03 enero 2020
Brasil notifica a
España que extraditará al autor de la matanza de Atocha en un plazo máximo de
60 días
Durante ese período
ambas partes tienen que acordar la fecha, lugar y condiciones de la entrega
Carlos García Juliá
fue condenado en 1980 como uno de los autores materiales de la matanza de los
abogados laboralista de Atocha en 1977
El Gobierno brasileño ha notificado al español que
procederá a extraditar en un plazo máximo de 60 días a Carlos García Juliá,
condenado por participar enla matanza terrorista de unos abogados laboralistas
en Madrid en 1977 y preso en Brasil desde hace un año, según han confirmado
fuentes diplomáticas.
La embajada de España en Brasilia
ha recibido la notificación de la concesión de la extradición del Gobierno
brasileño en la tarde del jueves, según ha declarado a Efe un portavoz de la
delegación diplomática.
A partir de la notificación y, de acuerdo
con el tratado de extradición entre ambos países, Brasil tiene un plazo máximo
de 60 días para entregar al condenado. Durante ese período ambas partes tienen
que acordar la fecha y el lugar de la entrega, así como las condiciones en que
se realizará el traslado.
La extradición del ultraderechista
español que integraba la llamada Fuerza Nueva había sido autorizada por la Corte Suprema de
Brasil en agosto pasado por lo que tan solo dependía de que el Ejecutivo la
confirmase.
El ultraderechista fue condenado en
España en 1980 por haber sido uno de los autores materiales de la masacre en la
que fueron asesinados a tiros tres abogados laboralistas, un estudiante de
Derecho y un administrativo en Madrid.
García Juliá, quien cumplió 14 de
los 193 años de prisión a los que fue condenado en 1980, se encontraba prófugo
y fue arrestado en diciembre de 2018 en Sao Paulo, vivía bajo una identidad
venezolana falsa. Tras conocerse el paradero del condenado, la Audiencia Nacional
de España requirió su extradición por entender que la condena que le fue
impuesta no ha prescrito y le quedan por cumplir 3.855 días de prisión.
El antiguo militante de Fuerza
Nueva, que tenía 24 años cuando cometió la matanza, fue condenado por cinco
asesinatos y cuatro intentos de homicidio en el despacho laboralista de
Comisiones Obreras, en el número 55 de la calle Atocha de Madrid. Su condena
fue limitada al máximo de treinta años previsto entonces por las leyes
españolas y en 1991 se le concedió la liberad condicional.
Obtuvo después la autorización para
viajar a Asunción y trabajar allí, con la condición de presentarse mensualmente
en la Embajada
de España en Paraguay, pero incumplió lo previsto. El condenado desapareció e
inició entonces un periplo de fugas por Latinoamérica. Su última pista antes de
ser arrestado en Brasil se perdió en Bolivia, donde vivió un tiempo y había
sido encarcelado por un delito relacionado con el narcotráfico.
Tras dos décadas en paradero
desconocido, fue detenido en diciembre de 2018 en Sao Paulo gracias a las
investigaciones de las policías Nacional española y Federal brasileña y el
apoyo de Interpol. Según las autoridades, García Juliá vivía en Brasil desde
hacía casi dos décadas y trabajaba como conductor de Uber, haciéndose pasar por
ciudadano venezolano.
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