01 octubre 2019
El etarra Txapote, condenado a 33 años de cárcel por
asesinar a un funcionario de prisiones
Gaztelu y otro tres etarras por asesinaron a Máximo Casado
Carrera el 22 de octubre de 2000 en Vitoria.
La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional
ha condenado a 33 años de cárcel al exdirigente de ETA Xabier García Gaztelu,
alias 'Txapote', y los también miembros de la banda terrorista José Ignacio
Guridi Lasa, Xabi; Asier Arzalluz Goñi, Santi; y Aitor Aguirrebarrena
Beldarrain, Peio, por el asesinato del funcionario de prisiones Máximo
Casado el 22 de octubre del año 2000. El tribunal les impone 30 años de cárcel
por un delito de atentado terrorista con resultado de muerte y otros tres años
más por otro delito de daños con finalidad terrorista, así como una
indemnización en concepto de responsabilidad civil de 305.000 euros para la
viuda de Máximo Casado y la misma cantidad para su hija, de acuerdo a la
sentencia dictada este martes. Las condenas son fruto de la aplicación de la
pena máxima para el delito de asesinato terrorista, pues la Sala da por probado que se
trata de una muerte infligida sobre una persona de mediana edad seleccionada
exclusivamente en atención a su condición de funcionario de prisiones y en el
contexto de una campaña diseñada por ETA en aquella época contra
"carceleros y poder judicial". Orden de atentar La sentencia da por
probado que Txapote, desde Francia y sirviéndose de datos facilitados por otros
dos etarras dedicados a 'información', ordenó a Guridi Lasa, Arzalluz Goñi y
Aguirrebarrena que atentaran contra el funcionario en el marco de la mencionada
campaña. Todos, de acuerdo al tribunal, pertenecían al comando 'Ttotto' de ETA
que comenzó a actuar a finales de junio de 1999 en la zona de Álava. La Sala concluye así que el
atentado "se lleva a cabo como mecanismo para atemorizar al colectivo
profesional y al conjunto de la sociedad, además de intentar obtener
determinados fines plíticos perseguidos por la banda terrorista ETA a través
del enorme dolor que se causa con la muerte de una o varias personas".
Aplica el agravante de alevosía por la forma en que se produjo el asesinato,
mediante una bomba lapa en el vehículo del funcionario que estaba equipada con
un dispositivo de activación por movimiento, es decir, que sorprendió a Casado
indefenso y sin posibilidad de reaccionar cuando arrancó el coche, a las 7:45
de la mañana de aquel 22 de octubre, en el garaje de su casa.
Opinión:
Lógicamente, la justicia debe continuar su curso y
juzgar todos aquellos atentados que todavía quedan por esclarecer. Y que se
cumpla la totalidad de la condena impuesta, que bastante nos costó a algunas víctimas
conseguir la modificación del Código Penal en 1995…
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