28 abril 2012
Perlas del papel
Una de traiciones y puertas
La caverna encaja mal que el PP y el PSOE faciliten el final ordenado de ETA
El Gobierno de Rajoy, ya lo saben, ha movido ficha, dulcificando las expectativas individuales de los presos etarras, para evitar que se pudra el final ordenado de ETA. O sea, que salvo La Razón (la más marianista del cazalla party doraba el trágala primando una vieja especulación sobre un fallo próximo del Supremo: Otegi no podrá presentarse a lendakari), la caverna clamaba traición porque el PP gobernante abandona la estrategia de liquidar al enemigo que abanderó en la oposición.
Abc también tomaba partido editorial por las víctimas: El Gobierno confunde a las víctimas. La lucha contra ETA no puede terminar con las víctimas sintiéndose traicionadas. Menos aún por un Gobierno del PP.
Como el editorial de El Mundo (Unos cursillos que banalizan los crímenes de ETA), donde Jiménez Losantos escribía: «O sea, que PSOE y PP no se ponen de acuerdo en nada: ni en como combatir la crisis económica, podar la hiedra autonómico o luchar contra la corrupción. ¡Ni en lo de Repsol! Pero están de acuerdo en que a los etarras les salga gratis matar si dicen que, tras fracasar por las armas, tomarán el poder por las urnas».
Tesis, por si les sirve, del editorial del batasuna Gara (El Gobierno se abre una puerta a sí mismo): «Apremiado por la comunidad internacional y la opinión pública vasca, Rajoy ha decidido mover ficha (...) Será él quien decida si va a usar esa puerta que se abre a sí mismo. A este país le corresponde poner las condiciones para que no le quede más remedio que atravesarla en la dirección reclamada».
Opinión:
Es la misma historia de siempre. “LAS” víctimas en medio del jaleo partidista, de la utilización partidista, del uso ideológico de nuestro dolor.
Pues por mi parte tengo las cosas muy claras, tanto con el gobierno anterior como con el de ahora: si las cosas se hacen con el máximo respeto y cumplimiento de la legalidad no tengo nada que protestar, ni tendré razón alguna para manifestarme contra nadie que no sea contra el terrorismo.
¿Dónde estaban estos titulares cuando se acercaron decenas de terroristas etarras a cárceles vascas a finales de los años 90? ¿Dónde estaban estos periodistas? ¿Dónde estaban esas víctimas que ahora se sienten traicionadas, confundidas, irritadas?
¿Por qué a algunos no nos sorprende nada de lo que ahora está ocurriendo? ¿Será porque ya vivimos, como un deja vu, algo muy, muy, muy parecido? Como que algunos parecen querer olvidar todo ese pasado, presento la siguiente información. Por cierto, nuestra educada queja formal al Ejecutivo fue el inicio del fin de mi querida “antigua” AVT….
El ex presidente del Gobierno, José María Aznar, concedió el 1 de marzo de 1998 una entrevista al diario El Mundo , por su segundo aniversario al frente del Ejecutivo. Aznar respondió a varios preguntas sobre ETA que el periódico de Pedro J. Ramírez formuló con la mente puesta en un posible proceso de paz. Faltaban seis meses para que los etarras decretaran su tregua indefinida -de la que nadie sabía entonces- y el ex presidente ya empezó a hablar de generosidad. José María Aznar se enfrentó a tres entrevistadores de El Mundo, entre los que se encontraba su director, Pedro J. Ramírez. El cuestionario, publicado el 1 de marzo de 1998, repasaba toda la actualidad del momento, incluida la relacionada con el terrorismo. Los 23 miembros de la Mesa Nacional de Herri Batasuna permanecían encarcelados desde comienzos de diciembre de 1997 y casi dos meses antes de esta entrevista, el diario desveló los planteamientos del entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, sobre un hipotético proceso de paz, elogiado desde las páginas de El Mundo.
Generoso y comprensivo
En ese contexto, Aznar afirmó que los únicos inmovilistas eran los violentos, para dejar clara, a continuación, cuál era su actitud: "Con la violencia no se consigue ningún tipo de ventaja política, pero estoy dispuesto a ser generoso si es necesario, a ser comprensivo, si eso ayuda al final del terrorismo". Fue, por cierto, el mismo tono que empleó fuera de España, en una entrevista con el periódico italiano Corriere della Sera, el 23 de abril de 1998: "La sociedad española y el Estado sabrán ser generosos y adoptar medidas que sirvan para mirar al futuro con serenidad, si se produce un abandono de la lucha armada".
Los vaivenes de la política penitenciaria
Aznar no incluía la política penitenciaria entre los gestos de generosidad y así lo sentenció en la conversación con El Mundo: "No puede servir para dar bazas ni a Herri Batasuna ni a ETA". Sus palabras se volvieron del revés cuando, apenas tres semanas después de que los terroristas declararan una una tregua indefinida el 16 de septiembre de 1998, Aznar anunció "una nueva orientación de la política penitenciaria consensuada, flexible y dinámica que acompañe los avances que se vayan produciendo en el aseguramiento de la paz".
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