05 enero 2021
Playstation, marihuana,ETA, picadero
Uxue Alberdi novela en ‘Jenisjoplin’ el torbellino de la juventud vasca de los años 80 hasta los 2000
Nagore Vargas, la protagonista de la novela Jenisjoplin(Consonni) de Uxue Alberdi (Elgoibar, 1984), es una joven que se bebe la vida a sorbos, que salta, muerde y baila en medio del huracán de los años 90 y 2000: activismo político, sexo, rock’n’roll... hasta que un diagnóstico le confirma que tiene sida.
Esta historia –publicada originalmente en euskera en el 2017– “ha estado conmigo desde la adolescencia”, cuenta Alberdi, en conversación telefónica. “Mi familia es euskaldún; mi padre, profesor de euskera; mi madre, librera... En el instituto, me hice muy amiga de chicas que vivían en los márgenes del pueblo, en barrios que nunca había visitado, hijas de emigrantes andaluces, gallegos o extremeños, algunas de familias politizadas, de izquierda, pero de una manera diferente a lo que yo había vivido como izquierda en Euskal Herrria. Se me abrió la mirada. Algunas madres de amigas eran analfabetas y escribían el nombre de sus propias hijas con fallos ortográficos”. Sus nuevas colegas “tenían un local donde se reunían, con una Playstation, plantas de marihuana, un picadero y un salón con una ikurriña y una bandera española, algo que yo no entendía... Fui testigo de esas identidades cruzadas, y de ahí nace Nagore Vargas, hija por una parte de padre andaluz y, por otra, de madre vasca que escapa del mundo rural. Sus padres tienen un bar, y eso le da acceso directo a muchos conflictos”.
“Me documenté –prosigue–: leí testimonios de jóvenes muertos de sida, de los primeros médicos que se enfrentaban a un mal desconocido, hablé con personas que se están desintoxicando de heroína...”. La otra fuente fueron sus recuerdos, “el abrazo de una amiga a su tía yonqui, o las pintadas que nos rodeaban, cuando no se podía distinguir la inocencia de la violencia, pues en una pared ponía ‘Gora ETA m’, y yo pensaba de niña que eso significaba ‘yendo hacia arriba (gora) se llega al monte (mendia,por la m). Reflejo cómo fue ser niñas en los 80, adolescentes en los 90 y adultas en los 2000, la militancia, el trabajo, la sexualidad... El contexto siempre nos atraviesa y nos destruye. Indago en la construcción de nuestra identidad, tanto personal como colectiva”.
Aunque el tema de la heroína y el sida suena a novela de los 80, a Alberdi le llamaba la atención “toda la presencia del sida en nuestra infancia y cómo, de repente, llegó a desaparecer, frases como ‘el sida te deja sin defensas’ nos impactaban de niñas, ¡un simple catarro te podía matar!, eso explota en la cabeza. Hoy no se habla de los nuevos casos, que continúan dándose”.
Nagore “pone siempre en tela de juicio la verdad oficial, ha sido educada para combatir cualquier tipo de autoridad. Tiene una relación ambivalente con su padre, una parte suya admira a ese golfo vividor y libre, que la apoda Jenisjoplin, pero otra parte se da cuenta de que Janis Joplin se murió, porque vivir la vida a tope tiene sus consecuencias. El padre es el patriarcado, la patria, como la policía, los jueces, los médicos” pero, por otra parte, “es quien la recoge cuando se cae, necesita sus abrazos. Con la medicina le sucede algo parecido: primero intenta la vía de la disidencia pero se da cuenta de que por ahí no va a sobrevivir, necesita curarse y le cuesta. ¿Qué quieres, tener la razón o ser libre? Su ideología la sujeta y a veces la tiene que soltar, renovarla”.
Opinión:
Seguimos para bingo… literatura basada en los tiempos de ETA, de la droga, de los problemas sociales… puede estar bien leer el libro, especialmente para saber si habla del mayor atentado de la historia de la banda terrorista ETA: el de Hipercor, precisamente en la década de los 80…
Y también para saber si habla de la problemática social de quien sufrió los atentados de esa banda terrorista en esa misma década. Quizás algunas víctimas ¿también cayeron en ese mismo pozo sin fondo? Aunque será una sorpresa si lo hace…
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