03 agosto 2023
Ferran Cardenal: “Con ETA no se debe pasar página”
Nuevo libro
El ex gobernador civil de Barcelona repasa en un libro la actividad etarra en Catalunya
En estos tiempos en que la palabra ETA ha sido tan expuesta, tan manoseada en los debates políticos por unos y otros, se vuelve conveniente pararse a distinguir las voces de los ecos.
Justamente, la palabra de Ferran Cardenal es una de las que hay que detenerse a escuchar porque fue un alto responsable de la lucha en Catalunya contra la banda terrorista vasca. Estuvo al frente del Gobierno Civil de Barcelona entre los años 1982 a 1993. Fue a muchos funerales.
Cardenal ha escrito un libro, ETA contra Catalunya. Crónica y memoria, entre otros motivos porque quiere impedir el olvido. “Hemos querido guardar el dolor que causó ETA en un rincón de la memoria”. Su afirmación es rotunda, al tiempo que guarda distancia con cualquier controversia política actual.
Da a entender que recuperar en una obra, escrita a caballo entre la “crónica y la memoria”, lo que fueron aquellos años de vida pública en un puesto como el suyo era como un deber más de aquel cargo ahora inexistente del que las nuevas generaciones quizás ni sepan que existió.
“Los que hemos vivido directamente algunos de aquellos acontecimientos estamos en la obligación de explicar lo que ocurrió y escribirlo para que no se olvide, para que no se pueda pasar página, para que se mantenga el recuerdo de lo que ocurrió y la solidaridad con las víctimas”, afirma Cardenal en conversación con la La Vanguardia.
ETA mató a 54 personas y causó 224 heridos en los 74 atentados que cometió en Catalunya
La actividad etarra en Catalunya es la que más conoce, aunque no únicamente porque, no en vano, fue director general de la Guardia Civil justo después de dejar su cargo en Barcelona. Estuvo al frente del instituto armado entre 1993 y 1996.
En su libro ofrece muchos datos y entre ellos están estas cifras de la actividad de ETA en Catalunya. La banda terrorista mató a 54 personas en esta comunidad (34 ciudadanos de a pie y 20 miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado o militares). El número total de heridos ascendió a 224. Tales asesinatos y daños personales se cometieron en los 74 atentados registrados en tierras catalanas desde mayo de 1975 a agosto del 2001, cuando se produjo la última acción de la banda criminal en Catalunya, en un hotel de Salou. Los ataques etarras a los intereses turísticos catalanes fueron una constante durante todo el tiempo que mantuvo su actividad delictiva.
La primera víctima mortal en suelo catalán fue la del policía nacional Ovidio Díaz López, muerto al enfrentarse a los miembros de un comando que estaban atracando una sucursal bancaria. Ocurrió en Barcelona en junio de 1975. La última víctima mortal de los etarras fue un mosso d’esquadra, Santos Santamaría Avendaño, muerto como consecuencia de la explosión de una bomba en la localidad gerundense de Roses.
Más allá de las personas directamente damnificadas, aquellas que han vivido tragedias, haber enviudado, orfandades, amputación de extremidades u otras atrocidades, existen otras víctimas más “difusas” de las que nunca se habla, al entender del que fuera gobernador civil de Barcelona. Se refiere a personas que tuvieron que cambiar su modo habitual de vida, servidores públicos que se vieron obligados a vivir buena parte de su existencia con escolta, hijos de miembros y cuerpos de seguridad del Estado o militares que atravesaron estados de ansiedad y miedo por temor a perder a su padre o a su madre por la amenaza constante de los pistoleros de ETA.
Cardenal no es ajeno a que desde ciertas instancias se ha hecho un cambio deliberado de discurso con respecto a la banda terrorista y “el tremendo daño que causó” en un intento de modificar la memoria. “Esto es especialmente claro y manifiesto en el País Vasco. Creo que en el resto de España no se produce esta situación”. Según sus análisis, fuera de Euskadi no se dan esas modificaciones del pasado, pero sí la búsqueda del olvido, que es justamente contra lo que Cardenal lucha y por lo que ha decidido escribir el libro.
Cardenal aboga por recordar el daño que causó la banda terrorista y por que no se reescriba la historia
Este alto responsable en materia de Interior en Catalunya en los 80 y 90 del siglo pasado se detiene especialmente en los dos atentados más sangrientos de ETA en esta comunidad: el de Hipercor (1987) y el de la casa cuartel de Vic (1991).
Y dentro de este ejercicio de mantener viva la memoria, aclara, por si a alguien se le ha olvidado, que hubo numerosos ciudadanos de Catalunya que ayudaron, colaboraron y hasta formaron parte de la banda terrorista del hacha y la serpiente. “No nos gusta pensar que ETA no era solo un problema de los vascos”, sentencia.
Opinion:
Voy a leer el libro con mucha atención porque quiero ver si se menciona el (mal)trato recibido por tantas y tantas victimas de atentados terroristas de aquellos años tan complicados. Y también me gustara saber y comprobar si se ha basado en mi estudio sobre la historia del terrorismo en Catalunya presentado en el año 2010.
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