09 enero 2017
El tribunal cumple
cuatro décadas con el yihadismo y la corrupción como retos principales
El 5 de enero de 1977, mientras los
españoles ultimaban sus compras de Reyes, el Boletín Oficial del Estado (BOE)
publicaba dos normas fundamentales. La primera fue la Ley de Reforma Política, que
permitió el cambio que desembocó en la Constitución de 1978. La segunda, el Real Decreto
Ley 1/1977, creaba la Audiencia Nacional. El tribunal que ha investigado y
juzgado los asuntos más complejos de la historia reciente cumple 40 años con el
terrorismo –antes el de ETA, ahora el yihadista- como principal eje de su
actividad.
“Hay una fotografía que creo que resume muy bien la actitud
que ha tenido esta casa frente al terrorismo: es de junio de 1996 y en ella se
ve al entonces presidente de la Sección Segunda de lo Penal,
Antonio Jiménez-Alfaro, justo después de que un libro bomba enviado por
ETA le explotara en su despacho y le amputara tres dedos. En la imagen, se ve a
Jiménez-Alfaro de pie en la puerta de la Audiencia , manchado por su propia sangre, con la
mano herida envuelta en una toalla y un cigarrillo en la izquierda. La foto
impresiona por la serenidad: ese es el espíritu de la Audiencia Nacional
en la lucha contra el terrorismo”, explica José Ramón Navarro, presidente del
tribunal.
La lucha contra ETA, y ahora contra el terrorismo
islamista, ha marcado la existencia del tribunal. “Creo que la mayor
satisfacción en esta casa ha sido que el trabajo de años y años, constante, de
aplicación de la ley ha servido, en unión de otros muchos factores, para
derrotar a ETA. Solo con la aplicación de la ley, sin atajos ni recovecos, y
sin más norte que la ley penal cumplida estrictamente”, afirma el fiscal jefe
de la Audiencia
Nacional , Javier Zaragoza. Este también destaca de la
trayectoria del tribunal el “haber llevado a término” el proceso por los
atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004 en Madrid “pese a todos los
obstáculos”.
En la actual sede de la calle Génova, prácticamente okupada por su primer presidente, Rafael
Mendizábal, en 1978, cuando las instituciones democráticas recién creadas
pugnaban por hacerse con los mejores edificios, solo una habitación tiene
nombre propio. Se trata de la Sala
de Juntas Carmen Tagle, en la que se reúnen los fiscales de la Audiencia Nacional.
La fiscal Tagle, adscrita al Juzgado Central de Instrucción número 5, entonces
dirigido por Baltasar Garzón, fue asesinada a tiros por los etarras Henri Parot
y Jacques Esnal el 12 de septiembre de 1989. Tenía 44 años y no llevaba
escolta.
“Carmen y yo éramos compañeros de promoción. Asistir a su
entierro ha sido seguramente el momento más doloroso que he vivido aquí”,
rememora el fiscal jefe Zaragoza. El presidente Navarro recuerda también el
atentado contra su antecesor Fernando de Mateo Lage, que perdió una mano en
febrero de 1990 al explotar un libro bomba que se llevó desde el despacho a su
domicilio.
Los éxitos contra el terrorismo y el narcotráfico, con la
operación Nécora, uno de los golpes más duros contra las bandas gallegas, se
han intercalado con grandes casos de corrupción, de gran impacto mediático y
muchas veces embarazosos para los sucesivos Gobiernos. Causas como Gürtel,
Púnica o el caso Banesto, los fondos reservados o el caso GAL, sobre el
terrorismo de Estado contra ETA, han marcado la actualidad política durante
años.
Una de las materias de la Audiencia Nacional
que más dolores de cabeza han supuesto para el poder Ejecutivo es la llamada
jurisdicción universal, la capacidad de los jueces españoles para investigar
delitos cometidos fuera del territorio nacional. Una de las más sonadas fue la
orden de detención dictada por el juez Baltasar Garzón en octubre de 1998
contra el exdictador chileno Augusto Pinochet. Las causas abiertas contra
gobernantes de Israel y China por delitos de lesa humanidad, o contra los
soldados de Estados Unidos que mataron al cámara de Telecinco José Couso en la
guerra de Irak en 2003, provocaron que el Gobierno fuera laminando la extensión
de la justicia universal hasta reducirla a la mínima expresión.
Las competencias de la Audiencia Nacional
en materia penal son las mismas desde 1985 y están recogidas en la Ley Orgánica del
Poder Judicial. El fiscal Zaragoza habla de la necesidad de “actualizar” estas
atribuciones con un listado acorde a las actuales necesidades de política
criminal. Zaragoza pone el acento especialmente en la trata de seres humanos y
en las redes de explotación sexual y laboral y las organizaciones de blanqueo de
capitales con proyección internacional.
En cualquier caso, el terrorismo, sobre todo del yihadista,
que supone una cuarta parte de las diligencias previas abiertas por los
juzgados centrales de instrucción, seguirá ocupando la mayor parte de la
actividad de la Audiencia ,
cuyo modelo está siendo imitado por muchos países. “Si desapareciera habría que
reinventarla”, sostiene su presidente.
Opinión:
Entré por primera vez en la Audiencia Nacional
en octubre de 1989, para asistir al juicio por el atentado en “Hipercor”,
aunque en realidad ese juicio era dos días después… por lo que mi primer juicio
fue el del atentado que costó la vida a Joan Fructuoso. Los acusados eran los
mismos: Domingo Troitiño, Mercedes Ernaga, Rafael Caride y Santiago Arróspide.
Fue la primera vez que entraba en un lugar donde la tensión
se cortaba a cada paso y debo decir que la actitud del policía nacional que estaba
a la entrada me tranquilizó lo suficiente como para estar presente en aquel
primer juicio. Fue la única persona que trabajando en aquel edificio tuvo el
detalle de ofrecerme su colaboración y su experiencia.
Puedo decir bien alto y bien claro que soy de las pocas víctimas
del terrorismo que pueden hablar cono conocimiento de causa de que el paso de
los años ha ido mejorando las instalaciones y la presión en los juicios ha ido
menguando. De aquellos primeros juicios en los que ambos lados de la calle Génova
estaban copados por los amigotes y los familiares de los terroristas hemos
llegado a estar en juicios donde el terrorista solo tenía a su lado al abogado
que ejercía su defensa… cómo ha cambiado todo.
Todo eso ya es historia vivida.
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