05 agosto 2023
Los años de plomo: ETA contra Catalunya
Ferran Cardenal, que fue Gobernador Civil de Barcelona entre 1982 y 1993 y Director General de la Guardia Civil entre 1993 y 1996, pasa revista a 74 atentados
Aunque le guste presentarse con una verborrea trascendente en la que predominan las mayúsculas (Libertad, Patria, Justicia, Dios, ...) y revestirse con los ropajes de las causas más nobles, el terrorismo no es más que una táctica de violencia extrema utilizada por agentes no estatales con el fin de generar un clima psicológico de miedo que compense su carencia de legitimidad política y les reconozca como interlocutores con capacidad para imponer su programa al conjunto de una sociedad.
Para el terrorista -al que técnicamente se puede denominar delincuente por convicción y filosóficamente idiota moral- el asesinato de inocentes constituye una baza negociadora y la compensación momentánea de un agravio real o imaginario que es el causante de su rabia y su histerismo. En cuanto a sus víctimas, lo único que tienen en común -al margen de su postura política, su clase social o su fe religiosa- es el deseo de llevar una vida al margen de la violencia sin que un perdedor radical y resentido aspire a destruirlos para avanzar hacia un mundo cuya existencia prácticamente nadie desea.
Con algunas peculiaridades menores, el terrorismo vasco representado por ETA respondía plenamente a ese patrón. Partía de la reivindicación de un País Vasco ideal inspirado en los delirios racistas del fundador del PNV, Sabino Arana, a la que debía añadirse una fuerte influencia del catolicismo dogmático y contrarreformista (jesuítico) del norte de España convenientemente aliñado con unas gotas de trotskismo y la retórica impetuosa del Che Guevara.
Una de las asesinas declaró que, si morían niños, la culpa era de sus padres
Tras los años de lucha contra el franquismo sin haber conseguido ocasionar la menor fisura en el régimen pese al asesinato de Carrero Blanco, ETA declaró la guerra a la joven democracia española e intensificó su campaña de terror cobrándose una media de cuarenta muertos al año a lo largo de la década de los ochenta, básicamente durante los gobiernos de Felipe González (1982-1996). Una parte no despreciable de ese terror lo ejerció en Catalunya.
De aquellos tiempos data el vastísimo conocimiento que Ferran Cardenal acumula sobre la acción de ETA en territorio catalán del que da cuenta su reciente libro; un ejercicio lúcido y penetrante de memoria histórica presentado en una prosa didáctica y eficaz que, además de una satisfactoria lectura, ofrece interesantes vislumbres sobre los dilemas éticos a los que los responsables de la seguridad en Catalunya debieron hacer frente en esos años del plomo.
Cardenal, que fue Gobernador Civil de Barcelona entre 1982 y 1993 y Director General de la Guardia Civil entre 1993 y 1996, pasa revista a los 74 atentados cometidos por ETA en Cataluña con el balance de 54 muertos y 224 heridos (207 de ellos civiles) dedicando especial atención a los de Hipercor de junio de 1987 (21 muertos y 45 heridos) y de la casa cuartel de la Guardia Civil en Vic en 1991 (9 muertos, 5 de ellos niños y 45 heridos). Para ello, describe con la precisión de un sumario judicial tanto los movimientos y propósitos de los terroristas como la acción policial y la respuesta de las autoridades civiles catalanas y de la sociedad en su conjunto.
Es un relato comedido, exento de artificiosos dramatismos, que permite al lector hacerse una idea cabal de lo que supuso la exportación del terror a Catalunya, las dimensiones del dolor que llegó a ocasionar a las víctimas y la catadura moral de sus perpetradores. En él podemos visualizar a los autores del atentado de Hipercor siguiendo el recuento de muertos por televisión y descorchando una botella de champán; o a una de las asesinas del cuartel de Vic declarando que, si allí murieron niños, la culpa fue de sus padres por utilizarlos como escudos humanos.
Por eso ha escrito este libro Ferran Cardenal, para que nuestra sociedad no se envilezca en el olvido.
Ferran Cardenal Alemany ETA contra Catalunya. Crónica y memoria Universo de Letras. 389 páginas. 26 euros
Opinión:
Solo decir que, 36 años después, todavía espero una llamada interesándose por el estado de mi esposa o de mis dos hijos.
Recordar que el dia del atentado en Hipercor, Esperanza tenia 26 años, Joel 3 y Nacor diez meses.
Por mi tampoco preguntaron nunca.
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