20 0ctubre 2013
La gestión del fin del terrorismo
El desarme, asignatura pendiente de ETA tras dos años sin violencia
La banda fracasa en su aspiración de sentarse a negociar con el Gobierno
Los 455 etarras presos en España no consiguen mejorar su situación penitencia
El posibe fallo del Tribunal de Estrasburgo contra la doctrina Parot marca el segundo aniversario de la tregua de ETA. ATLAS
Tal día como hoy, hace dos años, poco después de las siete de la tarde, cuando todos los medios de comunicación abrían sus ediciones digitales con la muerte del presidente libio Muamar el Gadafi, se tuvo que hacer un buen hueco en las portadas porque ETA anunciaba el «cese definitivo de la violencia» poniendo punto y final a casi medio siglo de lucha armada. Toca hacer balance. Lo poco que queda de la banda fuera de las cárceles no ha conseguido ni uno solo de los propósitos a los que aspiraba cuando, derrotada policialmente, anunció la tregua unilateral, el 9 de enero del 2010. Tampoco ha logrado sentar al Gobierno a negociar, ni ha generado una presión internacional a favor de su causa. Sus 455 presos en España continúan bloqueados sin que haya variado su situación penitenciaria. Mientras, la cúpula de ETA se resiste a dar un paso, el del desarme, que ya le ha exigido hasta la izquierda aberzale.
El pasado febrero, Noruega expulsó de su territorio a tres dirigentes de ETA: David Pla, Iratxe Sorzábal y el histórico Josu Urrutikoetxea Bengoetxea, 'Josu Ternera'. Durante meses, los tres esperaron para iniciar una negociación que la banda prometió a sus presos. Ante la falta de avances y presionados por las autoridades españolas, Oslo les retiró la protección y los etarras tuvieron que regresar a sus escondites.
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