20 octubre 2018
«Lo peor del yihadismo ya ha pasado», asegura Yasmina
Khadra
El exmilitar argelino
analiza la raíz de terrorismo islamista con el trasfondo de los atentados de
París en su nueva novela,'Khalil'
Oficial del Ejército argelino que en los años 90 se
enfrentó en una terrible guerra civil a los islamistas, Yasmina Khadra
(Kenadsa, 1955) conoció a fondo el yihadismo antes de que éste fuera un
problema también para Occidente. Khadra abandonó después el Ejército y tomó
como seudónimo el nombre de su mujer (el suyo es Mohammed Moulessehou) para
novelar los movimientos telúricos que agitan el mundo árabe. Autor de títulos
como 'Los corderos del Señor', 'Las golondrinas de Kabul' y 'La última noche
del Ris', sobre Gadafi, y de la reconocida 'Trilogía de Argel', que incluye
'Morituri', 'Doble blanco' y 'El otoño de las quimeras', Khadra regresa ahora
con 'Khalil' (Alianza Editorial), la reconstrucción de los atentados de París
de noviembre de 2015 narrada desde la perspectiva de un terrorista que se
replanteará sus creencias después de que le falle su cinturón explosivo.
Khadra opina que la peor época del terrorismo radical «ya
ha pasado». «Lo han intentado, pero han fracasado. Y claro que podemos derrotar
al yihadismo si conseguimos separarlo de la religión que dice defender»,
asegura. Otra cosa es la «corriente intelectual» que desde posturas xenófobas,
alienta la islamofobia y que el escritor argelino ve como un foco de futuros
enfrentamientos. «Esa corriente intelectual que vemos exaltada en los debates
de televisión sólo aspira a arrojar sus tropas contra la sociedad, sembrar
cizaña y provocar incluso una guerra civil. La islamofobia es más peligrosa que
el yihadismo», reflexiona el escritor, antes de conceder que el mayor éxito del
terrorismo ha sido «convertir a los ciudadanos en rehenes» de un miedo que, en
nombre de la seguridad, acogota la libertad.
El protagonista de su novela es un joven musulmán del
municipio bruselense de Molenbeek, cuna de los terroristas de los atentados de
París. Khalil se ha ido alejando paulatinamente de su familia hasta entrar en
una mezquita radical donde encuentra unos nuevos 'hermanos' que le van adoctrinando;
primero, haciéndole ver que «nunca será un belga de verdad», que por culpa de
su color de piel y de su religión, estará condenado a la marginalidad y que no
tendrá las oportunidades de las que disfrutarán sus supuestos compatriotas,
para después, con proclamas radicales, convertirlo en carne de cañón de unos
'emires' que desde sus puestos de mando, disfrutan de una vida mucho más
placentera que los kamikazes.
Romper prejuicios
«Hay que romper prejuicios: los jóvenes atraídos por el
yihadismo no son unos ignorantes, han ido al colegio, al instituto. Pero muchos
de ellos no tienen figuras familiares que les guíen. Son el mismo tipo de joven
que puede ser captado por ideologías neonazis o por el tráfico de drogas»,
explica. «El problema es absolutamente terrorista, ni siquiera es ideológico.
La ideología sólo es un pretexto para legitimar los horrores que esa gente
comete. Pero hay quien quiere desplazar el problema e instalarlo en el islam»,
apunta.
De hecho, Khadra cree que la mejor definición del terrorismo
yihadista sería la de «una secta que se aprovecha de los jóvenes de la calle».
«En el momento en que ellos abandonan a sus familias, están predispuestos a
cualquier cosa para encontrar una nueva. Entonces somos un instrumento
predispuesto a todo, ya no somos una persona», cuenta el escritor, que también
ve a los terroristas como «víctimas» a las que debe darse una oportunidad de
redención «después de que hayan pagado por los delitos que han cometido». «Si
quieren acceder al perdón de la sociedad, deben recorrer un camino: pasar por
un tribunal, ser juzgados por sus crímenes y purgar el dolor que han causado.
Todo lo contrario de lo que se hizo en Argelia, donde volvieron a sus pueblos y
se les dio trabajo y casa. Aquello fue injusto», sentencia.
«Pero no sé por qué la gente no diferencia entre comprender
y legitimar», continúa. «Si no entendemos las cosas, ¿cómo vamos a
solucionarlas? Comprender no es perdonar, ni avalar ni legitimar. Es ayudar a
una sociedad a delimitar un problema para resolverlo, si es que quiere
resolverlo», opina Khadra, que cree que su libro debería convertirse en
material de estudio en las escuelas francesas para explicar el yihadismo.
Opinión:
«Lo peor del
yihadismo ya ha pasado»… ojalá sea cierto. Pero lo peor en el trato a muchas de
sus víctimas ni ha pasado ni parece que vaya a pasar en un largo periodo de tiempo.
Evidentemente, eso no
lo dirán algunas víctimas que recibieron indemnizaciones que no les correspondían,
aunque eso ya es tema para otro debate…
No hay comentarios:
Publicar un comentario