28 julio 2014
Perpetran
acciones en Chile para reclamar la libertad de los que atentaron en el Pilar
Los ojos de los especialistas en Información se han
detenido en Chile. Los
analistas policiales en terrorismo han estado pendientes de dos atentados en la
capital chilena, perpetrados por anarquistas. Y luego, han trasladado su
inquietud a España. El temor de que el movimiento anarquista asentado en
nuestro país retome su campaña de violencia ha crecido exponencialmente en los
últimos días.
Todo después de que los anarquistas, en los
atentados cometidos en Santiago de
Chile, dejaran panfletos atribuyéndose las acciones (en las que
no se produjeron víctimas) y exigiendo la puesta en libertad de los dos anarcoterroristas, también chilenos,
detenidos por la Policía
española como presuntos autores de la colocación de una bomba en la Basílica de El Pilar, en Zaragoza.
El temor de los expertos es que se produzca un
efecto contagio o que estas acciones formen parte de una nueva campaña anarquista
internacional, con actuaciones similares en otros países de Europa, entre ellos
España.
La tesis de que acciones similares se cometan en
puntos emblemáticos del país ha cobrado fuerza y potencia, según explicaron
fuentes antiterroristas a EL MUNDO.
La jornada del pasado martes fue intensa para las
fuerzas de seguridad chilenas. El primer objetivo de los violentos, que
colocaron artefactos incendiarios, fue la iglesia Santa Ana, ubicada en las calles Catedral y San Martín. La
explosión provocó diversos daños en la infraestructura del inmueble.
Según informó la prensa chilena citando fuentes de
los Carabineros, un grupo todavía indeterminado de individuos dejó en la puerta
del templo dos bolsas de basura que contenían sendas bombonas pequeñas de gas
que estaban conectadas a una batería, que actuó como detonador.
En el lugar se encontraron panfletos alusivos a
grupos anarquistas solicitando la liberación de los dos chilenos
detenidos en España, Francisco
Javier Solar Domínguez y Mónica
Caballero Sepúlveda, por colocar un artefacto explosivo en la
zaragozana Basílica del Pilar.
Apenas unas horas después, también en la capital
chilena, tres vehículos fueron atacados con artefactos incendiarios tipo
molotov. Resultaron totalmente calcinados. Al igual que en el caso de la
iglesia, no hubo que registrar víctimas.
Y como en el caso de la iglesia, también se
encontraron en las cercanías de los vehículos destrozados panfletos alusivos a
grupos anarquistas. Solicitaban la liberación de los dos chilenos detenidos en
España el pasado 12 de noviembre, cuando la Policía capturó a los presuntos autores del
atentado perpetrado contra El Pilar.
Los agentes españoles detuvieron a cinco anarquistas
por su presunta implicación en los hechos, acusados de colocar un artefacto
casero en la Basílica
del Pilar en octubre del pasado año. Entre los detenidos, los dos presuntos
autores materiales: un hombre y una mujer chilenos que ya fueron procesados en
su país en el caso Bombas, por
colocar numerosos artefactos, algunos en iglesias.
Los detenidos tenían intención de atentar en breve
contra otra catedral, según concluyeron los investigadores. En los registros de
su vivienda encontraron componentes electrónicos preparados para fabricar
artefactos como el que colocaron en el templo zaragozano.
Los tres primeros arrestados fueron Mónica Andrea
Caballero Sepúlveda, nacida en 1988 en Santiago de Chile; Francisco Javier Solar
Domínguez, nacido en 1979 en la misma ciudad chilena, y Valeria Giacomoni, nacida en 1979
en Trento (Italia).
Caballero y Solar ya fueron arrestados en el
denominado caso Bombas, en el que las autoridades chilenas procesaron a 12
personas como integrantes de organización terrorista, por colocar más de 30
artefactos explosivos, algunos de ellos en templos religiosos, entre los años
2006 y 2009. Se les imputaba, por ejemplo, la activación de un artefacto en la iglesia de Los Sacramentos de Santiago de Chile
el 21 de noviembre de 2009.
Sin embargo, ambos quedaron en libertad «por un
problema de tipo procesal», apuntaron oficialmente desde Chile. Los
investigadores determinaron que los arrestados pertenecían al Comando Insurreccional Mateo Morral y se
dirigieron desde Barcelona a Zaragoza en transporte público, llevando consigo
el artefacto que luego colocaron en la basílica y que provocó daños en el
templo y un herido.
Interior constató que el modus operandi de este
grupo violento es el mismo que se utilizó el 7 de febrero, también del pasado
año, en el intento de atentado contra la catedral de La Almudena (Madrid), en la
que se encontró un artefacto en una bolsa que no llegó a explotar.
También coincidieron en la reivindicación, asumida
por el denominado Comando Insurreccional Mateo Morral.
Desde Interior alertan de las potentes conexiones
internacionales que estos grupos mantienen. «Aunque se denominan anarquistas e
insurreccionalistas, están muy organizados y tienen amplias conexiones
internacionales. Además, destacan por su extrema profesionalidad y
peligrosidad», aseguran fuentes antiterroristas.
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