viernes, 4 de octubre de 2019

01 octubre 2019 (2) El Correo

01 octubre 2019 



Independencia sin violencia
Xavier Gurrutxaga

Una de las claves de innegable crecimiento que ha tenido el independentismo en Cataluña en la última década reside en la naturaleza pacífica de este movimiento; donde tanto la ciudadanía de apoyo como los dirigentes políticos y sociales interiorizaron desde el inicio este rasgo como algo inherente para la viabilidad del proyecto de secesión. Es decir, articular un movimiento netamente pacífico en su praxis e indiscutiblemente pacifista y contrario a la violencia en sus convicciones.
Si en Cataluña hubiera actuado una organización como ETA, con los apoyos políticos de ésta, que utilizara la violencia como elemento de coacción para la independencia, estoy seguro de que no se habría podido articular el movimiento soberanista que ha cuajado esta década. Tampoco habría cuajado desde organizaciones como ANC y Omnium se hubiera contemplado la posibilidad de legitimar acciones violentas como respuesta a la represión o a la cerrazón del Estado.
Afortunadamente no ha sido así hasta ahora. Aunque el riesgo de que surjan algunos grupos que confíen más en la acción directa que en la movilización pacífica y en la democracia, siempre está presente. Como está presente también el riesgo de que cualquier fenómeno o acto de naturaleza violenta o intimidatoria que pudiera llevarse a cabo desde algunos grupos minoritarios sería aprovechado por ciertas formaciones políticas y algunos medios de comunicación para mezclar al conjunto del secesionismo con la violencia.
Desde hace ya más de un año se han practicado detenciones de miembros de los Comités de Defensa de la República, acusados por la Guardia Civil en sus informes y por la Fiscalía de la Audiencia Nacional de “terrorismo”, “rebelión”, “estragos”, etc. A la primera detenida, Tamara Carrasco, se le acusaba de terrorismo y sabotaje por haber actuado de coordinadora de los cortes de carretera, levantamiento de barreras en puntos de peaje. La AN rechazó las peticiones del fiscal Miguel Ángel Carballo y calificó inicialmente los hechos como “desórdenes públicos”, dejándola en libertad provisional con medidas. Esta semana se han producido las detenciones de nueve personas vinculadas a los CDR acusados por el mismo fiscal de integración terrorista, tenencia de explosivos y conspiración para cometer estragos. El juez de la AN resolvió acordar la prisión provisional considerando que hay indicios que apuntan a la comisión de estos delitos.
Sin dar tiempo para ver qué es lo que resulta e la instrucción, muchos medios y formaciones políticas ya han realizado su particular instrucción y enjuiciamiento. Para unos se trata de elementos terroristas al servicio del proceso independentista. Para otros son víctimas del la represión del Estado contra el independentismo. Convendría que todos tuviésemos menos prisa, respetásemos el derecho a la presunción de inocencia de los detenidos y nos abstuviésemos de emitir juicios definitivos sobre unos hechos cuya instrucción acaba de empezar. Resulta imprescindible que las fuerzas políticas independentistas efectúen una declaración firme a favor de las vías pacíficas y de rechazo activo de la violencia, sin exclusiones, incluidas también si se produjeran, de las acciones de violencia con la finalidad de alcanzar la independencia.






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