10 febrero 2014
TRIBUNALES
Trabajadores y ex trabajadores desvelaron posibles irregularidades de la actual gestora
Denuncian ante la Fiscalía la gestión de Pedraza y Folguera en la AVT
Las víctimas quieren aclarar la creación de una plataforma que recibe dinero público
El ministro del Interior declaró que no iba a hacer nada sobre las posibles irregularidades en la actuación de Ángeles Pedraza y Miguel Folguera al frente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), salvo que alguien diera el paso y lo denunciara. Pues bien, ese paso ya está dado: ante la Fiscalía General del Estado, ante el Ministerio del Interior, ante la Dirección General de la Guardia Civil y ante la Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo del Ministerio.
Según explicaron a este periódico fuentes cercanas a los denunciantes, los escritos se presentaron a finales de la pasada semana. Se ha hecho a título individual y quienes denuncian son víctimas del terrorismo y socios de la AVT.
Las denuncias han llegado también a Interior y a la Guardia Civil
Lo que los denunciantes reclaman a las instituciones es que esclarezcan las actuaciones de Pedraza y Folguera, se ponga luz en la creación de la Plataforma de Apoyo a la AVT , que pende de la propia asociación y que preside Folguera; que se esclarezca hasta el último detalle de las gestiones que Pedraza realizó ante el Ministerio del Interior para tratar de convertir a su consejero, a Folguera, en víctima del terrorismo; que se aclare por qué un voluntario (que ni siquiera es víctima) percibía una asignación mensual por parte de la AVT... Las denuncias están enmarcadas básicamente en la etapa en la que Ángeles Pedraza se hace con las riendas de la asociación como presidenta. Recuerdan estas fuentes que la plataforma de Folguera ha recibido subvenciones públicas tanto de la Comunidad de Madrid (30.000 euros) como del Gobierno vasco (15.000 euros).
Posibles irregularidades
Trabajadores, ex trabajadores y víctimas que han conocido directamente la gestión de la actual junta directiva ya desvelaron a EL MUNDO posibles irregularidades en las actuaciones de la actual gestora. Estas fuentes aseguraron que, para la creación de la plataforma que lidera Folguera, se utilizó de forma cuando menos irregular la base de datos de la AVT. Además , denunciaron alteraciones en la delegación de voto emitido durante la asamblea en la que Pedraza resultó reelegida como responsable de la asociación.
También hablaron de una contabilidad B, de una caja con la que se realizaban pagos que no constaban en la contabilidad oficial y, lógicamente, no entraban en auditorías encargadas por la propia AVT. «Lógico, nadie le cuenta al que le ha encargado una auditoría sus posibles irregularidades», apuntan estas fuentes.
Estos testimonios dibujaban una asociación histórica como la AVT como el «cortijo de Pedraza y Folguera», donde además, las «listas negras» y los motes y desprecios a las víctimas que no les arropaban estaban a la orden del día.
Los denunciantes quieren que la Fiscalía y el Ministerio esclarezcan todo. Recuerdan en su escrito que el atentado de Miguel Folguera por el que intercedió Pedraza ante Interior se perpetró en 1987 y que, desde entonces, el voluntario de la AVT no se pronunció nunca.
Las denuncias
Pero sobre todo, como indicó EL MUNDO, denuncian que el reclamante no puede confirmar que estuviera allí, ni siquiera que estuvieran aquel día allí los testigos que él citó para acreditar su presencia. «Tanto él como los testigos que apoyaban su pretensión habían mentido. De hecho, no se pudo acreditar la presencia de ninguna de las cuatro personas en la zona», indica la denuncia.
Para sostener su tesis, los denunciantes incluyen en su escrito una carta de Folguera publicada en la revista de la AVT en la que indica: «Mi acercamiento al mundo del terrorismo se ha visto fuertemente influido por mi condición de guardia civil, al conocer muy de cerca a muchos compañeros y amigos que han sufrido la lacra del terrorismo. Ese acercamiento me ha hecho conocedor de todas las necesidades e inquietudes que las víctimas del terrorismo y sus familias vienen sufriendo desde hace muchos años».
Él mismo no se considera víctima, recuerdan los denunciantes. Constatan que la AVT de Pedraza presionó internamente a sus trabajadores para que realizaran informes favorables para Folguera. Este periódico ya informó de que una de las psicólogas fue despedida por desmarcarse de las gestiones que Pedraza estaba haciendo en favor de Folguera ante el Ministerio del Interior. Escribió al Departamento para asegurar que no había dato alguno, en contra de lo que solicitaba Pedraza, para convertir a Folguera en víctima.
Recuerdan asimismo la situación judicial de Folguera, aún procesado en relación a un sumario abierto por tráfico y depósito de armas. Recogen en la denuncia el listado de armas y munición que al consejero de Pedraza le incautó la Guardia Civil durante un registro. Como ya explicó EL MUNDO, el tribunal que ha iniciado el juicio ha anulado las escuchas telefónicas realizadas en la causa. Queda pendiente que tras esta decisión la Fiscalía se pronuncie y el tribunal tome una decisión.
Opinión:
En relación al presunto “clonado” de datos de víctimas del terrorismo, hay que recordar que la localización de víctimas en toda España fue una labor que efectuamos unas pocas víctimas durante los años en los que ser víctima de un atentado terrorista era casi equivalente a ser una lacra para la sociedad.
Muy pocas víctimas (y desde luego ninguna de las que últimamente aparecen sermoneando al personal) dedicaron cientos de horas y de recursos personales a ir puerta por puerta para intentar encontrar a una víctima, ni a leerse decenas de sentencias llenas de polvo y casi ilegibles por el paso del tiempo, ni a dejarse la vista revisando las páginas amarillas. Fuimos unas pocas las que hicimos esa labor y ahí están las anotaciones en agendas, en servilletas de cualquier bar de barrio o en los márgenes de las sentencias localizadas.
Si hay sospechas de que todo este trabajo ha sido aprovechado por personajes que han utilizado los nombres y apellidos de cientos de personas honradas y honorables para acometer extrañas gestiones… sinceramente es penoso. Muy penoso.
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