10 junio 2018
Reabren el caso de un atentado de ETA en 19080 por el cruce del ADN
Reabren el caso de un atentado de ETA de 1980 por el avance
en las técnicas de ADN
José Ignacio Ustarán fue asesinado en Vitoria por la banda
terrorista a manos de tres pistoleros que no fueron identificados
La viuda de Ustarán, Rosario Muela -natural de Sevilla,
ciudad a la que volvió junto a sus cuatro hijos desde Vitoria tras el crimen-
no ha parado en estos casi 38 años
transcurridos desde el asesinato de su marido de
intentar que la Justicia
al menos haga todo lo posible por averiguar quiénes lo hicieron.
Cuando hace un año la familia al fin tuvo acceso al
sumario, no vieron «una investigación a fondo, seria y profunda», dice José
Ignacio Ustarán hijo.
Muela
era edil de UCD en Vitoria -tras trasladarse a Sevilla aspiró
a la Alcaldía
como candidata del CDS en «agradecimiento a que Adolfo Suárez se portó muy bien
con nosotros», admite- mientras que su marido formaba parte de la Ejecutiva del partido en
Álava, más por apoyo a su mujer ante un hermano del PNV y otro próximo a la
izquierda radical con los que en las reuniones familiares «saltaban chispas»,
dice su hijo.
Por eso, cuando la noche del 29 de septiembre de 1980 una
chica llamó a la puerta del domicilio familiar en Vitoria diciendo que traía un
paquete para su marido y al abrir entraron tres pistoleros armados preguntando
por él, José Ignacio -que entonces tenía 13 años- recuerda escuchar a su madre
decir que la buscaban a ella.
«Yo estaba estudiando en mi cuarto y escuché voces en el
despacho de mi padre, me asomé y uno de ellos me dijo apuntándome con una
pistola que qué hacía y me llevó a la cocina, donde estaban mi madre y mis dos
hermanas pequeñas de 6 y 9 años, porque la mayor, de 15, estaba en casa de una
amiga», rememora.
Un tiro dentro de su coche
La última imagen de su padre con vida fue saliendo de casa
con los dos hombres y la mujer apuntándole y diciéndoles a ellos que no
llamaran a la Policía
hasta medianoche (cortaron los cables de teléfono de la casa), si bien fueron a
buscar a su tío del PNV.
Hora y media después la Policía les
comunicó que su padre había aparecido muerto con un tiro dentro de su coche,
aparcado frente a la sede de UCD, aunque a José Ignacio no hizo falta que nadie
se lo dijera, ya que lo supo al escuchar «el grito de dolor» de su madre.
En el coche aparecieron dos casquillos de bala, pese a que
la víctima sólo presentaba un disparo, y sangre de otra persona, lo que hizo
pensar a los investigadores que uno de los terroristas pudo herirse con un
disparo rebotado, pero ni la
sangre ni las huellas permitieron identificar a ninguno de los etarras fichados,
donde la familia vio cientos de fotos sin poder reconocer a los autores.
Esa noche, un hombre herido entró en un bar de Vitoria a
lavarse donde también se recogieron restos de sangre pero con las técnicas de
entonces no eran suficientes para cotejarlos con los del coche. Precisamente
«el avance en las técnicas de investigación, especialmente en cuanto a las
identificaciones de ADN», ha llevado a la Audiencia Nacional
a reabrir el caso, al «pensar que actualmente puedan obtener resultados, a los
que en la fecha de los hechos no se podía llegar».
La familia lo pidió el pasado abril tras conseguir, hace
sólo un año y gracias dicen a la intercesión de la asociación de víctimas
Covite -presidida por Consuelo Ordóñez-, acceder
al sumario, que hasta entonces no habían visto pese a sus
reiterados intentos.
Ha sido clave que la Fiscalía se pronunciara a favor instando a pedir
a la Policía
un «nuevo informe pericial acerca de las muestras de sangre intervenidas, por
si fuera posible la obtención de muestras de ADN que permitieran la
identificación de al menos uno de los asesinos» y de «las balas recuperadas en
el lugar de autos, por si coincidieran con las de otros asesinatos cometidos
con posterioridad por la banda terrorista ETA». La Audiencia Nacional ,
en un auto del 14 de mayo, «considera procedente» pedir esos informes, «pues
pueden contribuir a esclarecer la identidad de los autores» y evita
pronunciarse «en este momento» sobre la prescripción del delito «pues antes
deberán agotarse las diligencias que puedan resultar pertinentes para
esclarecer la identidad» de los responsables.
Opinión:
Es una buena noticia que los atentados que todavía no han sido resueltos puedan llegar a tener solución... que una banda terrorista deje de cometer atentados no es impedimento para que sus crímenes sigan investigándose...
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