La escultura del desarme de
ETA sigue almacenada en Baiona sin encontrar una ubicación definitiva
El Ayuntamiento está en conversaciones
con los responsables franceses de patrimonio, tras los problemas técnicos
surgidos en el enclave original
La escultura del desarme de ETA sigue
buscando una ubicación en Baiona. La obra, que levantó polémica en algunos
colectivos de víctimas, permanece desde hace varias semanas guardada en
almacenes municipales de la capital tras los problemas técnicos detectados en
el enclave original en que se quería colocar, por el riesgo de que se hundiera
en la tierra debido a su gran peso. El Ayuntamiento sigue en conversación con
los responsables de Architectes des Bâtiments de France, órgano estatal
encargado del patrimonio urbanístico, para definir un destino final y lograr
que la obra, con un coste de unos 80.000 euros, pueda ser exhibida al público.
La escultura 'Arbolaren egia', del
guipuzcoano Koldobika Jauregi, ha estado lastrada desde el inicio por las
dificultades. Su inauguración el pasado 8 de abril, coincidiendo con el primer
aniversario del desarme de ETA, vino precedida por la polémica al ser rechazada
por determinados colectivos de víctimas por utilizar el símbolo de la banda, un
hacha, aunque fuera invertida y enterrada. Pese a ello, el monolito se inauguró
en presencia del alcalde y presidente de la Mancomunidad de Iparralde, el
centrista Jean-René Etchegaray, el grupo 'Artesanos de la Paz' y dirigentes de
EH Bildu como Arnaldo Otegi. Aquel día tampoco el tiempo acompañó y la intensa
lluvia deslució el evento.
La obra fue instalada en la explanada
Roland Barthes, uno de los lugares donde se centralizaron los actos del desarme
de hace un año. No obstante, el gran peso y volumen del monolito de acero y
hierro, cercano a las tres toneladas, con ocho metros de altura y cuatro de
anchura, impedía colocarla como el autor deseaba en origen, con parte del hacha
bajo tierra, en una metáfora de que las armas quedaban enterradas para siempre.
Para evitar su hundimiento en el firme, se puso provisionalmente sobre una
plataforma de hierro aquel día. Una vez inaugurada, tuvo que ser retirada. Más
de dos meses después, la obra permanece en unos almacenes municipales a la
espera de un nuevo destino que cumpla todos los requisitos de seguridad. Los
técnicos de Batîments de Francia tienen ahora la palabra.
Unos 80.000 euros
La escultura de Baiona tiene un coste de
entre 60.000 y 80.000 euros que será financiado por empresarios vascofranceses
a título privado. El Ayuntamiento se limitó por mayoría a aprobar en su día su
colocación, pero no aportaba dinero. La creación será sufragada por
aportaciones particulares logradas por Bake Bidea y los Artesanos de la Paz, de
empresarios del País Vasco francés, entre ellas firmas del transporte por
carretera, y algún industrial radicado en la Comunidad Autónoma Vasca.
Opinión:
No dudo de que el tema del subsuelo
pueda ser la razón para que no se coloque el monumento, al menos por el
momento. Pero por la experiencia obtenida en 2003, me cuesta entender que a
nadie se le haya ocurrido calcular el peso del monumento en relación al suelo
donde debía erigirse.
En el caso del monumento en Barcelona se
calculó con anterioridad la posibilidad de que la plaza donde debía erigirse no
aguantara el peso debido al cercano parking subterráneo. Se planteó otra
ubicación y desde junio de 2003 disfrutamos de un monumento bajo la inscripción
"La ciutat de Barcelona en memoria i homenatge a les víctimes del
terrorisme".
¿Tan difícil es calcular estos detalles?
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