26 febrero 2024
«Mantener a las víctimas del yihadismo en el anonimato sería culminar la pavorosa acción de los terroristas»
El libro 'Las víctimas de la Yihad' recopila la vida de las más de 300 personas que ha asesinado el fanatismo yihadista en España
Más de 300 personas han sido asesinadas por el yihadismo en España. El 11 de marzo de 2004 quedará en la memoria de todos los españoles, pero el fanatismo yihadista ha ido más allá de la fatídica fecha de la que están a punto de cumplirse 20 años. «La pérdida de todas ellas supone un daño irreparable para nuestra sociedad».
Las periodistas Chelo Aparicio (ChA) (Padilla de Arriba, Burgos, 1956) y Ana Aizpiri (AA)(Elgoibar, 1961) han recopilado en 'Víctimas de la Yihad' la vida de todas y cada una de ellas y narran para El Debate cómo ha sido ese proceso de recopilación de memoria, de vida.
–¿Por qué este libro?
–ChA: Es una idea de del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo. Consideraban que faltaba esa atención, esa parada, esa mirada, ese trabajo con las víctimas del yihadismo. Me pareció un reto, un trabajo importante, Se trata de un trabajo muy de prospección, de documentación, de contraste, de pulir un trabajo fino del periodismo, de rescatar algo de esas semblanzas que quizá se habían quedado un poco en el olvido.
–AA: El terrorismo yihadista ha sido muy dañino, un terrorismo de otro tipo que no ha tenido los contextos sociales y políticos que ha tenido el terrorismo de ETA. Era un vacío anómalo el que no hubiera un libro dedicado a las víctimas del terrorismo yihadista españolas muertas en atentados tanto en territorio nacional como fuera de España,
–Sobre todo con el atentado del 11 M, al ser tan masivo, igual se ha quedado como en un número: 193 muertos.
–ChA: Sí, por eso hemos hecho este rescate de poner nombres y apellidos, De poner todo, hasta sus ilusiones, sus fracasos, sus familias, sus vivencias. Tras el 11 M, hay una conciencia social mucho mayor y entonces se vuelca todo el mundo. los servicios de emergencias, los taxistas... Pero en el caso de las víctimas anteriores hay un silencio más acusado.
–AA: El olvido sería algo así como un culminar la pavorosa acción de los terroristas.
–Ambas sois víctimas del terrorismo, pero del terrorismo de ETA
–ChA: Nosotras conocemos por nuestra propia biografía muy bien el terrorismo de persecución, qué es el señalamiento, la degradación, el daño previo y posterior. El yihadista es un terrorismo que también tiene esta finalidad de cambiar las sociedades y de condicionar la vida de los otros. Pero es un terrorismo con víctimas más anónimas, que podemos ser cualquiera.
–AA: Hemos hablado mucho entre nosotras de cómo ante el yihadismo hubo una reacción social, no hubo apoyo social. Siendo lo terrible que es un atentado terrorista, al menos no hay apoyo social. Y yo creo que en el libro también viene también a ser como una especie de puntal de esa idea de que el terrorismo afecta a una sociedad por entero. Si han elegido hacer un atentado en este lugar en que realizamos la entrevista, todos los que estamos aquí somos candidatos a morir.
–A la hora de buscar información y de documentar sobre las víctimas, no sé si habéis tenido más dificultad con unos que con otros.
–AA: El caso más dificultoso es el de las víctimas de El Descanso (atentado registrado el 12 de abril de 1985 contra un restaurante cerca de la base de Torrejón de Ardoz que causó 18 víctimas mortales y que fue reivindicado por la Yihad Islámica). Las familias quedaron totalmente desasistida. Por supuesto allí no había ni un psicólogo ni se acercó ninguno por allí. El caos fue mucho mayor que en atentados posteriores, donde ya España había crecido en todos los órdenes: institucional, protocolos de asistencia a víctimas...
–ChA: Estábamos hablando de unos años en que había varias decenas de asesinatos al año, sobre todo de ETA. Y cae la bomba de El Descanso. Y es verdad que esas víctimas quedan desasistida. Cuando una víctima tiene que ir a recoger el cadáver de su hijo y le piden que vaya a un estanco a coger una póliza para acercarse... Así estábamos.
–Sobre el 11 M se ha escrito muchísimos libros. Sin embargo, han tenido que pasar 20 años para ver recogidas todas las víctimas en uno.
–ChA: Sí que se escribió sobre las víctimas. el periodismo en general hizo una labor estupenda. Los compañeros que iban a las morgues, a Ifema, a los hospitales. Nuestro trabajo ha sido construir con otra mirada un puzzle que había ahí. Rehacer la semblanza con las distintas cosas que hemos ido encontrando, a veces también de testimonios posteriores, de cartas, revistas municipales periódicos extranjeros. Nosotros hemos hecho un trabajo de recomposición que tiene una importancia que no voy a negar, pero esto también es mérito de los periodistas que estuvieron en las primeras jornadas.
–¿Habéis notado diferencia de la sensibilización de la sociedad respecto a las víctimas del terrorismo?
–ChA: Después de esa quiebra y de ese desgarro tan horrible, tan doloroso, que fue el 11-M creo que la sociedad sí estuvo a la altura. Otra cosa fue con las víctimas de ETA. Como eran señaladas, les poníamos nombre y apellidos, o un cargo… se volvía sobre lo que representaban. Y de ese colectivo podía haber otros siguientes. Las víctimas del yihadismo han sido más anónimas. Contra esto quiere luchar el libro, contra el anonimato, el olvido.
–AA: El libro es una negación del anonimato de esas personas que tenían la libertad de vivir a su manera, como mejor podían para sustentar a su familia, para progresar, hacer unos estudios, enamorarse, casarse, tener hijos, en fin, todo lo que es la vida.
Opinión:
No he tenido la oportunidad de leer el libro y, por ello, hablo solamente por intuición. Estaría encantado de estar equivocado, pero me gustaría preguntar si en el libro aparece alguna víctima de los atentados de agosto de 2017 en Catalunya.
Conozco a más de 250 y ninguna de ellas me ha dicho que hayan contactado para conocer su historia.
Si las autoras lo desean, podemos hablar con todas las que ellas crean conveniente.
Y de las de otros muchos atentados con víctimas catalanas en países extranjeros, pues también… es lo que ocurre cuando llevas más de 35 años intentando ayudar a víctimas del terrorismo: contactas, conoces y asistes a un inmenso número de ellas.
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