26 mayo 2016 (19.05.16)
Víctimas
Como era previsible, el PP piensa aprovechar políticamente hasta
el último detalle de la visita de Otegi al Parlament, no fuera a ser que se le
escapar a la ocasión de volver a usar las víctimas de terrorismo para sus fines
políticos. Lo dicho está dicho con la crudeza evidente, porque, sinceramente, me
parece abominable el abuso reiterado que hace dicho partido del dolor y la
tragedia. Y ello no lo afirma esta columnista, lo dicen y repiten muchos
familiares, hartos de las organizaciones de víctimas que se han convertido en
meros arietes ideológicos. Roberto Manrique o los familiares de Lluch o tantos
otros pueden explicar un mundo entero de esa miseria.
Por supuesto, condenar el terrorismo es la prioridad de
cualquier ser humano decente, y de cualquier partido ídem, y en esa condena no
hay medias tintas. Pero el abismo que separa la empatía con la víctima, la
lucha contra el verdugo y la defensa de unos ideales de paz y tolerancia tienen
poco que ver con aprovechar el drama para imponer estrategias de exclusión, coartar
libertades y publicitar el producto propio, para ganar unos votos chapoteando
en el dolor ajeno. Y eso lo hace el PP a las mil maravillas.
Aterrizando en lo actual, la escandalera la han montado con
la visita de Otegi a Catalunya, lo cual era desgraciadamente previsible dados
los antecedentes. Con ello el PP envía tres mensajes que me parecen deplorables
:el primero, que a pesar de la desaparición del terrorismo de ETA, el PP está
dispuesto a alargar hasta el infinito su fantasma, convencido de que le reporta
beneficios electorales. Ello puede ser eficaz estratégicamente, pero demuestra
una severa falta de altura política. El segundo mensaje es igualmente cainita:
la negación de cualquier interlocución abertzale a favor de un final definitivo
de la violencia, en actitud contraria a lo que ocurre con cualquier conflicto
violento, donde son precisamente aquellos que han abandonado el terrorismo y
han apostado por la paz sus más eficaces constructores.
Como siempre, el PP se aleja de la política porque prefiere
el territorio hosco y hostil de la fuerza y la venganza. Con su actitud, nunca
se habrían firmado acuerdos de paz. Y finalmente, el tercer mensaje es que el
PP continúa considerando a las víctimas como un bocado electoral, y las tienen como
uso privado. Dejen en paz a las víctimas, que son plurales, transversales y que
merecen respeto y no abuso político.
En cualquier caso, vuelve la baja política, la que prefiere
la épica a la ética, la imposición al diálogo, la negación de un conflicto a su
resolución. Otegi es un interlocutor válido para el futuro de Euskadi. No es el
único, ni tiene por qué ser el preferido, pero es necesario precisamente porque
apostó por la paz, él que venía de la violencia. Y esa apuesta nunca se
desprecia en la política, a no ser que precisamente no se quiera hacer
política.
Opinión:
Agradecer el detalle a Pilar Rahola de recordar a dos víctimas del terrorismo en su artículo y decir que a esos dos nombres podría, por mi parte, añadir los de las numerosas víctimas que coincidimos en un solo objetivo: que no se use nuestro dolor por parte de nadie como moneda de enfrentamiento o de uso político. Nombres de viudas, de viudos, de huérfanos, de heridos inválidos que me han hecho llegar su opinión sobre todo lo acontecido con la visita de Otegi y, ya puestos, sobre la postura de algunos representantes que no han consultado la opinión previamente a los supuestos representados. Algunos desde Catalunya y otros desde Galicia, Andalucía, País Vasco, Madrid, Valencia o Aragón.
Agradecer el detalle a Pilar Rahola de recordar a dos víctimas del terrorismo en su artículo y decir que a esos dos nombres podría, por mi parte, añadir los de las numerosas víctimas que coincidimos en un solo objetivo: que no se use nuestro dolor por parte de nadie como moneda de enfrentamiento o de uso político. Nombres de viudas, de viudos, de huérfanos, de heridos inválidos que me han hecho llegar su opinión sobre todo lo acontecido con la visita de Otegi y, ya puestos, sobre la postura de algunos representantes que no han consultado la opinión previamente a los supuestos representados. Algunos desde Catalunya y otros desde Galicia, Andalucía, País Vasco, Madrid, Valencia o Aragón.
También me han llamado padres con hijos asesinados y hermanos
de asesinados pero ni en castellano ni en catalán existe una palabra que defina
su dolor. ¿Qué tal si alguien de las academias correspondientes lo hace?
Finalmente, todos coincidimos en que nadie mas sufra lo que
ya hemos sufrido nosotros…. Eso sí tiene definición: empatía, solidaridad, amor
por el semejante.
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