27 mayo 2019 (17.05.19)
El hijo de Josu
Ternera: "La clandestinidad es también una condena"
La detención en Francia del histórico líder de la
organización terrorista ETA, José Antonio Urrutikoetxea, alias Josu Ternera,
cierra, tras 17 años en busca y captura, el episodio más acuciante para las
autoridades españolas en relación a la ya disuelta banda.
Mucho se ha especulado en la última década sobre el
paradero y el estado de salud de Josu Ternera. Se llegó a publicar la noticia,
hace un par de años, de que estaba ingresado en un hospital francés en estado
terminal.
Este jueves, por fin, su rostro envejecido y enfermo se
pudo ver nítidamente antes de que la policía francesa le colocara una capucha y
le condujera, esposado, al coche policial.
Josu Ternera, de 68 años, lleva diez años enfermo, con un
cáncer de estómago. Escondido la mayor parte de los 17 años de clandestinidad
en Francia, también pasó un tiempo en Oslo, protegido por las autoridades
noruegas.
Su último refugio ha sido el pequeño pueblo de Saint
Gervais les Bains, en los Alpes franceses, muy cerca del hospital de
Sallanches, donde fue detenido la víspera, cuando se dirigía a una cita médica
para tratar su enfermedad.
En esa zona del departamento francés de Alta Saboya, pudo
ocultar su auténtica identidad, camuflado como un escritor venezolano llamado
Bruno Martí, que vivía con su pareja, una mujer francesa, y la hija de ambos,
de cinco años de edad, en una apartada cabaña a los pies del Mont Blanc.
En España, Josu Ternera es un símbolo del terrorismo más
salvaje de ETA, para la mayor parte de la sociedad, y el baluarte de la lucha
por la independencia del País Vasco, para un nutrido grupo de ciudadanos
vascos. Está pendiente de ser juzgado por ordenar como jefe político de la
banda el atentado de la casa-cuartel de Zaragoza, en 1987, que costó la vida a
11 personas, cinco de ellas, niñas, y un adolescente.
Precisamente ese caso motivó la fuga de Urrutikoetxea en
2003, cuando estaba llamado a declarar como imputado.
El hijo mayor de Ternera, Egoitz, ha explicado en Mediabask
–un digital del País Vasco francés–, que "la clandestinidad es también una
condena, y a veces se nos olvida", en relación a los 17 años que su padre
ha tenido que estar ocultándose para evitar su detención. "Les he contado
a mis hijas que, por lo menos, ahora tendrán la oportunidad de encontrarse con
`aitite' (abuelo, en euskera)".
Egoitz Urrutikoetxea, hijo de `Josu Ternera'. Mediabask
Egoitz Urrutikoetxea, nacido en 1975, también fue detenido en varias ocasiones
en Francia por altercados en nombre de una rama juvenil de apoyo a ETA.
Otra de las causas de Ternera tiene pendiente en España es
el sumario por crímenes de lesa humanidad contra los jefes de ETA por los
atentados de la banda, a partir de 2004, cuando se introdujo este tipo penal en
la legislación española.
Algunas de las acciones más importantes de la banda en ese
periodo fueron el asesinato del concejal socialistas Isaías Carrasco, en 2008;
el del policía Eduardo Pueyes, en 2009; y el atentado en el Aeropuerto de
Madrid-Barajas que acabó con la vida de dos migrantes ecuatorianos, Carlos
Alonso Palate y Diego Armando Estacio, en 2006.
La detención de José Antonio Urrutikoetxea podría ayudar a
la resolución de un centenar de atentados sin esclarecer. Aunque no es el caso
de la explosión en el centro comercial de Hipercor, de Barcelona, en 1987, que
costó la vida a 21 personas e hirió a 45. Atribuido a Santi Potros como máximo
jefe de ETA entonces, la víctima Robert Manrique siempre creyó que el número
dos de la banda era entonces Josu Ternera.
"La detención de Ternera es una buena noticia, sin
duda", dice a Notimex Manrique. Él era dependiente en la charcutería del
centro comercial. La explosión del coche bomba, ubicado en el sótano del
edificio, le dañó una pierna y le produjo quemaduras considerables por todo el
cuerpo.
Desde entonces, Manrique se ha dedicado a ayudar a otras
víctimas del terrorismo: les ha facilitado los trámites para pedir sus
indemnizaciones y también ayuda psicológica. "Para las víctimas, la
detención de los responsables nos ayuda a recuperarnos, a cerrar heridas, a
reconciliarnos con la
Justicia ", asegura Manrique.
Con 20 años, Josu Ternera comenzó a militar en ETA,
Euskadi Ta Askatasuna "País Vasco y Libertad". Eran tiempos de lucha
contra la dictadura franquista. Se cree que participó en diciembre de 1973 en
el atentado mortal contra el almirante Carrero Blanco, sucesor de Francisco
Franco.
Después, hubo varias escisiones de la organización y solo
pervivió ETA militar, hasta que hace un año Josu Ternera leyó el comunicado de
disolución ante media docena de verificadores internacionales, que entendieron
como una garantía que fuera precisamente el histórico líder etarra quien
anunciara el final de la banda.
Ternera tiene pendiente una condena de ocho años en Francia
por pertenencia a la banda armada. Por eso, será complicada su extradición a
España. El ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, sopesa la
posibilidad de una entrega temporal para poder juzgar a Josu Ternera.
Opinión:
El responsable de una larga lista de asesinatos debe
vivir en la clandestinidad para no ser detenido y aparece su hijo diciendo que
eskoi también es una condena. Precisamente habla de “condena” cuando el
clandestino ni siquiera ha sido condenado… mientras hay muchos seres humanos inocentes
condenados a estar en un cementerio o a vivir toda la vida con las secuelas
físicas o psicológicas (o ambas) causadas por el clandestino.
Recuerdo cuando hace unos años el tal Egoitz se
fotografiaba muy ufano junto a su padre el clandestino sosteniendo ambos el
anagrama de la banda terrorista ETA tallado en madera… sinceramente, el tal
Egoitz ha perdido un excelente momento para estar calladito.
Desgraciadamente en este caso se cumple lo de que
“de tal palo, tal astilla”. Y le advierto al clandestino y a su hijo que
seguiré defendiendo la posibilidad de que el clandestino fuera el número dos de
la banda terrorista ETA cuando cometieron los atentados durante 1986 y 1987 en
Catalunya.
Por lo tanto, si así fuera, habría que juzgarle por
los mismos atentados por los que fue condenado su compañero y número uno,
Santiago Arróspide Sarasola (alias Santi Potros).
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