14 agosto 2012
Interior busca neutralizar el pulso de los presos etarras sin «cesiones»
El ministerio admite que 108 reos están en huelga de hambre, mientras que Etxerat los cifra en 420
El Gobierno quiere evitar que la excarcelación de Uribetxeberria se vea como una victoria aberzale
Casi nadie alberga ya dudas de que este fin de semana, a más tardar, el preso de ETA Iosu Uribetxeberria Bolinaga, enfermo de cáncer, será puesto en libertad por orden del juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional , Santiago Pedraz, en funciones por las vacaciones del titular, José Luis Castro. Anoche, el Ministerio del Interior admitió que 108 presos de la banda terrorista están en huelga de hambre en solidaridad con Uribetxeberria. Todo un pulso al Gobierno, que intenta evitar que la excarcelación del preso sea interpretada como una cesión política a los aberzales. O como una nueva traición a las asociaciones de víctimas más conservadoras y los sectores más reaccionarios del propio PP.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se encargó todo el fin de semana de recordar que el Gobierno se iba a limitar a «cumplir la ley». Con huelga o sin huelga de presos. Y ayer, fueron varios los responsables del Partido Popular los que reiteraron que el Ejecutivo no cedería a ningún tipo de chantaje de los terroristas. A este coro se sumó el dirigente conservador vasco, Antonio Basagoiti, quien calificó de «broma macabra» que el secuestrador de José Antonio Ortega Lara «hable ahora de humanidad». El socialista Alfredo Pérez Rubalcaba aseguró que confiaba en que el Gobierno «aplicaría la ley», manteniendo de este modo su inquebrantable apoyo a la política antiterrorista del Gobierno.
INFORME CONCLUYENTE
En cualquier caso, cuando Uribetxeberria fue trasladado hace dos semanas al Hospital Donosti, Interior ya sabía que su estado de salud había empeorado por la metástasis del cáncer que sufre desde hace años. El Gobierno podría haberlo excarcelado entonces, pero prefirió trasladar la decisión al juez de la Audiencia Nacional. En cualquier caso, Pedraz tiene que recibir un informe, que no es vinculante, de Instituciones Penitenciarias. Un documento que todo apunta que será favorable a la puesta en libertad si, como parece, el denominado «informe del pronóstico final» que tienen que firmar los médicos que le atienden concluye que el preso está en estado terminal y que le quedan pocos meses de vida.
El deteriorado estado de salud del preso se ha agravado por los seis días que ya lleva de huelga de hambre. Ayer, el portavoz del colectivo de apoyo a los presos de ETA Herrira, Beñat Zarrabeitia, explicó que ha perdido cinco kilos y que solo ingiere agua para facilitar la toma de los medicamentos. Ayer accedió a ser sometido a una «biopsia guiada por TAC» y, según el parte médico facilitado por el hospital, «su situación clínica continúa siendo estable».
En cuanto al seguimiento de la huelga, a la que este fin de semana se unió Arnaldo Otegui, las cifras varían a cada momento. Anoche, la portavoz de Instituciones Penitenciarias solo confirmaba el ayuno de 108 presos. A estos hay que sumar otros 51 que habrían presentado la instancia para oficializar la protesta, pero que Interior no reconoce hasta que no compruebe que no comen en los comedores ni ingieren a escondidas en sus celdas alimentos del economato de la prisión.
De hecho, a los 108 presos que reconoce Interior se han restado algunos reclusos que fueron «pillados» in fraganti. En algunos casos llegaron a justificar la «trampa» asegurando que ellos querían hacer huelga de hambre «solo en el comedor», no en las celdas. Y de los 51 que oficializaron ayer su ayuno, 26 ya han advertido en el formulario que solo dejarán de comer un día en solidaridad con su Uribetxeberria. Ninguno más.
COLECTIVO DIVIDIDO
¿Qué significa esto? Algunas fuentes de la lucha antiterrorista al tanto de lo que se cuece en el colectivo de presos etarras indican que este seguimiento tan desigual de la protesta es un claro ejemplo de lo dividido que está el frente carcelero de ETA. En España hay cerca de 500 presos y otros 140 en Francia. Entre los que se han negado a secundar la protesta, abunda la convicción de que la excarcelación de Uribetxeberria es más que segura. Además, se sienten descolocados porque desde la dirección de la banda se les exige mantener una posición radical, no aceptar medidas individuales para conseguir beneficios penitenciarios. En cambio, pasan los meses desde el cese definitivo de la violencia, y su situación no mejora.
En el mundo aberzale, los números del seguimiento de la huelga son muy diferentes. Etxerat, la asociación de familiares de presos, cifraba anoche en 420 el número de reclusos que ayunan en 31 cárceles españolas y 20 francesas.
Fuera de las prisiones, las muestras de solidaridad con Uribetxeberria prosiguen. En las próximas horas se podrían sumar miembros de la Iglesia vasca, que esta tarde mantendrán una reunión con los responsables de Herrira para concretar cómo pueden participar en las manifestaciones en favor de mejorar la situación de los presos.
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