06 enero 2020
Al uso del terrorismo
se le estrecha el margen
A la presidenta del Congreso, Meritxell batet, la espera
una ardua tarea esta legislatura, a juzgar por el espectáculo ofrecido en este
debate de investidura. Las derechas, radicalizadas, han utilizado el Congreso
como caja de resonancia, incluidos el insulto y el griterío, en su estrategia
de acoso y derribo del Gobierno que presumiblemente saldrá de la votación de
mañana. Si el sábado las derechas focalizaron el debate en la cuestión catalana
para acusar a Pedro Sanchez de “romper España”, ayer resucitaron a ETA, cuando
hace mas de ocho años que terminó el terrorismo.
Pablo Casado, en una breve intervención imprevista desde el
escaño, hizo una utilización penosa de las víctimas del terrorismo, proia del
peor Aznar, autoerigiéndose en su portavoz para acusar a Sánchez de no haberlas
defendido en su réplica a la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, cuya mera
presencia en el atril originó el rechazo expreso de las bancadas de la derecha.
Aizpurua defendió los clásicos postulados del independentismo vasco sin
incurrir en apología del terrorismo.
No citó a ETA. Fueron las derechas las que la citaron para atacar
a Sanchez, porque Bildu va a facilitar el Gobierno con su abstención: “Ha sido
la intervención más nauseabuna de los herederos de ETA”, dijo Casado.
La respuesta se la dieron algunas víctimas en las redes
sociales, como María Jauregui y Pedro Elespe, hijos de socialistas asesinados
por ETA, que recordaron a Casado que la banda terrorista ya había desaparecido
y que sus padres estarían contentos de que en España gobiernen las izquierdas.
Las derechas confirmaron ayer que la utilización del
terrorismo será parte crucial de su política de acoso y derribo al Gobierno de
Sánchez. Pero es un campo opositor cada vez más estercho. Cada vez son más las asociaciones
y víctimas de ETA que se rebelan por su uso. Bildu es legal por decisión
judicial, porque en sus estatutos rechaza la violencia. Fue en 2011, el mismo
año en que ETA anunció el cese definitivo del terrorismo al final del Gobierno
de Zapatero. En los ocho años transcurridos no ha habido atentados, ni chantaje
terrorista. Fue un final limpio, sin concesiones políticas, como le gustaba
subrayar a Alfredo Perez Rubalcaba, entonces ministro de Interior.
Además, los pactos políticos de los partidos democráticos
contra ETA –el de Ajuria Enea de 1988 y Por las Libertades de 2000-, suscritos
por la derecha –el primero AP y el segundo el PP-, pretendieron la desaparición
del terrorismo y el afloramiento de la izquierda abertzale como partido para que defendiera legalmente sus ideas
independentistas. Es lo que se logró en 2011. La izquierda abertzale no fue ilegalizada hasta 2003 por la Ley de Partidos por su probada
complicidad con el terrorismo etarra. Pero, desaparecido el terrorismo, no tenía
sentido mantenerla en la ilegalidad, más aún cuando sus estatutos rechazaban la
violencia. Así lo juzgaron los tribunales. Pero el PP, entonces en la oposición,
no lo asumió porque durante el Gobierno de Zapatero hizo del terrorismo una de
sus armas de atque político.
Sin embargo, cuando Mariano Rajoy accedió al Gobierno no
promovio la ilegalización de Bildu (entonces Amaiur). Mantuvo a Bildu en la
legalidad. Pero Casado, con el PP en la oposición, ha vuelto a usar el
terrorismo y a las víctimas contra el Gobierno socialista.
Bildu tiene una carencia muy seria, la ausencia de autocrítica
por su pasada complicidad con el terrorismo. Se la exigen todos los partidos en
Euskadi y en toda España como deuda pendiente con la sociedad, particularmente
sus víctimas. Son muchos los que no quieren que se repita la ausencia de la
condena unánime del franquismo. Aizpurua eludió ayer esta cuestión. Pero no
debe ser excusa para que su presencia legal se utilice para atacar al
contrario.
El PP es muy vulnerable en esta materia. En el debate de
investidura, Sánchez esgrimió ejemplos variados de negociaciones y pactos del
PP con Bildu. Javier Maroto, siendo alcalde de Vitoria, pactó con Bildu. UPN,
socio del PP en Navarra, ha pactado varias veces en su historia con Bildu. En
el Parlamento y el los Ayntamientos vascos sucede lo mismo. Es lo habitual con
un partido legal. La regla del PP es que ellos pueden hacerlo y los demás
incurren en “traición” cuando lo hacen.
Aún más. José Maria Aznar, siendo presidente del Gobierno,
no sólo envió representantes a hablar y negociar con Batasuna. También lo hizo
con ETA en 1999, en Suiza, con el respaldo del PSOE. Cuando el Gobierno de
Zapatero lo intentó en 2006, el PP se opuso radicalmente. Ahora vuelve a caer
en la tentación de utilizar el terrorismo para atacar al Gobierno, cuando debía
ser una cuestión de Estado y, por tanto, marginada de la contienda política, más
aun cuando el terrorismo ha desaparecido.
Opinión:
El artículo de Luis R. Aizpeolea es contundente. No hay
nada que no sea cierto y, desgraciadamente para algunos, todo lo que menciona
es absolutamente demostrable. Documentado.
Pero hay una frase en la que se lee: “pero Casado, con el
PP en la oposición, ha vuelto a usar el terrorismo y a las víctimas contra el
Gobierno socialista”.
Quisiera aclarar un pequeño detalle. Casado (y otros muchos
antes que él) no han usado a “LAS” víctimas sino a sectores de victimas y muy especialmente
a presidentes de algunas asociaciones de víctimas que, oh sorpresa, sorpresa… han
acabado teniendo importantes cargos en el partido o figurando en las listas
electorales. Algunos incluso se han pasado a partidos más a la derecha todavía…
Y en cuanto al dato de que “Bildu tiene una carencia muy
seria, la ausencia de autocrítica por su pasada complicidad con el terrorismo”,
no es mi labor defender ni blanquear la historia macabra y asesina de la banda
terrorista ETA. Sólo faltaría… pero sí creo que hay que presentar una
documentación que mucha gente desconoce de manera involuntaria (y que otros
muchos olvidan voluntariamente”.
Esta es la información publicada en este mismo blog en
noviembre de 2012
https://eltrasteroazul.blogspot.com/2012/11/23-noviembre-2012-deia.html
Barrena:
"Nos ha faltado el reconocimiento del dolor ajeno y lo sentimos"
Pernando Barrena pide disculpas a la hija de Lluch, 12 años después del
asesinato
El portavoz de la izquierda abertzale Pernando Barrena afirmó ayer en
Barcelona que la izquierda abertzale sentía mucho el daño que había podido
causar su silencio y la proyección de una imagen fría respecto a unas víctimas
del conflicto vasco, y lo hizo, precisamente en presencia de una variada
representación de estas. "A veces, es mejor no actuar que hacerlo
mal" ha asegurado al principio de su intervención en la que se ha
defendido la necesidad de dialogar y de que el pueblo vasco conozca la verdad
conformada por la "suma de todas las verdades". "Sabemos que en
la dureza del conflicto nos ha faltado el reconocimiento del dolor ajeno y lo
sentimos, nunca fue nuestra intención" afirmó.
En la Aula Magna de la Facultad de Historia de la Universidad de Barcelona se encontraban ayer,
entre otros, Gorka Landaburu y Roberto Manrique, víctimas de ETA, pero también
Verónica Portell y Karmen Galdeano, cuyos padres fueron asesinados por ETA y el
GAL respectivamente.
También se encontraba en el auditorio Rosa Lluch, hija del político y
economista Ernest Lluch que murió, precisamente ayer cumplía doce años, en
manos de la banda armada. Ella fue la encargada de concluir un acto sin
precedentes en el que se dio voz a las víctimas de todas las partes. Lluch
agradeció sentidamente las palabras de Pernando Barrena, así como las que
pronunció Arnaldo Otegi desde prisión reconociendo el dolor causado. Reconoció
que eran palabras necesarias para avanzar y aceptó las disculpas presentadas
por Barrena. Lluch aprovechó la ocasión para cuestionar el encarcelamiento de
Otegi en un momento histórico como el actual. En referencia al proceso de paz
que está en marcha y a los roles de cada parte implicada, aseguró que "a
las victimas no se nos puede jerarquizar" y añadió que "el papel que
deben tener el proceso las personas afectadas directamente no puede ser
determinante, no se nos puede obviar, pero nosotros estamos demasiado afectados
para ver con claridad" sentenció.
La jornada de ayer, impulsada por la Fundación Ernest Lluch, el Centro de Estudis Histórics
Internacionals y la Universidad de Barcelona, versaba sobre el papel
de las víctimas en el proceso de paz. Intervinieron en él tanto víctimas de la
banda armada como del GAL, entre ellas el expresidente de la AVT catalana Robert Manrique, y también el
obispo emérito de Donostia Juan María Uriarte, el periodista Antoni Batista y
el director del centro de Esudis Histórics Antoni Segura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario