30 abril 2012
«Nuestra voz no cuenta»
Familiares de presos de ETA aseguran que se conforman con que el Gobierno cumpla «su propia legislación»
Critican que los políticos, incluida Batasuna, avancen «tan despacio»
El colectivo de familiares de presos de ETA es muy heterogéneo. En él conviven personas muy radicalizadas con otras que un mal día descubrieron en qué andaba metido su hijo cuando la Guardia Civil apareció en casa. Conversar con seis familiares permite aproximarse a sus reivindicaciones, que comienzan con la exigencia del acercamiento a cárceles vascas: «Solo pedimos al Gobierno que cumpla su propia legislación», Respecto al plan de reinserción del Gobierno, opinan que se trata de una «cortina de humo» que demuestra que la dispersión ha fracasado.
Kontxi y José Luis van a visitar cada mes a su hijo, que lleva cuatro años en Fleury-Mérogis, la cárcel parisina considerada la más grande de Europa. Aún está a la espera de juicio. Critican que a los presos de ETA se les exija «que renuncien a la violencia». «La única violencia que hay ahora -añaden- es la del Estado, capaz de tener años enteros a presos en celdas de aislamiento, o de no dejar en libertad a quien ha cumplido su condena».
Interviene Julio, cuya hermana lleva cuatro años presa en Foncalent (Alicante), y que, en principio, saldrá en octubre del 2014. Aunque dice no esperar «nada del PP», expresa que «nadie ha negado nunca que la organización [ETA] ha causado un daño». «En eso consiste un conflicto armado, y en este caso era para protegernos». Y añade: «Nosotros somos víctimas también, del otro lado, aunque nuestra opinión no cuenta».
Tampoco cree Julio que los miembros de ETA deban pedir perdón, «porque ningún guardia civil ha pedido perdón por los cientos de torturas que ha habido, ni los funcionarios de prisiones han pedido perdón por obligar a mi madre a desnudarse para ver a su hija». Alude también a los accidentes de tráfico que se producen en los desplazamientos hasta las prisiones y detalla las trabas en las visitas: «Hacen lo posible por desmoralizarnos y dividir al colectivo, pero no lo han conseguido».
Josune tiene a su hermano preso en Puerto III, en Cádiz. Fue detenido en Francia, donde cumplió siete años y medio de cárcel, y posteriormente fue extraditado a España, donde fue condenado a 42 años de los que ha cumplido 11. Reclama que se ponga en marcha una revisión de condenas, «porque hay mucha gente encerrada sin pruebas, o solo con una autoinculpación».
El hijo de Pedro y Lourdes se encuentra en el penal de Ocaña, en Toledo. Ha estado los seis últimos años entre rejas, y no saldrá hasta febrero del 2014. Pedro enfatiza que el final de la actividad armada de ETA les ha dado «esperanza y más argumentos para denunciar las vulneraciones de derechos que sufren los presos y sus familiares».
Más pesimista es Kontxi, quien lamenta que los partidos, incluida la izquierda aberzale, «avancen tan despacio». Incluso confiesa que si los herederos de Batasuna no retoman el testigo de ETA para resolver el conflicto vasco, «habría que preguntarse si esto ha servido para algo». Lourdes intenta animarle: «Si hemos llegado hasta aquí, es por la lucha, por toda la gente que ha caído». Kontxi acepta el argumento.
Una decisión acertada
Los seis familiares coinciden en que la decisión de la banda de abandonar la violencia es acertada, aunque por distintos motivos. Pedro apunta que había perdido su sentido, mientras Kontxi cree que su menor eficacia y repercusión obligaba a un punto final. Pero todos entienden a otros familiares de presos que se sienten «desatendidos y abandonados» desde el adiós de ETA.
La controvertida vía Nanclares, por la que han optado dirigentes históricos como Joseba Urrusolo Sistiaga, Kepa Pikabea o Carmen Guisasola, exige que los reclusos que deseen beneficios deben renunciar a ETA, pedir perdón a las víctimas y colaborar con la justicia. Para muchos aberzales, son «traidores». Pero Julio confiesa que conoce a Pikabea, y hace hincapié en que lleva 26 años fuera de casa, entre la clandestinidad y la prisión: «Yo no le voy a decir nunca a un preso lo que tiene que hacer», apunta. Josune indica que «la decisión que tome cada recluso, incluso si se acogen al nuevo plan del PP, hay que respetarla».
También hay consenso en el rechazo al concepto de «reinserción social». Para Kontxi, al tratarse de «presos políticos», una vez recuperan la libertad encuentran un acomodo natural en su localidad natal. Josune le apoya: «Mi hermano trabajaba en un banco cuando le detuvieron, estaba perfectamente insertado. En todo caso, tendrá que recuperarse de haber estado más de 20 años en prisión».
Opinión:
Como puede cundir un viaje en coche… siempre que no seas tu mismo quien conduzca…el portátil es un excelente aliado en el trabajo. Escribo esto bajando desde Pamplona y lo cierto es que al leer un artículo en el que hablan los familiares de “los” etarras me sumerjo en una extraña mezcla de pensamientos.
Del mismo modo que me j… que nos mezclen a todas las víctimas en el mismo saco también entiendo que pueda hacer daño a ciertos familiares de ciertos terroristas el que les mezclen con los colectivos de familiares que siguen defendiendo lo que sus hijos, padres o hermanos hicieron en el pasado.
Pero siempre me asalta la misma duda: ¿por qué protestar ahora por las condiciones en las que se encuentran sus familiares? Mientras esos mismos estaban por ahí pululando y destrozando la vida al prójimo no me consta que les preocupara donde se encontraban sus “queridos familiares”.
Aún y así, también tengo constancia de que hay familiares de etarras que se avergüenzan de ver en qué se han convertido sus familiares.
Sea como sea, está claro que la infinita mayoría de víctimas del terrorismo estamos por encima de todo esto y solo deseamos que se cumpla la legislación. ¿Que la ley dice que hay que acerca a un etarra? Pues se le acerca… pero que acabe de cumplir su condena hasta el último día que le corresponda. ¿Quieren que la ley se cumpla? Bien, pero que se cumpla en todo cuando hace referencia al terrorista…sus derechos y sus obligaciones.
Por ello ni entiendo ni comparto la fotografía que se publicó en un periódico el pasado mes de septiembre, en que ciertas víctimas (algunas con asesinados entre sus familiares, otras con una simple herida en un dedo, otras ni siquiera víctimas de ETA) compartían el mismo titular: “LAS víctimas reclaman al futuro Gobierno del PP que no acerque a los presos de ETA”.
¿Qué harán ahora? ¿Se manifestarán contra el PP? ¿O entenderán el ridículo que produce ver hasta qué punto pueden arrogarse una representatividad de un colectivo al que ni siquiera han consultado su opinión? Y eso por no hablar de las pruebas de desconocimiento sobre la legislación que muestran...
Y como colofón... ¿qué les dirán a los padres de cierto terrorista de ETA detenido en Cataluña cuando se enteren que ambos, papá y mamá, son miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado?
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