17 octubre 2018
El
archivo de ETA entregado por Francia lleva a detener a un expreso en Hernani
El etarra Apeztegia,
a prisión por proponer objetivos para atentar en 2002
Audiencia Nacional le envía a prisión acusado de
“integración en organización terrorista”
Los archivos sobre ETA entregados por Francia a España en
febrero han sido claves en la investigación
El juez de la Audiencia Nacional
Diego de Egea, ha enviado a prisión provisional, comunicada y sin fianza al
etarra José Carlos Apeztegia Jaca, en libertad desde mayo de 2013,
detenido el martes en Hernani (Guipúzcoa), por haber supuestamente
facilitado en 2002 a
ETA datos de potenciales objetivos para atentar desde prisión.
Entre esos objetivos, el etarra propuso
"poner un coche bomba" en la sede del sindicato
de funcionarios de prisiones ACAIP, a los que califica de "carceleros
fascistas", según relata De Egea en el auto en el que le envía a prisión
por un delito de integración en organización terrorista.
Apeztegia había sido detenido el
martes por la Guardia
Civil cuando salía del local de la organización Etxerat en
Hernani (Gipuzkoa), una asociación de familiares de presos de ETA.
Una operación basada en
los "papeles de Francia"
En la aparición de los elementos
incriminatorios contra Apeztegia ha sido clave la documentación que fue
entregada por Francia a las autoridades españolas el pasado mes de febrero,
según informó ayer el Ministerio del Interior.
El Juzgado Central de Instrucción
número 3 de la
Audiencia Nacional se basa en una carta manuscrita
firmada por Apeztegia que habría enviado desde la cárcel a
la dirección de la banda terrorista y que fue incautado el 9 de mayo de 2003 en
una vivienda francesa tras la detención de los miembros de la banda Ainhoa
García Montero, Aitor García Justo, Asier Aranguren y Thierry Idart.
En aquella carta, entregada junto a más
de 40.000 documentos y pruebas por Francia a España a principios de este año, Apeztegia
identificaba al nuevo director en la cárcel de Málaga, informaba del traslado
de su precedesor a la cárcel de Alicante "aunque no puedo asegurarlo"
matizaba, disculpándose de no haber incluido "el cambio" en la
anterior misiva porque no se había enterado antes, y exponía que se habían
"producido palizas a compañeros" de "varias" prisiones.
Y continúa: “Son del sindicato de
carceleros fascistas Acaip y probablemente sería un mensaje claro poner un coche
bomba en la sede de dicho sindicato en Madrid, al
menos si siguen mostrando ese comportamiento para con los presos políticos
vascos. Por otro lado, una acción de ese tipo tendría una
eco considerable y sería ideal para meter el miedo en el
cuerpo a los carceleros". "'Cada vez que peguéis una paliza a uno de
nuestros compañeros pegaremos contra vosotros' o algo así", proponía.
"Sin más, ser buenos y muchos
abrazos, adelante siempre", se despedía así el etarra en la carta dirigida
a la cúpula de ETA, y enviada cuando estaba en prisión.
El juez aprecia "riesgo de fuga"
Ante estos indicios, De Egea -en funciones
de sustitución del Juzgado Central de Instrucción número 3 al no haber aún
tomado posesión su actual titular, la juez María Tardón- ha acordado la prisión por riesgo
de fuga ante la gravedad de la pena que le pueda recaer por
estos hechos y por la ausencia de un claro arraigo familiar y laboral.
Apeztegia fue arrestado en el marco de
la operación
Lenteak por un presunto delito de pertenencia a
organización terrorista con la circunstancia agravante de reincidencia.
Las investigaciones se iniciaron en
2016 en el marco de la constante labor de búsqueda que lleva a cabo la Guardia Civil en
relación con las acciones cometidas por ETA que hasta la fecha permanecen sin
esclarecer o juzgar.
Los agentes constataron que en el año
2002, estando condenado y preso por el intento de un asesinato mediante
atentado terrorista, habría conseguido constituir un canal de
comunicación estable y seguro desde prisión con la dirección de la organización
terrorista a la que remitió varias informaciones sobre potenciales objetivos
proponiendo atentar contra ellos.
Apeztegia fue condenado por su
implicación en la red de extorsión de ETA y el cobro del llamado 'impuesto
revolucionario' y de hecho, la carta intervenida habría sido escrita y enviada
desde prisión.
Ingresó tras su detención el 30 de
enero de 1992 y no volvió a salir hasta 2013, cuando fue puesto en libertad a
raíz de la anulación de la doctrina Parot. La Audiencia Nacional
reconoció que a la luz del Código Penal de 1995, vigente cuando se le
impusieron dos de las tres condenas que cumplía, debía haber salido en libertad
en el año 2012.
Se daba la circunstancia además de que
ninguna de aquellas condenas por separado superaban los 20 años de prisión, el
límite que el Código Penal establecía de estancia en presidio, y ya lo había
rebasado.
Opinión:
Es evidente que cualquier delito debe ser perseguido y a ser posible,
castigados sus autores sin importar cuanto tiempo haya transcurrido desde la
comisión del delito correspondiente.
Del mismo modo, también debería ser de lógica que no existieran plazos
para que cualquier ciudadano fuera reconocido como “víctima del terrorismo”,
plazos que por desgracia, siguen siendo el argumento legal para dejar en el
olvido a cientos de personas…
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