30 julio 2014
El exetarra
Ibon Etxezarreta homenajea a una víctima en cuyo asesinato participó
El antiguo integrante de la banda terrorista acudió
a Legorreta con 14 claveles, uno por cada año transcurrido desde el asesinato
del exgobernador civil de Guipúzcoa
El exetarra Ibon Etxezarreta acudió este
martes al acto íntimo de recuerdo a Juan María Jáuregui
para dejar un gesto y una imagen para la historia: La primera vez que un
condenado de ETA honra en persona la memoria de su víctima.
Llegó a Legorreta (Guipuzcoa) con 14 claveles en la
mano, uno por cada año transcurrido desde que participó en el asesinato del
exgobernador civil de Guipuzcoa, Juan María Jáuregui.
Maixabel Lasa, la viuda de Jáuregui,
sabía desde días antes que Ibon Etxezarreta, el terrorista que aquel 29 de
julio de 2000 condujo el coche en el que huyó el comando que asesinó a su
marido, deseaba asistir personalmente al acto.
El condenado le había solicitado autorización para
acudir a través de su abogado y Maixabel Lasa, exdirectora de la oficina de
atención a las víctimas del terrorismo del Gobierno Vasco, decidió
concedérselo.
«Le dije que no había ningún inconveniente, pienso
que puede ser un paso hacia adelante en este camino que se han marcado los que
están en la llamada 'vía Nanclares’», explica Maixabel Lasa.
A Etxezarreta, condenado a 43 años de prisión por
participar directamente en el asesinato, le quedaban dos días de permiso
durante 2014 y, tras saber que contaba con el visto bueno de la viuda de su
víctima, optó por agotarlos para estar presente en el homenaje íntimo que todos
los años ofrece la familia y allegados de Jáuregui en el monte
Burnikurutzeta.
Antes de subir al monte, el exterrorista paró en
el centro de Legorreta, ante la escultura que Joxe, el hermano de Maixabel,
creó para recordar a su cuñado.
Allí dejó Etxezarreta los 14 claveles, 13 rojos y
1 blanco, símbolo de este año diferente, en el que ha cerrado de esta
manera el proceso de perdón y arrepentimiento que el recluso emprendió en su
día y que le llevó a separarse definitivamente de ETA.
Después subió al monte con el resto de invitados y
asistió al homenaje, en el que Lasa advirtió a todos los presentes de la
presencia de uno de los verdugos de su marido: «Nadie le reprochó nada,
todo lo contrario, le dieron ánimos. Él estaba muy emocionado», explica la
viuda.
Etxezarreta habló allí con otras víctimas, como la
viuda de Lacalle, Mari Paz Artolazabal. «Me dijo que había estado encantado de
poder hablar con ella», dice Lasa, quien añade que después se marchó porque
tenía que volver a la cárcel de alavesa Zaballa a las 17.00 horas.
Opinión:
Nuevamente una muestra de las distintas percepciones
que existen en el mundo de “las” víctimas del terrorismo. Es impensable creer
que Maixabel Lasa pertenezca a ciertas asociaciones de las que, en ocasiones
desde la ignorancia manifiesta, hablan en nombre del colectivo sin siquiera
conocer a casi víctima alguna y mucho menos consultar con antelación las
opiniones que existen dentro de su mismo grupo.
Y huelga decir que la Via nanclares, pese a las opiniones interesadas
en sentido contrario, es una buena manera de dividir al enemigo (ETA) y que
nadie mas sufra lo que otros ya hemos sufrido. Somos demasiados.
Y, por cierto, a ver si alguno de esos ignorantes se atreve a decir que la actitud de Maixabel Lasa es tambien un "acto mediatico"...
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