17 mayo 2019
17 años huyendo de la
justicia
Así era la vida de
Josu Ternera en Francia: vivía solo en un refugio de montaña y llevaba 4.000
euros encima
Vivió al menos seis
meses en una cabaña de los Alpes franceses haciéndose pasar por escritor
venezolano
Un refugio de montaña en la ladera del monte Joly desde la
que se divisa el macizo del Mont Blanc fue el último escondite en Francia del
histórico dirigente de ETA, José Antonio Urritikoetxea, “José ternera”,
detenido este jueves en el parking del hospital de Sallanches (Alta Saboya)
cuando se dirigía a una cita médica.
Era una cabaña modesta, de madera,
cubierta con una chapa metálica y sin signos de conexión eléctrica, situada a
quince minutos a pie del remonte de la estación alpina del Plateau de la Croix , a unos 3 kilómetros de Saint
Nicolas de Véroce, pedanía de Saint Gervais les Bains, un pueblo idílico de
5.000 habitantes que en invierno se llena de turistas amantes de la naturaleza,
el esquí y el alpinismo.
Una pequeña lengua con restos de nieve corría ladera abajo
cerca del lugar donde Josu Ternera pasó al menos los últimos seis meses haciéndose llamar
Bruno Martí y fingiendo ser un escritor venezolano.
“Para nosotros era Bruno Martí. Dijo que vino aquí para
escribir y que era de Venezuela. Tenía acento español”,
comentó visiblemente contrariado el guardián de una caseta próxima al refugio
de Ternera a un grupo de periodistas españoles.
Al histórico dirigente de la banda terrorista le veían
caminar. No tenía coche y su
comportamiento era correcto, relató ese mismo vecino, que no
quiso dar su nombre. Hasta esa zona rodeada abetos a la que se accede por una
carretera estrecha y serpenteante se desplazaron este jueves campo
a través agentes encapuchados del Grupo de Intervención de la Gendarmería de
Nacional, según el relato de uno de los trabajadores del
remonte.
En la casa que usó Ternera como guarida no había rastro
aparente del paso de los gendarmes. Todo estaba cerrado. En el exterior, frente
a una de las dos puertas del refugio, un banco de madera y algunos troncos. Del
interior solo era visible parte de una cortina de tela azul a través de un
cristal situado en la parte superior.
Una compra en febrero
Al frente de su surtida tienda de ultramarinos de Saint
Nicolas de Véroce, Vivianne, de 63 años, mostraba un ejemplar del diario
regional ‘Le Dauphiné liberé’ abierto por la página que recogía la noticia de
la detención de Josu Ternera.
La información estaba ilustrada con una fotografía del
miembro de ETA tomada en Bilbao el 23 de agosto de 2002. Una imagen muy alejada
de su actual aspecto
demacrado y envejecido. Pero Vivianne se dio cuenta de que se
trataba de la misma persona que había estado en su establecimiento haciendo la
compra el pasado mes de febrero, y con la misma mochila que llevaba a la
espalda el día de su arresto.
“Fue un cliente
amable, educado, normal”, relató la dependienta, a quien nada le llamó
especialmente la atención porque, en temporada alta, pueden pasar hasta 800
personas por su establecimiento. Ternera pudo llegar al pueblo, situado a 1.150 metros de
altitud, caminando o haciendo autoestop, una práctica habitual en la zona,
según Vivianne, que no había vuelto a ver al histórico dirigente de ETA en los
últimos meses.
Rodeado de turistas
A diferencia de Vivianne, Jean François, de 53 años, dueño
de una pizzería, no se tropezó con Ternera ni en la calle ni en su local .
Tampoco estaba sorprendido de que hubiera elegido un lugar tranquilo
para pasar inadvertido entre tanto turista. “Aquí nunca ves a
las mismas personas. Hay mucha gente que viene de vacaciones y se alquilan
muchas casas en la montaña”, contaba detrás de la barra.
Mientras, el alcalde de Saint Gervais les Bains, Jean Marc
Peillex, confesaba que le sorprendería que
quien alojó a Josu Ternera estuviera al corriente de su verdadera identidad.
“La montaña es una tierra de acogida, de gente ruda. No nos pasamos el tiempo
interrogando a la gente. Por eso se adapta a quienes quieren ser discretos”,
comentó.
Algunos no se esconden. Simplemente buscan un poco de
tranquilidad, como el miembro de la
Academia francesa y antiguo embajador de Francia Jean
Christophe Rufin, que vive todo el año en esas montañas. Su última obra estaba
a la venta incluso en la tienda de ultramarinos de Saint Nicolas de Véroce.
Por otro lado, Josu Ternera, trasladado a primera hora de
este viernes a la fiscalía de París se encuentra en
detención provisional por orden de un juez, han informado
fuentes jurídicas.
Opinión:
Son innumerables las noticias aparecidas tras la captura
del terrorista José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, alias “José Ternera”. Es
imposible hacer un resumen breve de lo que se ha explicado y por ello la
publicaré en una sola ocasión.
Para empezar, recordar que cualquier delincuente debe ser
capturado, juzgado y condenado… sin importar si sus compañeros han dejado ya la
actividad que durante tantos años han compartido y, como el caso que nos ocupa,
han dirigido e inducido.
Dicho esto, vuelvo a recordar nuevamente lo que algunas víctimas
ya decíamos en un lejano año 1987… tras la detención de Santiago Arróspide alias
“Santi Potros” en septiembre de ese año, se comentó que en la dirección de la cúpula
etarra había ascendido desde el número 2 al número 1 el tal “Josu Ternera”, con
lo que cabía la sospecha de que los atentados cometidos durante la permanencia
en la cúpula de ambos terroristas hubiera sido la constante.
Por todo ello ¿no debería acusarse también a “José Ternera”
de los atentados a los que ya ha sido condenado “Santi Potros”? ¿Alguien se
atreverá a contactar con aquellas víctimas (pocas, todo sea dicho) que hace más
de 30 años ya denunciábamos tal situación?
Para terminar, agradecer a los Cuerpos de Seguridad
implicados en la detención su excelente labor.
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