11 febrero 2014
Polémica
Piden que se despejen todas las sospechas sobre la asociación
Ex presidentes de la AVT exigen que se aclare la gestión de Pedraza
Vidal-Abarca teme que esta «triste situación» pueda contribuir a dividir a las víctimas
Luz y taquígrafos. Ex presidentes de la Asociación de Víctimas del Terrorismo quieren que se aclare, quieren que se despejen todas las sombras de sospecha sobre la asociación y se esclarezca la gestión que al frente de la misma están llevando a cabo Ángeles Pedraza y Miguel Folguera.
EL MUNDO ha contactado con tres de los ex presidentes de la histórica asociación. Recuerdan los tiempos duros en que se pusieron los cimientos de una organización, la primera, que se ocupó de aquellos a los que ETA destrozaba sus vidas. Observan con tristeza lo que está pasando. No tienen dudas de que una cosa son las siglas, la AVT , sus asociados, las víctimas, y otra bien diferente sus gestores.
'Volvemos a las andadas'
Luis Portero, hijo del fiscal de Andalucía asesinado por ETA, fue contundente: «Heredamos una etapa difícil. Nos pusimos al frente de la AVT entre 2003 y 2004, y pusimos orden. Y ahora volvemos a las andadas. No entiendo, no me entra en la cabeza, que Ángeles Pedraza no haya fulminado ya a Miguel Folguera. No es víctima. Por ética y estética, no puede estar en ese puesto». Portero recordó que ya hay víctimas que han elevado escritos a la Fiscalía y al Ministerio del Interior para que se esclarezcan las gestiones de Pedraza y Folguera en la AVT.
«La denuncia se centran en tres puntos: posibles alteraciones en las gestiones de las asambleas; actuaciones irregulares sobre la creación de una plataforma de apoyo a la AVT [con posible uso fraudulento de la base de datos] y la posible existencia de una caja B. No puede haber sombras de sospecha. Hay que aclararlo todo, que actúe la Fiscalía y el Ministerio del Interior, luz y taquígrafos. No puede haber dudas sobre la gestión de la AVT , sobre el uso del dinero público»
'Que se aclare todo'
En términos parecidos se pronunció el que sustituyó a Portero al frente de la AVT. «Yo estoy apartado ya de todo esto y no quiero saber nada. Pero no puede ser que existan sombras de sospecha. Luz y taquígrafos: que se aclare absolutamente todo de lo que se está denunciando», aseguró José Alcaraz.
«Yo ya no soy socio de la AVT ni quiero saber nada. No voy a volver. Algunos se empeñan en decir que estoy detrás de todo lo que se está denunciando y aireando. Nada de nada. Mienten. No estoy detrás de absolutamente nada ni tengo intención de volver. Ya no estoy en la AVT. La puerta está cerrada», indicó con vehemencia Alcaraz.
«Pero no puede ser que existan esas sombras de sospecha. Claridad, la misma que se nos pidió a todos los que hemos sido presidentes», añadió.
'No hay que dividir a las víctimas'
Más tibia se mostró Ana María Vidal-Abarca. «Me da muchísima pena lo que está pasando, es muy triste», aseguró en declaraciones a EL MUNDO. «No soy partidaria de dividir a las víctimas. A veces hay que pasar por ciertas cosas para que no se dé una imagen de víctimas divididas. No soy partidaria. No es el sistema».
Ana María Vidal-Abarca reclamó «mucha, mucha, mucha prudencia a la hora de valorar lo que está pasando». «Hay que tratar de que no se perjudique a tanta y tanta gente que ha sufrido mucho. No hay que dividir», reclamó la que fuera confundadora de la asociación.
La pasada semana, después de escuchar las declaraciones del ministro del Interior, varias víctimas del terrorismo presentaron denuncias ante la Fiscalía General del Estado, el Ministerio del Interior y la Dirección General de la Guardia Civil. Quieren que se esclarezcan todos y cada uno de los puntos oscuros denunciados por trabajadores, ex empleados y ex miembros de la Junta.
Contaban irregularidades y relataban también trato vejatorio hacia las víctimas: motes y listas negras. Aseguraban que Pedraza y Folguera se referían a los que no pensaban como ellos como «los abertzales».
Utilizaban motes (muñecas de famosa, el simio, entre otros) para despreciar a esas mismas víctimas. Y además, vetaban la participación en cualquiera de sus actividades, incluidos campamentos de verano, a todos aquellos que se habían mostrado críticos con la actual junta directiva.
Recuerdo que era sobre 2005 cuando cierto representante de la AVT me dijo, al entrevistarle en un programa de radio, que “la AVT ha de cambiar la A de asociación por la P de partido”... caray, mas alto y mas claro... las cataratas del Niágara.
Nueve años después nos encontramos con mas de lo mismo.... siempre he defendido que quien haga bien el m trabajo, con dedicación, experiencia y dignidad, merece el máximo respeto y si por su excelente trabajo cobra una cantidad acorde a su labor, me parece perfecto.
Durante muchos años fuimos unos pocos los que nos rompimos la espalda para conseguir las máximas mejoras en la situación del colectivo de víctimas del terrorismo por el que tanto trabajamos; en cambio, desde 2002 los recién llegados se encontraron el trabajo ya hecho, la legislación ya trabajada, tramitada y aprobada, los problemas casi solucionados, la asistencia integral organizada, los listados de cientos de víctimas actualizados, contrastados y comprobados....
Pero ahora tenemos que ver que (digamos que “supuestamente”) ese trabajo ha servido para copiar datos y realizar extrañas afiliaciones en nombre y representación de víctimas que, no solo no han dado su aprobación al no ser consultadas sino que, para colmo de la miseria humana, han sido dados de alta incluso habiendo fallecido años atrás. Y no me lo invento, tengo la constancia de que así ha sido porque he hablado con víctimas afectadas por esa (digamos también que “supuestamente”) malversación rastrera del dolor ajeno.
Durante años, en el colectivo de víctimas, he tenido el privilegio de conocer a verdaderos ejemplos de dignidad y humanidad.... pero también a verdaderos personajes que se han copiado y modelado el dolor de los demás como si fuera su propia experiencia, incluso mintiendo al decir que tomaban la misma medicación que una víctima real o aportando lesiones de dudosa procedencia hasta veinte años después.
Quizás haya llegado el momento de que la Administración empiece a averiguar qué hay detrás de tanto “dolor” del que algunos hablan sin haberlo sentido jamás... quizás entonces se empezará a recuperar aquella imagen de grandeza moral que por culpa de cuatro personajillos ególatras e ignorantes se está perdiendo a pasos agigantados.
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