25 diciembre 2019
Sortu carga contra
los colectivos de víctimas de ETA: "Deben justificar las ingentes
ayudas"
Denuncia en 'Kalera.info' que "se prodigan en
querellas que nada tienen que ver con el respeto a las víctimas" y
arremete contra el Gobierno vasco, PNV y Podemos por su "seguidismo
ciego"
“Siempre hay un colectivo, el que sea, obligado a proyectar
su presencia en los medios de comunicación, o al menos la de su portavocía, y
dispuesto al numerito o el
escándalo. Este puede cambiar de nombre, llamarse AVT, Dignidad
y Justicia o Covite, pero siempre en posiciones de denunciante, acusación
particular o provocación
continuada”. Sortu ha
arremetido duramente contra las asociaciones de víctimas del terrorismo en la revista que edita dirigida a los
presos de ETA, ‘Kalera.info’,
por “prodigarse en peticiones judiciales y querellas” que, según denuncia, “nada tienen que ver con el
respeto a las víctimas” y
que se realizan para justificar las “ingentes”
subvenciones públicas que reciben.
Además, las duras críticas vertidas hacia estos colectivos
las hace extensibles al
Gobierno vasco y al PNV y Podemos por
su “seguidismo ciego” hacia
estos colectivos cuando denuncian actos que implican a presos o exreclusos de
ETA. “La ceguera como el seguidismo no tiene limites, una y otra vez todos los
portavoces de algo o alguien se ven en la obligación de sumarse al coro cuando
los agentes de la provocación de la reacción española y españolista salen a luz
encendiendo fuegos en medio del desierto de las propuestas políticas de paz, de
resolución o de mera convivencia”, denuncia.
Sortu carga contra todos ellos en un artículo que se
publica en el último número de esta revista trimestral
propagandística de los presos de ETA, correspondiente al periodo de invierno de
2019, a
raíz de sus reacciones de protesta a la exposición que organizó el octubre el
Ayuntamiento de Galdakao (Vizcaya) con obras del etarra Jon Bienzobas y, más recientemente, a la charla que
ofreció el expreso José Ramón López de Abetxuko en la Universidad del País
Vasco (UPV-EHU) para denunciar la situación de los presos etarras con enfermedades graves.
La respuesta a la conferencia que organizó la red de apoyo
a los presos Sare el pasado 10 de diciembre en el campus
universitario de Álava con la
participación de López de Abetxuko y el abogado condenado por integración en el
frente de cárceles de ETA Txema Matanzas es,
según censura el artículo, la “última mecha
encendida” en contra de los reclusos de la banda
terrorista, a quienes “unos, desde su condición de enemigos jurados de lo vasco
y, otros, desde su condición de títeres y marionetas del españolismo que
mueve los hilos” pretenden llevar al “ostracismo y a la
exclusión social como castigo a través de la inhabilitación
pública”.
La polémica charla de quien recobró la libertad el pasado
año tras cumplir una condena de 30
años por los asesinatos en 1980 del jefe de la Policía Municipal
de Vitoria Eugenio Lázaro y del responsable del cuerpo de
Miñones de Álava Jesús Velasco,
motivó el rechazo mayoritario entre el arco político e institucional vasco: el
Gobierno de Iñigo Urkullu y el PNV cuestionaron su celebración desde el punto de vista
“ético”, el portavoz
de Podemos, Lander Martínez,
criticó que Sare no estaba siendo “todo lo sensible que debería”
con las víctimas de ETA, o la líder del PSE, Idoia Mendia,
lamentó que la conferencia fue un “paso atrás en la convivencia”. Además, la
protesta se evidenció en la calle con una concentración en
Vitoria a las puertas del aulario del campus de Álava de la UPV-EHU a la que acudieron
víctimas de ETA, familiares de los asesinados por López de Abetxuko y partidos
como el PP o Ciudadanos.
Ante estas y otras reacciones políticas e institucionales,
el partido heredero de Batasuna que domina la
coalición ‘abertzale’ EH Bildu
replica que “lo ético no puede no puede situarse en eliminar el derecho de
expresión, de palabra o la censura de las obras o méritos de presos o
expresos”. Por contra, subraya que el “imperativo moral ha de situarse en, “mediante acciones
concretas, alcanzar la paz, la convivencia y garantizar la no repetición”, lo
que “pasa ineludiblemente por eliminar el sufrimiento todavía existente y por la empatía hacia
todos los lados del sufrimiento”. Y, en este sentido, responde
que “no se pueden eludir las responsabilidades en la situación de ‘no solución’
sumándose a quienes nunca han apostado ni apostaran por soluciones
democráticas, el respeto de la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca y se
dedican a la provocación
continua y continuada”.
“Lo vemos continuamente, basta que cuatro provocadores enciendan un fuego para
que los medios de comunicación de su cuerda hagan de un hecho trivial un
problema de estado. Y, una vez encendido, políticos mediocres,
acomplejados y portavoces necesitados del tiempo mediático siempre están prestos para echar más
leña”, denuncia el artículo, titulado 'El ostracismo y
seguidismo ciego'.
En sus continuas embestidas contra todos aquellos que se
posicionan en contra de los "derechos" de los presos de ETA, asegura
que el hecho de que la ley de Reconocimiento y Protección Integral a las
victimas del terrorismo posibilite el derecho a la asistencia jurídica gratuita a las
víctimas lleva a que “todas estas asociaciones se prodigan en peticiones judiciales y querellas
que nada tienen que ver con el respeto a las víctimas”. Y entre estos casos,
sitúa el intento por prohibir la muestra en la casa de cultura de Galdakao con
obras de Bienzobas, condenado por el asesinato en 1996 del expresidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y
Valiente.
“No puede ser entendible que una exposición se acabe
haciendo pasar por un ataque o un
agravio a las víctimas”, sostiene. Por ello, carga contra
Covite por su “infundada” petición a la Audiencia Nacional
para prohibir la muestra, “como tantas otras veces en las que buscan
enaltecimiento donde no lo hay o necesitan buscar la foto y el necesitado titular que justifique
las ingentes cantidades provenientes de las arcas del Estado o el Gobierno
vasco en forma de subvenciones”.
Pero lo “preocupante”, según subraya, no fue la petición
formulada por la asociación que preside Consuelo Ordóñez,
la AVT , el PP o
VOX, sino el hecho de que el Gobierno vasco se “sumara a la ola” y pidiera públicamente su “cancelación
como un imperativo ético y
humano vinculado con la sensibilidad que demandan las
víctimas” por boca de su portavoz, Josu Erkoreka.
Algo que, según censura, no es “nada nuevo” en el Ejecutivo de Vitoria, que –como
deja constancia– se posiciona en contra de los ‘ongi etorris’ a los expresos de ETA.
“En todas y cada una de las ocasiones en que un preso o
expreso es el blanco, siempre con el mismo
argumento de irreverencia a las
victimas, la idea censora parte siempre del mismo infatigable
ámbito contra la paz y la convivencia. Y, en Euskal Herria, en el jelkidismo o
en la pretendida izquierda, siempre encuentran al tonto o la
tonta útil dispuesta a avivar en los medios de
comunicación el fuego prendido por un mechero con el toro en la rojigualda”,
subraya. “Una y otra vez las mismas polémicas y una y otra vez los mismos
comentarios esteriotipados ausentes de voluntad de soluciones.
Lo que se pretende hacer censurable es la condición presente o pasada de los
artistas, intelectuales o profesionales que afean su increíble, estático e
intransigente discurso deshumanizador que quiere proyectar únicamente un relato
de monstruos terroristas”,
prosigue en sus críticas.
En el artículo publicado en el que es el número 11 de la
revista, Sortu insiste en sus acusaciones de “acomplejados
seguidistas” a
los dirigentes del PNV y Podemos por su “interés en crear
alarma social sobre cuestiones nimias” y por “su impulso por volver a
condenar al ostracismo social a los presos y expresos” de ETA. “¿Nadie de todos
estos aguerridos portavoces tenía ni tiene nada que decir hasta que los
pirómanos de extrema derecha incendian la pradera? (…) ¿Por qué cuestiones que
no tienen mayor trascendencia que lo local son aireadas a nivel nacional o
estatal y presentadas como ataques, agresiones u ofensas? ¿Cuál es el interés
de los “frentepopulistas” y “nacionalistas” en sumarse al coro y echar más gasolina al fuego?”,
se pregunta Sortu en el artículo, en el que no hay ningún atisbo de autocrítica
por la postura mantenida ante el terrorismo o la negativa a los etarras a
condenar sus acciones violentas.
Por contra, emplaza a ambos partidos a “no hacer seguidismo
de la extrema derecha y sus franquicias” porque, según advierte, “una
preocupación activa y efectiva por la verdadera convivencia lleva
ineludiblemente un cambio radical de
actitudes” y a tener
la “determinación política de levantar la excepcionalidad sangrante que viven
los presos y sus familiares”.
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