28 octubre 2013
Iñigo Urkullu
«Hay derechos que asisten a los presos, por mucho que esto duela a las víctimas»
La entrevista coincide con la polémica decisión de la doctrina Parot, cuya anulación él y su partido, el PNV, llevan pidiendo reiteradamente desde que entró en vigor. El lehendakari es amable y educado, de grandes principios, con un discurso de libro para quienes llevan la independencia en las venas. Cuando la periodista le pregunta si se siente español, responde que él es vasco y sólo vasco, pero, aunque le aprieten las costuras en el traje de España, no está por la ruptura. Apuesta por el modelo de Escocia.
Pregunta.–Usted me dijo hace unos meses que la palabra secesión es demasiado grande y no era su apuesta. ¿Piensa lo mismo?
Respuesta.– Sigo afirmando que no estamos por la secesión, nuestro objetivo prioritario es la reactivación económica y la generación de empleo.
P.–Cuando dice que en 2015 hará un referéndum, ¿sobre qué sería?
R.–Lo que he ofrecido al Parlamento vasco es un procedimiento de autogobierno. Quiero analizar y revisar los 34 años del Estatuto de Autonomía de Guernica, el único que no ha sido reformado. Y la consulta sería un elemento posterior a un acuerdo parlamentario.
P.–Pero le ha puesto fecha, ¿no?
R.– Sí. Me gustaría que fuera antes de 2016. En nuestro programa electoral figura que podría ser en 2015, pero será una consulta legal y pactada en todo caso.
P.–¿Y cuál es el modelo?
R.–Yo he hecho referencia a Escocia, por el acuerdo entre el Gobierno británico y el escocés sobre la consulta y las preguntas. Ese modelo serviría para Euskadi.
P.–No se está planteando una reedición del plan Ibarretxe…
R.–No, no se trata de reeditarlo. Reeditarlo no serviría de nada.
P.–¿Y el plan Urkullu apuesta por el derecho a decidir en 2020?
R.–Me gustaría que al final de esta década, en 2020, Euskadi hubiera podido ejercitar el derecho a decidir, con el modelo de Escocia, con una consulta legal y pactada.
P.–Usted no va a ir a un choque de trenes, como ha hecho Artur Mas con el Gobierno.
R.–Nosotros no renunciamos a tener una soberanía más plena, pero nuestras circunstancias no son las de Cataluña. Me preocupa lo que ocurre en Cataluña. Creo que es necesario un esfuerzo de diálogo y no vale esperar a que el tiempo vaya pasando, porque eso agrava las cosas hasta que se pudren.
P.–¿Concibe una Cataluña sin España? Europa ya ha dicho que, si se independiza, no entraría en la UE …
R.–Estos discursos de amenaza a modo de castigo que se están lanzando contra Cataluña sobran. Europa tendrá que aceptar los planteamientos adoptados en el Parlamento, por vía legal, y todo eso tendrá un diálogo institucional.
P.–¿Qué le ha parecido la anulación de la doctrina Parot?
R.–Es una sentencia unánime y no queda más opción que cumplirla. De todas formas, la izquierda abertzale no debería pensar que esto es un triunfo, porque no puede alardear de nada, ni nos puede dar lecciones ni de derechos humanos ni de justicia. Pido que se sea lo más prudente y respetuoso con las víctimas. Dicho esto, al final se ha demostrado que no se puede aplicar en el Derecho Penal la retroactividad en las penas ya impuestas. El tiempo nos ha dado la razón sobre la doctrina Parot.
P.–Tal vez lo que se podía haber evitado era la excarcelación exprés de Inés del Río…
R.–El Estado español apeló a todas las vías y la sentencia es inapelable. No creo que la Audiencia Nacional tenga margen de maniobra en cuanto a la gestión de tiempo cuando se solicita la inmediata excarcelación.
P.–¿Tiene sentido seguir manteniendo la Audiencia Nacional ?
R.–No, no tiene sentido seguir manteniendo la Audiencia Nacional. Los temas de terrorismo deben pasar a los distintos juzgados. Si acaso su mantenimiento sería para temas de narcotráfico o delincuencia organizada internacional, pero nada más. Estamos en un tiempo nuevo.
P.–Pero ese tiempo es muy duro para las víctimas ¿Qué le ha parecido la manifestación de Madrid?
R.–Desde el Gobierno vasco mostramos nuestro más absoluto respeto a las asociaciones de víctimas que han organizado la manifestación de Madrid. A quienes se han sumado y también a quienes hayan decidido no hacerlo.
P.–¿Qué piensa cuando las víctimas le acusan de ponerlas en el mismo nivel que los verdugos?
R.–Eso es falso. Las víctimas saben del compromiso de este Gobierno y el mío personal con ellas. Y saben que respeto profundamente el sufrimiento que han padecido. Yo de equidistante nada, no se me puede acusar de eso.
P.–¿Cómo se debe escribir el final de ETA? Porque es posible que sus miembros salgan de la cárcel como héroes y terminen siendo concejales.
R.–De eso nada. La sociedad vasca sabe que no son héroes, sino personas frustradas. Nada de lo que ha hecho ETA ha servido para lo que pretendían. ¿Qué heroicidad hay en eso?
P.–Para muchos, estamos asistiendo a la hoja de ruta de José Luis Rodríguez Zapatero, ejecutada por Luis López Guerra, y se evidencia en casos como éste, Bolinaga, De Juana…
R.–Es absurdo pensar que porque López Guerra sea magistradoen esa Sala [Estrasburgo] se haya condicionado la votación de los otros 15 miembros. En cuanto al caso Bolinaga, se ha aplicado la propia legislación penitenciaria, y su grave enfermedad es una constatación.
P.–¿Por qué dijo usted en un tuit que esto debe entenderse como una «oportunidad para la paz»?
R.–Es un mensaje para la izquierda abertzale, en un escenario en el que ya lo poco que queda es que los presos puedan mostrar arrepentimiento y volver a acogerse a los beneficios penitenciarios. Si no lo hacen ya, es porque están cautivos de la propia organización terrorista.
P.–¿Cree que en su mandato de lehendakari veremos a ETA entregar las armas?
R.–Yo aspiro a que ETA, en esta legislatura, pueda proceder a un gesto de desarme e iniciar el desmantelamiento. Es una deuda que tiene con la sociedad vasca.
P.–¿Por qué sigue pidiendo un cambio de la política penitenciaria?
R.–Yo lo que reivindico es un cambio, porque hay derechos que asisten a las personas privadas de libertad, por mucho que esto duela a las víctimas. Desde el cumplimiento estricto de la ley pueden tener beneficios penitenciarios quienes hayan cumplido tres cuartas partes de la condena, y también recibir una atención especial los presos en situación de enfermedad. Se debe terminar con el alejamiento, que no la dispersión, en las cárceles, porque supone un castigo añadido para los familiares. Valorar las circunstancias de cada uno de los presos es algo que ayudaría mucho a esa normalización de la convivencia.
P.– ¿Qué le ha parecido la sentencia del caso Faisán?
R.– A mí este caso no me ha gustado nada. Pero se ha dictado sentencia y se tiene que cumplir.
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