 2019
Independencia sin violencia
Xavier Gurrutxaga
Una de las claves de innegable crecimiento que ha tenido el
independentismo en Cataluña en la última década reside en la naturaleza
pacífica de este movimiento; donde tanto la ciudadanía de apoyo como los
dirigentes políticos y sociales interiorizaron desde el inicio este rasgo como
algo inherente para la viabilidad del proyecto de secesión. Es decir, articular
un movimiento netamente pacífico en su praxis e indiscutiblemente pacifista y
contrario a la violencia en sus convicciones.
Si en Cataluña hubiera actuado una organización como ETA,
con los apoyos políticos de ésta, que utilizara la violencia como elemento de
coacción para la independencia, estoy seguro de que no se habría podido
articular el movimiento soberanista que ha cuajado esta década. Tampoco habría
cuajado desde organizaciones como ANC y Omnium se hubiera contemplado la
posibilidad de legitimar acciones violentas como respuesta a la represión o a
la cerrazón del Estado.
Afortunadamente no ha sido así hasta ahora. Aunque el
riesgo de que surjan algunos grupos que confíen más en la acción directa que en
la movilización pacífica y en la democracia, siempre está presente. Como está
presente también el riesgo de que cualquier fenómeno o acto de naturaleza
violenta o intimidatoria que pudiera llevarse a cabo desde algunos grupos
minoritarios sería aprovechado por ciertas formaciones políticas y algunos
medios de comunicación para mezclar al conjunto del secesionismo con la
violencia.
Desde hace ya más de un año se han practicado detenciones
de miembros de los Comités de Defensa de la República , acusados por la Guardia Civil en sus
informes y por la Fiscalía
de la Audiencia
Nacional de “terrorismo”, “rebelión”, “estragos”, etc. A la
primera detenida, Tamara Carrasco, se le acusaba de terrorismo y sabotaje por
haber actuado de coordinadora de los cortes de carretera, levantamiento de
barreras en puntos de peaje. La AN
rechazó las peticiones del fiscal Miguel Ángel Carballo y calificó inicialmente
los hechos como “desórdenes públicos”, dejándola en libertad provisional con
medidas. Esta semana se han producido las detenciones de nueve personas
vinculadas a los CDR acusados por el mismo fiscal de integración terrorista,
tenencia de explosivos y conspiración para cometer estragos. El juez de la AN resolvió acordar la prisión
provisional considerando que hay indicios que apuntan a la comisión de estos
delitos.
Sin dar tiempo para ver qué es lo que resulta e la
instrucción, muchos medios y formaciones políticas ya han realizado su
particular instrucción y enjuiciamiento. Para unos se trata de elementos
terroristas al servicio del proceso independentista. Para otros son víctimas
del la represión del Estado contra el independentismo. Convendría que todos
tuviésemos menos prisa, respetásemos el derecho a la presunción de inocencia de
los detenidos y nos abstuviésemos de emitir juicios definitivos sobre unos
hechos cuya instrucción acaba de empezar. Resulta imprescindible que las
fuerzas políticas independentistas efectúen una declaración firme a favor de
las vías pacíficas y de rechazo activo de la violencia, sin exclusiones,
incluidas también si se produjeran, de las acciones de violencia con la
finalidad de alcanzar la independencia.
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